Dejando atrás al atractivo castaño, me dispongo a salir del instituto.
Pero de repente, una mano femenina me toma del hombro, captando totalmente mi atención.
—¿A dónde vas? —la de ojos ámbar arquea una ceja y sus labios están curvados en una media sonrisa.
Suelto una carcajada, la respuesta es más que evidente.
—Iba a casa ¿Pasó algo? —indago mirándola fijamente. HyeJin podía llegar a ser un tanto intimidante.
—¡Claro que pasa algo! ¿Pensabas irte sin darme tu número telefónico? —me mira retante.
Yo sonrió ampliamente, antes de sacar mi móvil de la chaqueta. Coloco la clave de cuatro dígitos "0097" un PIN común, pero poco perceptible; y finalmente, le doy mi número con una sonrisa.
—¡Genial! Ahora a lo que venía. —ella sonrió alegre antes de proseguir; —Taehyung y yo queremos invitarte a una cafetería... Ya sabes, por lo de la caída en la mañana.
Coloco mis manos alrededor de mi cintura, rememorando esa linda sonrisa cuadrada y pertinente porte.
—¡Claro, me encantaría! Sólo, dime la dirección.
—Vale, solo dame un momento... —tomó su celular tecleando rápidamente en este. —¡Y ya!
Mi móvil vibró indicando una notificación, abro el mensaje rápidamente encontrándome con una dirección específica.
Bien jugado.
—Listo entonces, nos vemos ahí a las tres. ¡Bye!
Me despido a la velocidad de la luz, mientras levanto mi mano en busca de transporte.
Llegué agotada al hotel, ¡jamás volvería a usar plataformas!
Alertada por la hora —aproximadamente dos y cuarenta de la tarde—, cambié mis zapatos por algo más cómodo antes de dejar los informes en la parte inferior de mi cama.
Emprendiendo una nueva carrera.
Llegué al lugar del encuentro, saludé a los dos hermanos y nos sentamos en una pequña mesa de tres, cerca de un balcón bellamente adornado con orquídeas color lila.
Hablamos por un largo tiempo de cosas triviales. Pagamos lo consumido y nos retiramos a dar una caminata por la plaza.
—Mmh, veamos. ¿Sabías qué mi intelecto es mayor al de HyeJin? —el Kim muestra una sonrisa victoriosa.
Estaba redundado un tema de conversación.
—¡Cállate, Taehyung! —la de ojos ámbar masajeaba sus sienes, agotada de su hermano y su carácter orgulloso.
Los miro callada, sin saber que argumentar. Simplemente asiento.
—Pues... — genial, ¡no se qué decir! Un tema de conversación, ¡rápido! — ustedes han pasado momentos divertidos.
Mentalmente, me doy una palmada en la frente, reprendiéndome por tan patética que he sonado.
Taehyung miraba el cielo teñido de un leve naranja y diversos tonos rojizos.
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SEXUAL GAME ⏐ J. Jungkook
أدب الهواة──𝐶𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜, 𝘩𝑎𝑔𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑎 𝑚𝑢𝑡𝑢𝑜. Él utiliza mi cuerpo y juega con mi estabilidad emocional, hasta tal grado de hacerme perder el aliento. Sé que tarde o temprano se aburrirá de mi, ¿Algo pasajero?, no estoy convenc...