Capítulo 35

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Mackenzie

— ¿Qué? — la miro un poco confusa.

—Acompañaste a Erick en la ambulancia porque no querías dejarlo solo — desde hace un rato Camila me mira con pena y me está empezando a molestar.

—Mi cerebro bloqueo ciertas cosas — es un poco abrumador pensar que hace menos de una hora Erick estaba riendo y ahora está en un hospital.

La frase La vida puede cambiar en un segundo, está cargada de mucha verdad.

Si pregunto algunas cosas es porque cuando paso todo estaba en un estado de impacto. Además no soy yo la que está en el hospital herida, no entiendo porque me lanza esas miraditas.

—Discutiste con Jacob y él no quedó muy contento — eso lo recuerdo, tuvimos un pequeño intercambio de ideas sobre quien debía estar en la ambulancia, yo gané, no estaba dispuesta a dejarlo solo, me negaba.

Miro de reojo en la dirección donde Jacob está sentado y la mirada de odio que recibo es tan fuerte que mi atención vuelve hacia mi amiga.

—Si antes no le agradaba, el sentimiento solo creció — respiro profundo para intentar calmar mis nervios — lo único que me importa es Erick, necesito saber si lo que paso es grave.

—Créeme que lo sé y debemos pensar el mejor escenario posible — me sonríe y me sonríe, la típica sonrisa sincera que Camila siempre da — deberías regresar a casa y cambiarte.

—No quiero moverme, porque si me voy tal vez digan alguna noticia y deseo saber su estado — antes había sentido angustia, cuando mi abuela se desmayó y no reaccionaba, realmente me asusté.

Ahora, se siente muy diferente, vi el accidente, el dolor en sus ojos cuando estaba consciente, tomados de la mano solo le repetía que se quedara conmigo mientras mi pecho se estrujaba con cada segundo que pasaba, tuve que retener las lágrimas que buscaban escaparse.

—Si tu madre se llega a enterar que no estás en casa... — ni siquiera termina la frase, sé lo que significa y estoy dispuesta a romper la norma, si eso me permite quedarme aquí.

—No me importa si mi madre aparece aquí diciendo que me va a volver a encerrar en su casa de cristal, Erick es lo único que me importa en este momento, ya luego puedo lidiar con las consecuencias. — Camila es muy expresiva, por eso no me pasa por alto la mirada de sorpresa exagerada que me da — ¿Qué pasa?

—Es la primera vez que logro escucharte tan decidida y no hay miedo en tus por la reacción o represalia que podría tener tu madre, ¿Por qué pensar diferente en estos momentos?

Erick, es él y si tengo que enfrentarme al mundo lo voy hacer solo para ver que está bien.

—Estoy cansada de que quiera dominar mi vida, me gusta la libertad que obtengo cuando no está detrás de mí como un águila con su presa.

—Un paso más en la dirección correcta, siempre tendrás mi apoyo — me da un leve abrazo— saldré a buscar un poco de comida para todos —mira despectivamente hacia el mejor amigo de Erick, pero aun así da media vuelta y se va.

No me emociona particularmente quedarme con Jacob sin embargo, la situación no es la mejor y no puedo estar de exigente.

Después de animarme un poco, me levanto y camino hasta el puesto de información, la señora ya mayor me sonríe y eso me anima hablar.

—Hola, quisiera saber el estado actual de un paciente — mi voz no suena tan segura como esperaba.

—Dígame el nombre por favor.

Una Inesperada Casualidad - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora