Notificacion

211 12 0
                                    

Ese día me fui con mí hermano, y les llegarían las notificaciones a mis padres de que oficialmente me emancipaba.
En un principio se lo tomaron bastante mal... Y creo que así lo seguirán tomando, pero no me importa, porque es necesario empezar de nuevo.
Vi a Jasir y le conté que por fin estaba emancipada, lo puso feliz después de que tuvo muchos días de tristeza por su madre:

- Es una gran noticia amor- dijo él- ¿Somos libres?

- Oficialmente si.

- ¿Por qué no me lo habías dicho antes?

- Porque ya sabes, pasó todo lo de tu madre, y no era el momento correcto.

- Lo siento, fui muy egoísta, todos estos días no te he preguntado si estabas bien o si pasaba algo nuevo... Lo siento, he sido un muy mal novio.

- Amor, no tuviste buenos días, y yo quería apoyarte con eso, no has sido para nada un mal novio, eres el mejor novio del mundo... Pero estos días necesitabas pensar un poco en ti, por los dos, para que sanes... No todo se trata de mí.

- Te amo- dice él.

- Yo a ti.

Me acerco y lo beso con tranquilidad, sé que ya nadie puede separarnos, ni órdenes judiciales, ni padres, ni nada... Somos libres, somos una pareja normal.

- Quiero que hagamos el amor- dice él.

- Yo también.

Desde que Jasir y yo nos veíamos en secreto teníamos muy poco sexo, solo cuando encontrábamos momentos y planificando con cuidado porque seguro nuestros padres se enterarían... Ya no.

Mi hermano me había dicho que dormiría de su novia, asique teníamos la casa para nosotros dos solos, por lo que le dije a Jasir que cenara conmigo.

Él llegó a casa y yo ya había preparado la cena, nos sentamos a comer y Jas me pregunta:

- ¿Te das cuenta de que es la primera vez desde que estamos juntos que cenamos como una pareja normal?

- Tienes razón, creo que nos debemos muchas citas.

- Y mucho sexo.

- Ah, ni hablar, eso también...

Hablamos de muchas cosas mientras comíamos, y cuando terminamos él me dijo:

- ¿Y si pasamos al postre?

- No compramos nada para comer de postre...

- Yo veo algo que me quiero comer- dice mirándome.

- ¿Ah, si?

- Sí, y estoy hambriento.

- Pues acabamos de comer.

- Sí, pero yo hace mucho no pruebo de eso, y estoy antojado...

- Entonces deberías...

Él levanta los platos con mucho cuidado y los deja sobre la mesada, vuelve y me levanta de mi silla, me coloca sobre la mesa, y abro las piernas de modo que su cuerpo está en contacto directo con el mío.
Él me besa desesperado, y baja a besar mí cuello:

- Jas...- suspiré.

- ¿Qué ocurre cariño?- dice mientras sigue besándome.

- Estoy tan caliente...- confieso.

- Yo también maldición, como me excitas... Extrañé esto.

- Hazme el amor Jas...- digo mientras él manosea mi trasero y procedo a quitarme la blusa.

- ¿Qué quieres?

- Que me hagas el amor... Encima de esta mesa, en mí habitación, en el sillón, en el baño... Hazme el amor por favor.

- Quítate los pantalones- dice él, y se quita los suyos.

Él se quita la camiseta y nos frotamos un minuto antes de que me penetrara. Jas iba despacio al principio y luego aceleró el ritmo. Suelto un gimoteo involuntario:

- ¿Estás bien?- pregunta él.

- Si si... Continúa.

Cuando estoy a punto de terminar, Jasir se quita:

- ¿Que estás haciendo?- le pregunto.

- Mh, sabía que no te gustaría nada...¿Quieres que siga?

- Si Jas...

- Pídemelo.

- Jasir vamos, estoy a punto de venirme...

- ¿Necesitas de mí ayuda?

- Sí, vamos...

Él roza con la punta de su pene en mi clítoris unas cuantas veces, haciéndome gemir, me tiemblan las piernas muy intensamente y se me eriza la piel:

- Jasir...

- Vamos amor...

- Estoy... Estoy a punto...

Él me penetra rápidamente, y después de unas cuantas embestidas, por fin acabo.

- Me hiciste desear...- le digo.

- Por supuesto, te tenía a mis pies... Me estabas implorando.

- Te hubiese pasado lo mismo en mí lugar, estaba tan cerca... Dios, fue fatal, no se juega con esas cosas.

- Debes admitir que es muy sensual.

- Sí, tienes razón, pero ya no aguantaba...

- Nunca te había visto temblar así.

- Hacia mucho no teníamos sexo de esta manera, liberados por fin siento que todo es distinto.

- Sí, siento lo mismo...

- ¿Quieres la revancha en el sofá?

- Por supuesto.

PielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora