Capítulo 45.

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Mackenzie

Termino de secarme mi cabello con la toalla cuando el sonido de la puerta cerrándose muy fuerte capta mi atención, la veo casi arrastrándose por el suelo. Es una forma interesante de hacer una entrada.

— ¿A que no adivinas que me dieron?

— ¿Dinero? — Niega — ¿comida? — Vuelve a negar — ¿un rubio?

—Eso si me haría feliz — seca una lágrima falsa de su ojo.

—Ve al punto Camila.

—Vaya todavía estás de malhumor — si, por más que intente mejorarlo no dura mucho — pues el restaurante Verde & Verde me ha dado un buen regalo — hago una mueca al recordar el lugar, todo queda en segundo plano al ver el objeto que deja al frente de mí — Para mí eso es karma, dulce y adorado karma.

—Debería sentirme bien, solo que no sucede — sigo mirando la cámara y la tristeza me invade.

— ¿De qué hablas? — me mira con el ceño fruncido —mejor ni te atrevas a sentir lastima por una simple cámara.

—No es la cámara en sí, sino el valor que posee.

— ¡Por Poseidón! — La miro extrañada — mi dios favorito — asiento lentamente — volviendo al tema, él te trato mal y me alegro mucho que le haya pasado eso a su cámara, así aprende de una vez por todas que golpear a alguien no resuelve nada.

—Sé que no está bien lo que hizo, al menos ¿puedes entender lo que te digo?

—Si lo hago, aprecio a Erick pero ha cruzado la línea varias veces y eso me está molestando, además golpeo a su mejor amigo, ¡quién demonios hace eso! — ese es el verdadero problema, intento no burlarme — ¿Qué mosquito te pico ahora?

—Ya entiendo el discurso y porque estas tan molesta con Erick, y antes de que me comas viva hablando, metafóricamente, te lo diré. Tu molestia crece más cuando recuerdas que Jacob tiene un ojo morado gracias a él —observo como sus mejillas agarran algo de color — admito que me costaba creerlo pero por tu actitud todo está muy claro.

— Mackenzie alucinas, estamos hablando de lo que te hizo sentir a ti, te trato mal...

—Y eso es algo que resolveré con él, tú no puedes evitar querer gritarle por lo que le hizo a Jacob porque te...

— ¡No lo digas! — me señala.

— ¡Te gusta el mejor amigo de Erick! — observo como se lanza en mi cama y se cubre con una almohada en la que grita — del odio al amor hay un solo paso y al parecer es muy corto.

—Eso es mentira, él es tan diferente, todo es gris, es aburrido, Jake no es el chico para mí.

—Puedes seguir diciendo todos sus defectos mientras me concentro en que lo llamaste Jake y no Jacob. Te gusta, debes aceptarlo.

—Te odio y odio a tu novio por tener un mejor amigo rubio — río muy bajo — quiero morir, se supone que debo odiarlo, ¿no?

—Ya que no conozco mucho sobre este ámbito, mi único consejo seria que lo aceptaras.

—Oh vaya, deberías ser psicóloga —dice con cierta violencia en su tono de voz.

—No es mi culpa que te pongas así — le doy la espalda y me concentro en la cámara, no sé mucho sobre del tema, cualquiera que pueda ver, se daría cuenta que está muy destruida — debo repararla — termino por decirme más a mí que a ella.

—No vas a reparar nada, no tienes que tomar cartas en el asunto, tú te alejas de Erick y yo de su amigo, estaremos bien.

—Si puedo lo haré, ¿Cuál es tu problema realmente?

Una Inesperada Casualidad - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora