For You- Joseph Morgan

Capítulo 67; El Final.

Julio 23, 2017.

Última Comic Con de Los Originales

Estoy aquí la última vez, con Emma Adams sentada a mí lado en la primera fila cómo hace tres años, esta vez tengo una bebé de dos años y medio sentada en mi regazo observando a su papá sentado en el escenario por última vez hablando sobre Los Originales.

—Mi prometida está aquí—Joseph me mira, y sonríe—. La conocí hace tres años en este mismo lugar—le cuenta a la audiencia, todo el mundo me observa—. Y eso es algo que siempre agradeceré.

—Basta de ponernos sentimentales, me harás llorar—interrumpe Daniel—. Y ya van suficientes lágrimas por el día—dice, en referencia al hecho de que Julie Plec anunció el fin de Los Originales y la audiencia estalló en lágrimas.

El panel se termina, y Emma y yo abandonamos el salón de conferencias escoltada por los guardias.

—Eso fue emotivo—le digo a Joseph al encontrarlo en la sala detrás del escenario—. Fue una linda última vez.

—Aun no puedo creer que todo comenzará aquí—se ríe Emma—. Dejarte tirada aquí es lo mejor que he hecho.

—Completamente de acuerdo—apoya Joseph, cargando a Helena entre sus brazos—. ¿Quieres algo de comer?—le pregunta.

—No, papá.

La primera palabra de Helena fue Niklaus, y a que no adivinan quién se la enseñó, el tío Daniel/Elijah.

—Tenemos que hablar de algo—me avisa a mí.

—¿Qué es?

—Te lo diré en el hotel.

—¿Algo malo?

—Mi madre llamó.

Su madre no ha llamado en dos años.

—Hola, princesita—saluda Phoebe, quién ama a los bebés más que a nadie—. Déjame cargarla.

Helena prácticamente salta a sus brazos. Las dos se alejan junto a Emma para tomarse fotografías.

—Ven conmigo—Joseph me pide, toma mi mano y me lleva en dirección a otra habitación vacía—. Dijo que lo sentía—me dice.

—¿Y qué le dijiste?

—Nada. Literalmente nada.

—¿Quieres decirle algo?

—Quiero estar a tu lado y que estemos bien para siempre.

—No necesitamos a tu madre—anuncio, tomando su mano para tranquilizarlo. 

Él niega, separarse de su madre ha sido difícil para él, pero ha podido soportarlo.

—Solo necesitamos casarnos—me sonríe.

—Me casaré contigo cuando acabé la universidad, y es una promesa.

—Esta es la última vez que estamos dónde todo empezó—se inclina hacia mí, para besarme—. ¿Qué tal sí empezamos de nuevo?

—Por ti empezaría mil veces más.

—¿Por mi?

—Por ti—respondo, y beso sus labios.

FIN.