Persia White me mira fijamente. Con los ojos cafés rebosantes de desagrado.
No recordaba lo alta que era, me siento demasiado pequeña ante ella. Su cabello que usualmente va rizado, como la melena de un feroz león, hoy está liso. Extrañamente puedo decir que se ve muy bonita.
-Hola.-Saludo, un segundo luego de decirlo, me arrepiento. He sonada muy estúpida, y ella me mira peor.
-¿Tú qué haces aquí?-Repite, de manera mordaz. El odio que tiene en mí contra puede percibirse a un kilómetro de distancia, y sin embargo, ni Daniel ni Rachael a menos de diez metros acuden a suavizar la incómoda y horrible situación.
Me quedo callada, no sé que decir ante la expresión de rabia y odio que se apodera de su rostro.
-Parece que resultaste ser la prostituta interesada que yo siempre supe que eras.-Me dice, de manera tranquila, como si hablara de la madera del cual está hecha la hermosa puerta de Daniel.-Porque estás preñada, ¿cierto? Ya tienes al maldito idiota justo donde querías.-Ella sigue, el silencio detrás de mí me resulta muy desagradable.
Por suerte, unos segundos de humillación luego, Daniel finalmente acude a mí rescate.
Me siento ridícula al pensar en qué necesito la intervención de alguien más para librarme de ella. Ridícula e inservible.
-Alto al fuego.-Daniel interviene, con su encantadora forma de ser.-¿Por qué tan agresiva? Cuando tú y yo éramos amigos, recuerdo que eras amable.-Daniel finge estar sorprendido.
-Soy amable con mis amigos, Dan.-Responde Persia.-Y es por eso que estoy aquí, quede con Rachael para venir a ver al pequeño Theodore, incluso le he traído un regalo.-Persia agitó la bolsa de compras que llevaba.
Debería comprarle un regalo a Theodore y traerlo la próxima vez que venga. Agrego a las notas mentales comprar un regalo para el bebé.
-Vale, adelante. Pero, controla la agresividad en contra de mí pequeña amiga aquí.-Daniel me señala con la mirada.-No quiero ninguna pelea callejera dentro de mi casa.-Continua, riéndose. Su intervención alivia la tensión entre ambas, Daniel es muy bueno para eliminar la incomodidad.
Persia cruza junto a mí en dirección a Rachael y el bebé. Charlotte deja el trabajo de recoger los colores de un lado al verla, corre hacia ella con una gran sonrisa. Siento algo presionar mi pecho, me siento traicionada.
Rachael me regala una mirada apenada, niego en silencio y me obligo a sonreír para enseñarle que no me molesta la inesperada aparición de la ex novia de mi novio, aunque dentro de mí, me gustaría prenderle a fuego a Persia y ver cómo muere quemada lentamente.
-¡Mira, mira!-Charlotte se acerca al mesón, en donde he dejado el dibujo extraño que ella ha hecho.-¡Es un bebé!-Anuncia la pequeña ternura Gillies.
-¿Un bebé?-Persia repite, examinando la obra de arte con una gran sonrisa.
Las manos me tiemblan a causa del nerviosismo, me preocupa lo que se pueda escapar de la boca de la pequeña Charlotte.
Sus brillantes ojos chocolates se encuentran con los míos, la bebé me regala una sonrisa enorme.-¡Es el bebé de Ali!-Chilla con su inocencia encantadora. La expresión en el rostro de Persia cambia, por lo que la pequeña se gira hacia ella.-Papá dijo que el tío Joe tendría un bebé muy pequeñito, y que Ali lo tenía en la barriga.-Explica, a pesar de su corta edad, su capacidad para hablar con claridad es sorprendente.
-¿Ah, sí?-Persia recupera la serenidad. Veo la incomodidad reflejarse en Daniel, tiene una extraña postura al lado de su esposa.
Agradezco internamente los golpes en la puerta, corro en dirección a la entrada, alejándome gustosamente de la escena desagradable.
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For You- Joseph Morgan
FanfictionAquellas series de vampiros no eran importantes para Alison Hale, mucho menos el rubio de encantadores ojos azules y un acento hipnotizador. Sin embargo, tras conocer a Emma Adams se ve arrastrada a una de las conveciones multi-género de entretenimi...