Me siento sobre los aterciopelados cojines, mirando la infinidad de bebidas alcohólicas esparcidas por la colosal repisa.
Bueno, un trago no hará mal.
—Un Whisky, por favor. —el barman asiste y se retira con una sonrisa.
Papá hablaba por teléfono, y mamá, simplemente no me prestaba atención. Decido silbar en forma de alerta.
Mamá me mira desconcertada, yo sonrió ampliamente y le doy un beso en la mejilla.
—¿Dónde estabas? Me has dado un susto. Llamé al hotel y me dijieron que habías salido. Pero luego dije, debe de estar viniendo... ¡No me vuelvas a hacer est–
La interrumpo sutilmente, no quiero que me sermonée. Estaba un poco cansada para eso.
—Tranquila mamá, estoy bien. Descuida. —levanto mis dedos formando un símbolo de paz, ella frunce el ceño.
De repente, el barman deja una copa frente a mi y acompañado de ello un guiño.
—¿Qué es eso? —Mamá me arrebata la bebida. —¿¡Whisky!? ¡No tienes permitido tomar eso, eres menor de edad! —me reta enojada, mirándome disgustada.
Sin embargo, papá había cortado la llamada, regresando a mirar mi copa.
—Cariño, tranquila. Yo tomaré esto. — Y sacarronamente señaló la bebida.
—¡De ninguna manera! —le había quitado la copa de las manos. Él... Simplemente frunció el ceño y se alejó del lugar, dejándonos con la palabra en la boca. —Agh... ____, venga. Date una vuelta por el lugar, nos encontramos aquí dentro de dos horas, ¿vale?
Yo asiento a manera de confirmación y me encamino al inmenso balcón. Posicioné mis manos en el barandal mirando el hermoso paisaje.
Con ello ya había confirmado mi duda; Seúl sí es como en los dramas.
—Hola, de nuevo. —Una voz me saca de mis pensamientos, resguardando mis ideas. Doy una rápida mirada y me encuentro con esos ojos cafés tan brillantes. —____, no me habían dado el tiempo de decirte que... —agacha la mirada con una sonrisa. —Te ves hermosa.
¿Espera, me veo hermosa? No pude decir nada, las palabras no salían de mi boca. Me había sonrojado con ese comentario, y en ese momento agradecía que las luces del lugar fueran sumamente ténues como para que él distinguiera eso.
—G–gracias. —dije a penas. Eso sonaba realmente lastimoso.
Él me sonríe demostrando esa bella sonrisa de conejo; —¿Vamos por algo de beber?
Pensé unos segundos...
—No me dejan beber. —respondí con neutralismo.
Él se carcajeó vivazmente antes de devolverme la mirada.
—No me refería a ese tipo de bebidas. Quería un refresco. —sonríe divertido. — ¿Vamos? Este tipo de reuniones me agobian.
Articulé un 'Sí' en respuesta. Él toma mi mano con una sonrisa y yo embelezada lo sigo a través de la multitud.
Salimos del edificio, encaminándonos hacia un mini-market. Las calles de Seúl estaban repletas, a pesar de ser de noche. Sin embargo, la explicación de ello es que era viernes.
Entramos en el pequeño local, tomamos un par de botellas de Coca-Cola, las pagamos y salimos nuevamente hacia el Luv.
Caminamos lentamente.
Quizás no quería volver allí, me sentía mejor con Jungkook sosteniendo mi mano.
«Okey, parezco adolescente enamorada. »
Caminamos hasta el ascensor, y sorpresivamente su mano soltó la mía. Desilusionada, uno mis manos entrelazánlolas.
Pero en el momento menos pensado, él me arrincona contra la pared del ascensor, dejado su rostro a centímetros del mio.
Suspira pesadamente con los ojos sobre los míos, mirando, probablemente analizaba algo.
Su imponente porte me acorrala a su favor y sus labios rozan los míos.
De un momento a otro, sus labios atacan mi boca ferozmente, dejándome perpleja contra su fornido abdomen.
Su mano viaja desde mi nuca hasta mi cintura, donde presionó con ímpetu las curvas de mi cuerpo.
Se dedicó a devorar mis labios, jugueteando con mi labio inferior cuando pasó su lengua sobre este.
Abrí la boca, dejando paso a su juego. Esperando no arrepentirme. ¿Arrepentirme? ¡Jáh!
Cuando se separó por falta de aire, me miró con una sonrisa de lado, examinado mi sonrojado rostro.
Sus manos se posicionaron en mis mejillas, tomándolas con delicadeza. Y nuevamente volvió a capturar mis labios.
Pero, todo lo bueno tiene un final. Las puertas del ascensor se abrieron, dejando a simple vista una chica peliroja, estupefacta en el umbral del ascensor.
Nos separamos, cada quien mirando hacia un punto distinto.
La chica se arrinconó en una esquina, y mientras hechaba un mechón de cabello atrás de su oreja dijo; —No pretendía interrumpir, lo lamento.
Sin embargo, el ambiente se volvió completamente silencioso. Ninguno tomaba el valor necesario de articular palabra.
Mire a Jungkook de reojo, esperanzada de que él también me mirase, pero... Nada.
Tenía la mirada en un punto incierto del cubículo. Y ahora, no se dignaría en verme.
Suspiré cuando las puertas se abrieron, salí lo más rápido posible. Evitando a toda costa el mar de personas. Ahora me concentraría en buscar a papá.
No quería ver a Jungkook, se tornaría incómodo. Así que comencé a evitar un encuentro con él.
Cuando finalmente logro visualizar a papá, corro hacia él. Ansiosa, me quejo, fingiendo un dolor abdominal mientras sujeto mi estómago.
—¡Papá, no me siento bien! ¿Puedo ir al hotel? —jadeo ligeramente, tratando de sonar lo más convincente posible.
—Mi niña, claro. Te llamaré un taxi. —sujetó su celular, mirándome con preocupación. —Cuando llegues, llámame. —asiento, él me da un beso en la frente.
Nuevamente me escabullo entre la multitud hasta llegar al ascensor, mentalizado lo ocurrido.
Una vez en el hotel, me dispongo a llamar a papá, avisando mi llegada.
Tomo una rápida ducha, y me acuesto a dormir.
Sin embargo, no podía. El reloj marcaba las tres de la madrugada.
Joder, y aún no lograba conciliar el sueño.
Me levanto somnolienta debido a la oscuridad y comienzo a arrastrar los pies hacia la mini-nevera de la habitación.
Tomo un té envasado y me recuesto nuevamente. Pensando si en realidad, nuestro beso no fue un error.
Pero, ¿Hubieramos llegado más lejos, si yo lo disponía?
Esa pregunta rondaba en mi mente, e inclusive me dispuse a preguntarme si él también tenía esa duda.
Lamentablemente, cuando me había dado cuenta, ya estaba en los brazos de Morfeo.
Al fin...
✔ ; ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ.
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SEXUAL GAME ⏐ J. Jungkook
Fiksi Penggemar──𝐶𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜, 𝘩𝑎𝑔𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑎 𝑚𝑢𝑡𝑢𝑜. Él utiliza mi cuerpo y juega con mi estabilidad emocional, hasta tal grado de hacerme perder el aliento. Sé que tarde o temprano se aburrirá de mi, ¿Algo pasajero?, no estoy convenc...