VI

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Capítulo seis:
Hechizado por ti.

Pronto, Hoseok se encontró a si mismo siendo amable con Yoongi. Pequeños detalles como un "buenos días" al llegar y "que disfrutes la comida", siempre acompañados de radiantes sonrisas, eran los que Hoseok había adoptado y que confundían a Yoongi.

El miedo que Hoseok sentía hacia él, o la mayor parte, había desaparecido, y Yoongi había descubierto que le encantaba ese hecho incluso mas de lo que le gustaba asustar al nervioso joven. Porque desde el día en que había dado a conocer su nombre, Hoseok lo había tratado como a su igual, como si fuesen viejos amigos que acababan de reencontrarse, y no como si Yoongi fuese un asesino y Hoseok el encargado de custodiar su celda.

—Y luego Jin me regañó por haber roto el florero que su novio le había regalado— finalizó Hoseok su relato, su alegre voz colandose al interior de la celda por la ventanilla de la puerta.

Yoongi río al oírlo, su cuerpo apoyado contra la puerta y una sonrisa plasmada en su rostro, la ya familiar sensación de calidez burbujeando en su interior.

No había pasado mucho tiempo antes de que el asesino comprendiese que la cálida sensación que sentía en su pecho al oír o ver a Hoseok era lo mas cercano a amor que alguna vez había sentido. Y tal vez estaba, por primera vez desde que tenia seis, algo asustado, porque él jamás había sentido algo parecido, y sentirlo por el policía que estaba obligado a vigilarlo no era exactamente lo mejor.

—Oye, Yoongi— la voz de Hoseok lo sacó de sus pensamientos, el nombrado hizo un sonido afirmativo, para dejarle saber que estaba escuchando— ¿Sabes? Me molesta no poder verte a la cara cuando te hablo.

La afirmación sorprendió a Yoongi, mas no tuvo tiempo para formular una respuesta, cuando escuchó el característico sonido de una llave girando en la cerradura. Sorprendido, se apartó de la puerta, justo a tiempo para evitar ser golpeado por esta. Al levantar la vista, encontró la amistosa sonrisa de Hoseok, quien cerraba la puerta tras de si.

Con asombro, contempló como Hoseok se alejaba de la puerta y se dejaba caer sobre la incómoda cama, sentándose con las piernas cruzadas en posición de indio. El policía le regaló una nueva sonrisa, al mismo tiempo que palmeaba el lugar a su lado.

Con algo de cautela, Yoongi se puso de pie y se sentó junto al sonriente policía, parecía ser que el joven sonreía muy a menudo. Hoseok, entonces, procedió a contarle acerca de su familia y su vida. Le habló acerca de cómo decidió convertirse en policía, sobre su amorosa madre y su estricto padre, sobre cómo conoció a Seokjin y su novio Namjoon, sobre su fracasada e inexistente vida amorosa.

Y Yoongi lo escuchó atentamente, porque la voz de Hoseok le resultaba completamente encantadora, y la forma en que movía exageradamente las manos al hablar le parecía de lo mas tierna. Además, claro está, el ferviente deseo de besar aquellos labios, que se movían tan tentadoramente mientras hablaba, se mantenía siempre presente.

Yoongi estaba hechizado por el menor.

—¿Qué hay de ti?— le preguntó entonces Hoseok, y solo en ese momento Yoongi fue capaz de despegar sus ojos de los preciosos labios del policía, para encontrarse con un leve sonrojo en las mejillas contrarias— Cuentame de tu familia.

La mueca que se formó en el rostro de Yoongi le avisó a Hoseok que el tema que había tocado era algo sensible para él. Quiso retirar la pregunta al ver la tristeza que había ensombrecido el apuesto rostro, cuyas heridas ya habían desaparecido.

Y entonces hizo lo primero que se le ocurrió hacer.

Murmurando un "lamento haber preguntado" rodeó al recluso en un apretado y cálido abrazo, estrechándolo contra su cuerpo y apoyando la cabeza en el hombro contrario. Yoongi dejo caer su cabeza contra la de Hoseok con suavidad, dejando que la respiración y el contacto con el menor se llevara los amargos recuerdos.

Ninguno de los dos estaba seguro de cuanto tiempo habían estado allí, abrazados en la cama, sus respiraciones calmas y sus corazones latiendo al unísono. Sin embargo, Hoseok no podía permanecer en aquella celda, haciéndole compañía a Yoongi, por siempre, y cuando faltaban veinte minutos para que el turno de Hoseok acabara, el policía se despidió y salió de la celda.

Era una suerte que nadie, ni policías ni reclusos, se acercaran a esa zona, o Hoseok estaría en graves problemas.

Killer clown. [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora