Capítulo cuatro:
No voy a comerte.Los intentos por hacer hablar a Min Yoongi habían sido en vano, el asesino se negaba incluso a dar a conocer su verdadero nombre y edad. Sin importaba cuantas veces lo hubiesen presionado, amenazado o incluso golpeado, el recluso se negaba a hablar.
La única pregunta que había respondido había sido "¿Porqué asesinaste a esos hombres?" aunque, claro, un "Se lo merecían" no era una respuesta muy esclarecedora.
Y todos los rumores que corrían por la cárcel acerca del misterioso asesino no ayudaban a bajar la arrogancia del joven, quien sonreía satisfecho cada vez que pasaba por los pasillos para ir al interrogatorio y los demás presos murmuraban sobre él y lo vitoreaban. Algunos con escalofriante admiración, otros con solemne temor.
Algunos decían que había matado a un policía solamente con sus ojos endemoniados, otros, que su fuerza era tan inhumana que se la había dado el mismísimo diablo. Algunos iban al extremo de afirmar que El Payaso Asesino era el hijo legítimo de Lucifer, o que había mandado a un uniformado al hospital con solo una de su manos.
Y, aunque Hoseok estaba 99% seguro de que aquellos rumores eran especulaciones fantasiosas de los reclusos, no podía evitar estar aliviado de no tener que enfrentarlo durante el día, y evitar así comprobar aquellos ilusos rumores.
Aunque su alivio no duró mucho, ya que un mes después de la llegada del asesino a la prisión de Seúl, el oficial Choi había sido herido de gravedad por este, y habían tenido que llevarlo de urgencia al hospital, aumentando las especulaciones fantásticas de los convictos.
Y lo que mas asustaba a Hoseok, además del hecho de que tendría que llevar a Yoongi a las duchas y la sala de interrogatorios, era que el asesino había utilizado solo sus manos para dejar hecho trizas y desangrándose al oficial Choi, uno de los mejores y mas fuertes policías que la unidad tenía.
Si había dejado a Choi en tan mal estado, ¿Qué le haría a él, que no poseía ni la mitad de su fuerza?
Lo único que lo consolaba, era que le habían devuelto el horario diurno, y durante la noche quien vigilaría al asesino era el oficial Jeon, un pobre diablo que había sido recientemente transferido desde Budan, aunque eso significaba pasar mas tiempo cerca del prisionero. Y Hoseok no estaba seguro de poder soportarlo.
『🔪』
Hoseok temblaba de la cabeza a los pies mientras se paraba frente a la puerta, reuniendo el valor suficiente para abrir la pesada placa de metal y sacar al asesino de su confinamiento. Tomó profundas respiraciones una y otra vez mientras estiraba su temblorosa mano hacia la puerta, sosteniendo la llave que abría la celda.
—V-Voy a a-abrir la puerta— dijo mientras que, con gran dificultad, insertaba la llave en la cerradura— Queda-Quedate contra la pa-pared y no intentes na-nada — se maldijo a si mismo por ser incapaz de hablar sin balbucear y, finalmente, se adentro en el habitáculo.
El aire en aquella celda se sentía mas opresivo y pesado, cargado de la característica aura de maldad pura que acompañaba al asesino a donde sea que fuese.
Min Yoongi se encontraba acostado en su dura cama, los brazos bajo la cabeza y las piernas flexionadas. Giró la cabeza en dirección al policía y, con una sonrisa tenebrosa, se puso de pie.
—Buenos días, Corderito — dijo a modo de saludo mientras extendía las manos para que Hoseok le pusiese las esposas. Su voz enviando tenebrosos escalofríos a través de la espina dorsal de su acompañante.
Con precaución, Hoseok se acercó a él, sus manos temblando gravemente mientras rodeaba las muñecas del recluso con las esposas de metal. Se estremeció y sonrojó cuando el asesino le rozó la mano con su fría piel, causando una risa extraña en el convicto. Una risa que se encontraba a medio camino de espeluznante y encantadora.
Obligó al asesino a caminar por delante de él, y por mucho que lo intentó, Hoseok se vio incapaz de no darle un vistazo al trasero del joven. Claro que no se podía ver mucho con aquel traje naranja, pero aún así Hoseok creía que el Payaso asesino tenía un trasero bastante agradable.
Y luego se golpeó a si mismo por estar pensando algo como eso acerca de un prisionero. Y no un prisionero cualquiera, sino el mas sádico y temible que había caído en aquella prisión, uno al que incluso los demás reclusos le temían.
Al llegar a las duchas, Hoseok se encontró con la nada misma, y se reprendió por olvidar que las duchas eran vaciadas para el asesino, con el propósito de evitar que mas especulaciones fantasiosas se esparcieran entre los reclusos. Y recién entonces cayó en la cuenta de que no solo iban a estar ellos dos solos en aquel lugar, sino que además el joven (y atractivo) asesino estaría completamente desnudo.
La idea, por mas que Hoseok intentase suprimirla, se le antojaba descomunalmente atractiva. La sola posibilidad de poder apreciar la piel desnuda del hombre lo hacía estremecer, su imaginación corriendo velozmente a través de escenarios nada buenos para su carrera.
El preso volteó a mirarlo, extendiendo sus muñecas esposadas hacia Hoseok. Aún sin salir de su estupor, el joven policía miró de las esposas a la cara del hombre parado frente a él.
—¿Vas a quitarme estas cosas con los ojos o qué?— gruñó Yoongi, impaciente, frunciendo el ceño hacia Hoseok.
Solo entonces Hoseok reaccionó, y con un leve sonrojo en sus mejillas se acercó al preso para quitarle las esposas. En cuanto tuvo sus manos libres, Yoongi procedió a quitarse el asqueroso traje anaranjado que se veía obligado a llevar, causando que Hoseok se sonrojara con fuerza y se alejara a pasos torpes.
El policía mantuvo sus ojos cerrados y el rostro apuntando hacia la pared contraria, en contra de todo el entrenamiento que había recibido, evitando así mirar hacia la ducha que el asesino estaba ocupando. Podía oír el agua caer, y a pesar de no querer se encontró a si mismo imaginando la forma en que el joven pasaba las manos por su cuerpo para eliminar la suciedad.
La forma en la que la piel del asesino se sentiría bajo sus manos, la textura de sus labios, la ferocidad en sus ojos cuando lo tomara, la pasión con la que lo poseería...
Y entonces escuchó un gruñido que se oía muy similar a un gemido, y antes de darse cuenta estaba volteando en dirección a la ducha, donde el esbelto y mojado cuerpo del asesino era frotado por las manos de este.
Se mordió los labios mientras dejaba a sus ojos pasearse por la pálida piel del muchacho, sintiendo inmensas ganas de acercarse y tocarlo. Sus dedos cosquilleaban por la necesidad de pasarlos por aquel cuerpo de porcelana, y un insoportable calor comenzaba a agolparse en su parte inferior.
—¿Disfrutando la vista, Corderito?— preguntó Yoongi con sorna al percatarse de los hambrientos ojos que lo escrutaban.
El rostro de Hoseok se tornó de un rojo furioso al ser atrapado observando y automáticamente volteó el rostro hacia la pared. El asesino, con una sonrisa maliciosa, se dispuso a salir de la ducha con el fin de jugar un poco con el nervioso policía.
Se acercó a paso lento al joven, su cuerpo mojado y desnudo, y se paró justo frente a él. Con una de sus manos tomó la mandíbula contraria y obligó a Hoseok a mirarlo, sus miradas se encontraron, y Yoongi podía ver el miedo y, aunque leve, la excitación fluyendo en las orbes marrones.
Se acercó peligrosamente hasta que no quedó ni un centímetro de distancia entre sus cuerpos, sintiendo a Hoseok temblar contra su cuerpo mojado. Entonces acercó su rostro al contrario, y con una lentitud agonizante para el menor lamió el labio inferior del policía, saboreandolo con gusto y deleitándose con el evidente estremecimiento que había recorrido el cuerpo contrario.
—No te preocupes, Corderito, no voy a comerte — susurró con voz pesada y sensual contra los labios contrarios. Sus labios estaban tan cerca, que el caliente aliento de Hoseok se coló entre sus labios cuando este soltó un gemido tan suave y delicado como la seda.
Y entonces se apartó, dejando a un muy aturdido Hoseok parado detrás suyo mientras se secaba y vestía.
La ardiente forma en que el asesino le había hablado y pasado su gatuna lengua por el labio de Hoseok había dejado en él un fogoso deseo por ser tomado por aquel hombre. Mirando hacia abajo, no se sorprendió al encontrar una dura erección en su pantalón.
Aquella noche soñó con el joven sin nombre, y su ardiente cuerpo follandolo de la forma mas dura y exquisita en la que podría ser follado. Un acto que solo podría ser descripto como salvaje y pasional.
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Killer clown. [Yoonseok]
Mystery / ThrillerQuizás estoy enfermo por enamorarme de un asesino. ➥◌ iiwritesinsnotfluff ┊◌ BTS; criminal!AU ┊◌ Yoonseok. ┊◌ killer!Yoongi, police!Hoseok. ┊◌ suspenso, drama, smut. ➥✎ Extensión: prólogo+18 partes+epílogo ┊✎ Estado: co...