Capítulo 39.

1.6K 93 8
                                    

Mackenzie 

—La seguridad — anota en la pizarra y luego empieza a dictar las palabras— es el sentimiento de protección frente a carencias y peligros externos que afecten negativamente la calidad de vida; en tanto y en cuanto se hace referencia a un sentimiento, los criterios para determinar los grados de seguridad pecarán de tener algún grado de subjetividad.

Trato de mantenerme despierta con esa explicación, nunca había pensado que aprender sobre seguridad fuese tan aburrido.

—Señorita Wells — parpadeo un par de veces — me podría decir aunque sea una parte de lo que significa para usted la seguridad.

—Ehm... pues... gracias a su buena explicación puedo llegar como conclusión de que la seguridad es muy necesaria para todos ya que un conjunto de medidas que se implementan para protegernos.

—Muy bien —anota algo en un cuaderno que ni sabía que tenía — eso era una prueba para ver si de verdad estaba presentando atención a la clase.

Puedo tener sueño y al mismo retener información por más patético que sea el tema.

—Puede seguir que lo escucho y anoto lo más importante — miro mi cuaderno y lo único que está escrito allí es el inicio de una transcripción de canción a partitura, culpo a Camila, ha estado toda la semana tarareándola y no puedo sacarla de mi mente.

—Seguiremos con los tipos de seguridad, los cuales se dividen en...— verifica en una enciclopedia que debe pesar más que yo.

—Ha sido suficiente por hoy William — agradezco a Dios por la interrupción de mi abuela.

—Pero señora Donovan tengo órdenes muy claras, debo enseñarle 3 días por semana el tema de seguridad a la señorita Wells si no lo hago...

—Ay por favor, llevas semanas explicándole, ¿Qué es la seguridad?, ¿es que acaso no sabes más temas para buscar? — el tono sarcástico que emplea me hace reír un poco, me detengo a ver la mirada seria del profesor Sir William.

—Señora Donovan usted está sobrepasando los limites.

—Me agotas William, es momento de que te actualices hombre de la época prehistórica, además es hora de almorzar y mi nieta debe practicar en el piano también, así que la clase más aburrida del mundo ha terminado — mi abuela le dedica una mirada desafiante a William y este solo se va de la habitación mostrando su disgusto.

—Entiendo que sea el jefe principal de la seguridad de esta familia pero si se queda como profesor pasará hambre, es tan aburrido escucharlo hablar — y empiezo a mofarme un poco — La seguridad esto, la seguridad aquello, seguridad y más seguridad — niego divertida —Si fuera tan bueno con su "seguridad" ya se hubiese enterado de las veces que he dejado esta casa —dejo caer mi cabeza encima del cuaderno mientras escucho la risita de mi abuela.

—Él solo cumple con las órdenes de tu mamá, es parte de su trabajo.

Mi adorada madre, tomo la gran decisión de que me dieran clases de seguridad 3 veces por semana con un horario de 3 horas eso sin contar todas las partituras que me ha mandado para practicar y perfeccionar antes de que vuelva, ojala su llegada se siga atrasando. Porque no he tocado el piano desde hace tiempo.

—Me siento asfixiada con estas nuevas órdenes, intento entender cuál es el objetivo — mi suspiro está cargado de frustración.

—Es normal que te sientas así, por fin ves un panorama diferente al que conocías antes.

—No eres muy buena animando abuela — comento divertida y me guiña.

—Solo digo la verdad, espero que tu madre no le dé un desmayo al saber que su hija ha crecido en su larga ausencia.

Una Inesperada Casualidad - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora