Es el fin

257 19 0
                                    

Hacía tres días que no veía a Jasir, pero en la mañana recuperé mi teléfono, por lo que al menos ya podíamos llamarnos y mandarnos textos.
Comenzamos a hablar todo el día, yo lo contenía con sus problemas, pero cuando llegaba el momento de hablar de los míos, parecía que no le importaba... Me hacía sentir sola, y no decía nada porque las pocas veces que nos veíamos no quería pelear.
Ese día me buscó en la escuela y nos fuimos al parque, habíamos conversado un largo rato ya:

- ¿Pasa algo? Estás distante...- dice él.

- No, no... Todo está bien.

De repente, un auto de policía frena en la calle de enfrente. Le hago señas con la cabeza a Jasir para que lo vea y decidimos levantarnos y caminar hacia el otro lado como si no pasará nada.

Un par de cuadras después vemos que el auto está detrás de nosotros. Jasir me toma la mano fuerte y seguimos caminando, ahora un poco más rápido.

Finalmente el auto se frena al lado nuestro. El policía se baja, le pide a Jasir sus documentos y nos deja irnos:

- Dios, qué susto... Pensé que iba a detenerme- dice él.

- Creí que era por la orden...- dije.

- Yo también, creo que por esta vez nos salvamos.

8 días después volvimos a vernos, Jasir me esperaba frente a la escuela, y creo que ese fue nuestro primer error:

- Te extrañe amor- dice él.

- Yo también, pero tenía tanto miedo de que nos vieran juntos...

- Todo estará bien, me aseguraré de que así sea...

- Eso espero...

Otra vez fuimos al parque, y cuando nos sentamos y tuve tiempo para besar a Jasir, algo que extrañaba. Cuando volteo, veo un coche de policía:

- Tal vez quieran mis documentos otra vez.

- ¿Y si mejor nos vamos? Me pone incómoda.

- Vamos.

Nos levantamos y caminamos por el lado contrario al que fuimos la otra vez, y nuevamente, la policía nos seguía.
Todo pasó tan rápido que no me di cuenta de nada:

- Jasir Brahim queda detenido por violar una orden de restricción- dice el policía mientras lo esposa y le dice sus derechos.

No quiero soltar su mano, no quiero soltarlo a él, no puedo dejar que se lo lleven:

- ¡No! ¡No, por favor!- digo.

- Solucionaremos esto amor, llama a mi hermana.

PielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora