ᴅᴏᴄᴇ

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Me acaricia con suavidad, sus labios reparten besos en toda mi anatomía, mientras se introduce en mi.

Suave, es delicado.

Pero no puedo evitar sentir una punzada en mi interior. Duele, como los mil demonios.

Mi espalda se arquea, cierro los ojos de inmediato. Sus manos se posicionan en mis muñecas, y sus labios viajan a mi clavícula.

Abro los ojos, él me mira reluciendo una boba sonrisa. Examina mi rostro sonrojado, mi respiración agitada, y mis manos arañando sus desnudos brazos.

—¿Puedo...?

Indaga en un susurro, mirándome de hito a hito. Creo que no hacía falta complementar esa frase.

Me abrazo de su cuello, gesticulando en un hilo de voz un entrecortado.

Su pelvis se relaja, siento su reparación contra mi cuello. Entonces, retrocede unos centímetros, sus manos están contraídas sobre el sillón, y reluce una brillante mirada.

Paso saliva, en un intento de ahogar mis gemidos. Me susurra dulces palabras a manera de calma. Siento un nudo en el corazón, es tan... Dulce.

Se coloca contra mi pecho, atrayendo mi cuerpo a sí, y besa mis labios con calma. 

Estrecho mi pecho contra su torso, en cada movimiento de pelvis. Siento escalofríos cuando sus manos vagan por todo mi cuerpo, poseyéndome con cada toque.

Su respiración resuena en mi oído en el momento en que posiciona mi anatomía bajo él. Sus piernas rozan las mías, y su pelvis acelera los movimientos en cada empuje.

Nuestros cuerpos se presionan uno contra el otro. Suelto gemidos casi en susurros mientras él jadea con su mirada sobre mi.

Su lengua recorre delicadamente los músculos de mi espalda, trazando líneas imaginarias sobre esta. Sus manos se deslizan hacia las mías,  uniéndonos aún más.

Entonces, siento una sacudida, desde la punta de los pies, hasta la cabeza. Mi interior se contrae sobre su alrededor, desbordando éxtasis fusionado de un placer eminente.

—Joder... —Jadea con la mirada impregnada en el lugar en donde nuestros cuerpos se conectan.

Se relame los labios en un gesto sexy, mirándome en el momento en que obtiene un orgasmo devastador. Sus brazos tiemblan, mi cuerpo desborda delirio y fascinación por los poros.

Me observa fijamente, con esas deslumbrantes orbes tintadas en café ocre.

Recorre mi costado con la punta de sus dedos, antes de unir nuestros labios en un sublime beso.

En ese momento, no hacían falta las palabras de aliento.

Sin embargo, no recuerdo cuanto tiempo he dormido. Mucho menos en que condiciones me encuentro.

Levanto la cabeza en reflejo, cerrando levemente los ojos en cuestión de segundos. El cuerpo me pesa, la cabeza me da vueltas. 

Entonces lo miro, recostado sobre ese sillón color negro, con la camisa estudiantil cubriendo la mayor parte de su pelvis y torso.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora