SEXUAL GAME ⏐ J. Jungkook

ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴅᴏs

—¿Entonces es cierto?

Min arrastraba la maleta por sobre el apedreado camino. Llevaba una pañoleta negra envolviendo su cuello bajo la chaqueta. A veces me miraba mientras tiraba piedras del sendero con la punta de los zapatos.

—¿El qué?

—Jeon Jungkook duerme desnudo—aclara extendiendo los brazos sobre su cabeza.

¿Esa era una sutil manera de replicar que duermo con su amigo? Genial, Min Yoongi, eres delicado con tus palabras.

—¿No son amigos? Deberías saber como duerme—él me codea mientras en sus labios posa una sonrisa vacilante. Busca provocarme.

—Ah, pequeña. Nunca dormimos en la misma cama—Chasquea la lengua luego de hablar, parece cansarse de arrastrar la maleta y el considerable porcentaje de alcohol entre su ropa—.  ¿No crees que sería extraño entrar a una habitación y encontrar a dos hombres abrazados?

—Depende del prospecto.

Su rostro se muestra asombrado, realiza una mueca con la boca y se aparta un par de centímetros.

—Iugh, no—sonrío y él continúa mirándome asqueado—. Es tu novio, no el mío.

Sin embargo, él no es mi novio. Uh, ¡revelador!

Decido proseguir; —Diría que él y tú hacen bonita pareja.

Me ha disparado una mirada lesiva.

—Cierra la boca—dice y sus hombros se escogen. De repente, la gravilla se convierte en cemento, y el camino finaliza. Mi pálido amigo suspira aliviado.

—Se verían preciosos tomados de las manos—Afirmo tomando las mangas de mi maleta jalándola sobre la espalda—, ¡Dándose besitos! —canturreo a pesar de que Min me indicase el dedo medio.

—¿Y Hyejin?

—Oh, ¡Has cambiado el tema!

—No—sentencia.

—¡Sí!

—¿Quieres callarte? Ni estando ebrio me atrevería a meterle la lengua en la garganta a Jeon—me silencia ya exasperado.

—Quizás la lengua no...

—Que asco. Tengo una potencial imagen mental de eso.

Sonrío de lado, me ha causado gracia cada una de sus reacciones que afirman su heterosexualidad. Más no se ha inmutado, ni siquiera cuando mi maleta quedó atascada en una enredadera de espinas; se ha reído a carcajadas y se ha ido.

Mierda.

He comenzado a forcejear, sin embargo, lo único que consigo es rozar una espina en mi antebrazo.

«Ojalá la culpa te atormente,
Min YoonGi»

—¿Necesitas ayuda?

Es como si en momentos, así Tae apareciera mágicamente.

El Kim se posiciona un par de metros distanciado de mi, ha recostado su maleta sobre un tronco para luego acercarse a mi auxilio.