Consiguiendo casa/ Los dos hermanos.

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El viejo Zenón, había vivido mucho años en aquella casa, había engendro a sus hijos, pero murió a los 120 años de edad una edad muy avanzada para un hombre de ese mundo, su casa fue heredara a sus bisnietos, todos, les vendieron sus partes al hermano mayor, el cual piensa vender la casa y ya había puesto un aviso en el tablón de la plaza.

—Se vende casa en la avenida Esmeralda, numero 312—leyó Abrahel, un anunció que estaba en el tablón—Es justo la avenida, donde vive mi querida morenita.

"Por alguna razón, me siento algo celosa, ha escucharla hablar así de aquella chica", Alouqua, suspiro y miro a su ama.

Las súcubos, había adquirido una forma humana, para caminar en la ciudad, Abrahel, había adoptado la forma de una joven mujer, de piel blanca, cuerpo lizo, esbelto y con una cintura de reloj, su pelo era rubio que le llegaba hasta la cintura y amarrada con una cinta azul, ojos rojos, vestida con un pantalón corto y ajustado, unas botas que le llegaba hasta las rodillas, una polera blanca y sin manga, que le llegaba hasta un poco más arriba del ombligo, llevaba puesto una gabardina roja, que tenía atrás el diseño de una luna negra y unos guantes sin dedos.

La joven Alouqua, había optado por una forma de mujer, más juvenil, un poco más baja que Abrahel, pelo verde claro y largo, el cual le llegaba hasta las barbillas, tapaba sus orejas y sus frente, sus ojos eran de color verde claro, su cuerpo bello y blanco, cintura de reloj, vestida de una falda que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, unas botas de café claro, una camisa azul, llevaba una gabardina verde oscuro y con el diseño de una luna negra.

—Bien, entonces, vamos para ese lugar—Abrahel, elevo sus manos con una sonrisa.

Las chicas, empezaron a caminar hasta su destino, las súcubo, eran observadas por los ciudadanos de pensamientos libidinosos, eso era un gusto para la súcubo, ya que le gustaba la atención que recibia de los hombres y de las mujeres, de cualquier raza, además ya había visualizado la cantidad de energía que podía obtener en aquella ciudad, con facilidad.

Las dos súcubo, caminaron hasta la casa que se venía, Abrahel, se fijo que la casa, era una construcción de dos piso, que en la parte exterior, estaba pintada con un color grisáceo, ventanas cuadradas,, una puerta de madera en forma de arco, con un patío grande y enrejado, también se fijo que estaba al lado del lugar donde vivía Malak, eso ya le entusiasmo.

Las chicas, observarón que había una persona, la cual estaba regando el patío.

—¿Buenas, es usted el señor Zenón III?—Abrahel, le preguntó al tipo.

—Sí, soy yo —Le contestó Zenón III a la súcubo y le preguntó— ¿qué quieren?

—Leímos, su anuncio en el tablón de noticia, y nos gustaría comprar su casa —Abrahel, le contesto a Zenón III.

El dueño de la casa, dejo de regar y con cierta felicidad, permitió la entrada a las chicas.

—Bueno, entren — Zenón, invito entrar a las chicas.

El dueño de la casa, le estaba dando un tour por la casa, le mostro la cocina, las piezas, el living, y todo la casa, entonces llegaron a una pieza con un gran balcón, la súcubo, se dio cuenta que el balcón, estaba al frente del baño de la casa vecina.

"Este es un buen punto de vista", pensó la súcubo, mientras observaba el baño y con una sonrisa pensó, "Veo que el dueño de la casa, tuvo buenos momentos"

—Bien, ¿cuánto cuesta la casa? —La mujer súcubo, miro a Zenón.

—El precio de venta es de 10.000 au—Zenón, le contesto a la súcubo.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora