ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴅᴏs

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—Quiero una razón lógica del porqué no debería colocar éstas faltas en su cartilla de asistencia.

Pasé saliva, verdaderamente no tenía excusas fiables, me resignaría a una suspensión y castigo inminente.

Arrugué el borde de la chaqueta.

¿Causas de ello?, simple: el director me atrapó paseando en círculos en el ala B del instituto, murmurando maldiciones no tan recatadas. Bueno, quizás no susurraba, de cualquier forma. Ese no es el punto.

Obviaré el hecho de que me acusaba de irrumper sus instalaciones cual protesta efusiva... ¡Cómo si las baldosas de los cubículos fueran a arruinarse por asentar la suela de los zapatos en ellas!

Por último me citó a su oficina, y aquí estamos.

Es común; sus manos juegan con un bolígrafo retráctil. Me mira con ímpetu, repetidas veces. Como si pudiese leerme la mente.

¡Qué lindo!, me suspenderán. Lo intuía.

Estoy, ¿colérica? Subiré el tono: jodidamente cabreada con ese tipo, gran imbécil. Me enojaba que esto era por la jodida causa de Jeon Jungkook.

—Y–yo... —, pensé. En ese momento, mi cabeza comenzó a funcionar de una manera hilarante—. Me sentía enferma.

Era lo más creíble que podría defender a puño y espada. Es mucho más sencillo que decir: Oh, estuve maldiciendo a un estudiante de la clase 102-A y sin querer pateé el cesto de desperdicios.

¡Ups~!

Sobran las preocupaciones, el daño es colateral.

—¿Y por qué razón no fuiste a enfermería?—, quizás alucinaba, pero logré vislumbrar un ligero rayo de preocupación en su mirada. Sabía que no quería que este asunto pasara a mayores, y eso era beneficioso para mi—. ¡Podría ser grave!

—Director, es un poco vergonzoso...

Trataba de acoplarme a un asunto que aparentaba incomodidad, la voz me temblaba. Me sentía a desfallecer, sin embargo, eso no cohibía que pudiese mostrarme aunque sea, un poco firme ante sus miradas reprochantes.

¡Venga, saldremos bien!

—Siéntase en libertad de decirlo—. Podía percibir curiosidad en el tono de voz que usaba. Además, aún jugaba con el bolígrafo, comenzaba a exasperarme.

Cierto, ser mujer traía consigo ciertas excusas de las cuales, podía fiarme sin apelación alguna. Y era momento de emplear con entusiasmo una de ellas, lo acompañaría con un sutil toque de inocencia y pucheros.

—C–cólicos, señor director—. Sus ojos se agrandaron con ingenuidad, creo que no se esperaba esa respuesta. Aún que, claramente podría asociar mi comportamiento como alguna etapa próxima a la locura.

Sentí una punzada de orgullo.

—¡Oh! —. Pobre ignorante—, Siento mucho entrometerme en... Ese tipo de problemas. Pero es una falta al código estudiantil saltar clases, no debería tomarse repercusiones por ese tipo de dolencias sin un reporte a su tutor.

—L–lo sé, pero... Es d–doloroso.

—Entiendo, sin embargo... — duda al afirmar. Ha tensado la mandíbula, ladeando la cabeza para lograr sobar su nuca. ¿Lo incomodé? Bien, genial—. Que no se repita, ¿vale?

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora