ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ

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Curvo los labios y me veo obligada a suprimir una risa.

Me causa mofa la manera en la que me mira, su gesto es sublime pero preocupado. Sus cabellos están revueltos sobre sus ojos, y su camisa holgada se contrae cuando posiciona sus manos sobre su cintura varonil.

Tierno.

—¿Qué? —indaga finalmente.

—Deberías cortarte el cabello. —declaro mordiendo la cara interior de mi mejilla.
Él me dedica un gruñido. —Uh, por cierto...

Mi mano se extiende, hasta colocar la bolsa con ese vestido de olor putrefacto contra él.

Taehyung chasquea la lengua.

—¿Qué es eso? —me pregunta, sus ojos viajan desde la bolsa a mi rostro, y viceversa.

—El traje de enfermera que me pediste que usara, ¿Recuerdas? —el Kim curva los labios en una sonrisa. —Dijiste que te excitaba.

Mis dedos forman comillas en la última palabra, enfatizando.

Comienza por reírse, apoyándose sobre sus hombros y con las manos en el borde de los casilleros.

—¿Enfermera? Prefiero los corpiños, lazos o algo clásico. —mi vista se fija en su sonrisa cuadrada. —¿Quién mandó eso?

—Jisoo, —respondo antes de relamerme los labios. —dijo que lo laves o compres otro.

—¿Y debido a qué? ¿Por qué esto me incluye?

—Pregúntaselo, Kim. No soy paloma mensajera. —agrego elevando mis hombros en un gesto de indiferencia. Él ríe. Luego sus manos se ubican sobre mi vientre bajo, abrazándome por la espalda.

Finalmente, susurra con voz aterciopelada: —Gracias.

—Nos vemos luego, Tae.

Él me da un beso en la mejilla, apenas roza mi piel.

Y entonces se da la vuelta y comienza a caminar, fuera de mi radio visual.

—¡Esto huele a cadáver! —Grita, cuando su cuerpo dobla el pasillo. Es imprudente.

[ … ]


—Deja eso. Es fastidioso. ¡Y tú, baja ese libro! —Kim Namjoon maldice por lo bajo mientras que con su mano derecha sostiene una regla gráfica a manera de espada.

—No servirá de nada. —Comenta la de ojos ámbar a mi par. —Son incontrolables. Es como tratar de domesticar un cerdo salvaje.

Namjoon bufa, irritado; —Sería mejor que me ayudaran, o Lee demandará suspensión. Venga, levanten esos traseros.

—¿No se supone que tú eres el delegado? —Musito.

—Joder... —Murmura Hyejin. — ¿Y te haces llamar líder, Namjoon?

Sus botas negras golpean el borde de la mesa, y sus pies ascienden uno a uno, parándose sobre el escritorio. Finalmente, toma un borrador de pizarra antes de tirarlo contra el piso.

—Hey, ¡Silencio! ¿O es que quieren detención? —el bullicio cesa momentáneamente. —¡Todo mundo a su lugar!

Y tan pronto como las palabras salieron de su boca, el grupo se coloca en sus lugares. El bullicio no desaparece, sin embargo, minimiza considerablemente.

La Kim baja del escritorio, y con su rostro cubierto de una sonrisa se reacomoda sobre la silla: —Me debes una, Namjoon.

—¿Gracias?

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora