Killer clown. [Yoonseok]

VIII

Capítulo ocho:
Pecaminoso placer.

Yoongi miraba a Hoseok inquisidoramente, mientras el menor se limitaba a jugar con sus dedos, esquivando la mirada del recluso. Los nervios del policía habían regresado con fuerza y, como siempre, estar cerca del asesino ponía a su corazón a correr.

—Oye, ¿Estás bien, Corderito?— preguntó el hombre a su lado al tiempo que una de sus manos acariciaba el hombro del policía — Últimamente has estado algo... disperso.

Hoseok quiso sonreír, pero en cambio le salió una mueca incómoda que alertó a Yoongi. Con un suspiro, retiró su mano del hombro de Hoseok y se puso de pie, para tomar asiento en el suelo, algunos metros separado del menor, su corazón rompiendose ligeramente ante el rechazo implícito del menor.

Aunque ligera, una sombra de tristeza había ensombrecido el rostro del recluso, y Hoseok, alarmado, apresuradamente se puso de pie y se lanzó hacia Yoongi, sentándose en su regazo y rodeándolo con sus brazos.

—Pensé que te incomodaba que te tocara— susurró el mayor mientras apretaba a Hoseok contra su cuerpo y descansaba la cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro.

Hoseok ni siquiera contestó, se limitó a abrazar al recluso con fuerza en un intento por transmitirle la verdadera razón por la cual estaba tan nervioso y distraído últimamente.

『🔪』

—Está bien, Corderito — susurró Yoongi, intentando tranquilizar al policía frente a él — No duele, lo juro— la suave voz de Yoongi fluía por los oídos de Hoseok, cuyos ojos estaban fijos en los del mayor— Hoseok, sé que es tu obligación, está bien.

Suspirando, Hoseok le puso las esposas a Yoongi, lanzándole una mirada de disculpa que el mayor correspondió rodando los ojos. Y en el camino a las duchas, los nervios de ambos se habían disparado, como llevaba ocurriendo durante el último mes.

Una vez que Yoongi estuvo libre de las esposas comenzó a desvestirse, sintiéndose repentinamente inseguro de su cuerpo. Hasta que no había descubierto la fuerza de sus sentimientos por el menor, Yoongi no se había sentido avergonzado y temeroso de tener que desnudarse frente a Hoseok. Pero allí estaba, intentando disimular un sonrojo mientras se despojaba de su ropa y se adentraba en la ducha.

Un leve vistazo hacia atrás le mostró que Hoseok se encontraba mirando al suelo con el rostro completamente rojo, lo cual le sacó una pequeña sonrisa, al menos él no era el único avergonzado.

Mas relajado, se dispuso a frotar su cuerpo con el jabón florar que Hoseok le había conseguido (algo de lo que él estaba agradecido, porque el jabón de la prisión era lo menos parecido a jabón que había). Resulta que ser amigo de un policía tenía muy buenos beneficios, no es que a Yoongi le importase mucho tener beneficios.

Dejó a su mente vagar mientras el agua se llevaba los residuos de jabón y shampoo, su imaginación volando a pensamientos nada puros relacionados con el policía a sus espaldas. El cuerpo de Yoongi comenzó a calentarse mientras veía, en su mente, a Hoseok arrodillado frente a él, con el rostro bañado en su semen.

Y Yoongi no pudo evitar tomar su falo con su mano derecha y gruñir placenteramente mientras bombeaba con lentitud, intentando no alertar a Hoseok.

Pero lo que él no sabía era que el joven policía estaba muy pendiente de él, y en cuanto oyó el sensual gruñido volteó la mirada en dirección a Yoongi, sintiendo su propio miembro crecer al ver la forma en que el recluso se daba placer, con un brazo apoyado en la pared de la ducha y su cabeza echada hacia adelante.