Capítulo 27

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Sentí cómo estaba acostada sobre una superficie blanda a pesar de que apenas era consciente de lo que me rodeaba. Notaba mi mente turbada, y esa sensación se agravó cuando mi nuca empezó a sentirse adolorida y entumecida. Me respiración se aceleró cuando empecé a recobrar la consciencia, pues recordé lo que pasó y era más que probable que, en esos momentos, fuese una prisionera. Mi corazón comenzó a desbocarse ante el miedo a estar indefensa, y fue entonces cuando escuché unos pitidos extremadamente familiares para mí; estaba conectada a un electrocardiógrafo.

-Parece que ya despierta, Vanille.

- ¿Claire? – pregunté con voz débil-.

-No, querida, Lumina. Bienvenida al mundo de nuevo. Menos mal que esta gente aprendió algo observándote.

Cuando abrí los ojos, encontré una habitación especialmente diseñada para enfermos y, mientras que Lumina me observaba con su permanente aire divertido, Vanille parecía haber estado sin dormir varias horas por estar a mi lado. Pero, ¿cómo es que ellas estaban allí?

- ¿Q-qué hago aquí? ¿Dónde están Clai... Lightning y Fang?

-Eurielle, ¿qué dices? – preguntó Vanille, confusa, y llevó una mano a mi mejilla-. Te desmayaste en tu casa, y cuando la Orden te hizo la visita mensual te encontraron tirada en el suelo. Llevas aquí tres días. Hace nueve días que no sé nada de Lightning, y Fang... - su tono se enrareció, pues hacía mucho que no hablaba de ella-. Ya sabes que hace años que se fue.

-No... No, eso no fue lo que pasó – me llevé la mano a la cabeza-. Yo estaba con Fang y...

-Parece que el golpe te dejó muy mal – intervino Lumina, aunque con un tono que me advertía algo que yo pasaba por alto-. ¿Te sientes bien?

-Perfectamente. Pero di algo, tú también estuviste en las Marcas Salvajes, sabes que fui con...

-No sé de qué me hablas – cambió su tono a uno más tajante, y fue entonces cuando decidí callar, pues Lumina era peculiar, pero jamás hablaba de forma cortante-.

-No te enfades con ella, Lumina. Me alegro de que te hayas puesto bien – se acercó a mí y me abrazó con ternura-. Debes estar hambrienta, ¿quieres que te traiga algo?

-Eso ni se pregunta, Vanille, es evidente que sí. Tú ve a por ello, yo la vigilaré un rato.

Observé cómo aquel cuerpo tan familiar se levantaba de su asiento y abandonaba el cuarto. Cuando ya no pude oír sus pisadas, solo pude percibir silencio. Entonces, pensé en que yo no tenía tanta imaginación como para inventar un viaje, un romance y un reencuentro familiar en un sueño y, recordando en mi piel un tacto que no se había desvanecido, levanté mi camisa y examiné mi abdomen. Casi se había borrado, pero aún tenía la marca de Claire.

-No me he inventado nada de esto, y tú lo sabes – dije acariciando con una repentina nostalgia la zona-. ¿Por qué has mentido a Vanille?

-Porque es ingenua. Si ella se enterase de todo lo que habéis pasado Lightning y tú, no tardaría en atar cabos y llegar a la conclusión de que queréis parar el Canto de las Preces. Vanille parece muchas cosas, pero tonta no es una de ellas. Ya se lo dije a tu novia, Serah y Hope son una mentira, y Vanille se ha visto envuelta en ella como sacrificio divino. Una lástima que no quiera creerme.

- ¿Cuándo le has dicho eso? Nunca me habló de ello.

-Se lo dije en un lugar en el que no podíamos ser alcanzadas por Bhunivelze. Él la vigila de cerca, quiere que se convierta en la Etro del nuevo mundo, y si nos hubiese oído hablar, habría anticipado la traición. Sin embargo, no es omnipotente, es incapaz de leer y comprender la mente y el corazón humano. Por eso hablamos dentro de su propia alma. Si te puedo contar esto ahora, es porque él está especialmente concentrado en ella el día de hoy.

Final Fantasy XIII: Mi RedentorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora