Ya lo esperaba

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LIESEL P. O. V.

Estacioné mi moto frente al garage, entré a la casa sonriendo porque el contratista le había dado fin a las reparaciones y podría volver a mi departamento

-Liesel, no imaginas lo que le pasó a Saúl- exclamó mi madre en tono preocupado al verme llegar

Me encogí de hombros, -se lo comió un zombie- dije restándole importancia

-Liesel- reprendió, -trataron de asaltarlo, llegó muy golpeado a la casa- contó

-Que mal- dije desinteresada mientras buscaba algo de comer en la cocina

-Pobre de mi prometido- habló mi hermana entrando a la habitación con el botiquín en la mano, -tiene muy inflamada su cara, deberías verlo hermanita-

-No gracias- y salí para subir las escaleras, -¡me voy está noche!- grité antes de cerrar la puerta de la habitación

JOE P. O. V.

Miraba mis nudillos ahora rojizos mientras bebía mi café sentado en la barra de la cafetería, un periódico frente a mí captó mi atención, y cuando lo leí, salí apresurado dejando un billete para pagar

LIESEL P. O. V.

Subí la última maleta a mi cama, y comencé a sacar toda mi ropa para organizarla en las cajoneras, por fin volvería a mi privacidad, a mis paseos por la casa en ropa interior, mis comidas nocturnas, mis siestas sin problema, a todo lo que me encanta... ah si, necesito un teléfono

Cuando todo estuvo en su sitio, tomé una pequeña siesta que terminó al día siguiente, esto no habría podido hacerlo en la casa de mis padres

Después de darme un baño y vestirme, decidí revisar la cocina y el refrigerador, tomé nota de lo que debía comprar y salí al súper de la vuelta; iba sumida en la música que emitían mis audífonos en mis oídos cuando lo ví

Estaba quitándose el casco, parecía que recién se había estacionado; cuando bajó de la motocicleta, sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo llevo a su boca, la cual parecía tener una herida

-¿Qué haces?- alcancé a escuchar sobre la música, miré a mi alrededor, había caminado hasta estar parada frente a él; alzó una ceja esperando mi respuesta mientras expulsaba el humo por sus fosas nasales, -¿vas a quedarte ahí solo observándome?- preguntó seco

Negué con la cabeza, -lo siento- dije retirando mis audífonos

-¿Con qué escuchas música?- dijo señalando los audífonos, saqué mi reproductor y se lo mostré, -esto es tuyo- dijo entregándome mi celular, -está descargado- anunció

-¿Cómo lo recuperaste?- pregunté sorprendida

-Le cayó a mi vecino en la cabeza- contestó restándole importancia, -¿qué haces por aquí?- preguntó

-Es mi barrio- contesté sin pensarlo, -eso sonó raro- analicé, -vivo a la vuelta- aclaré, -¿tú?- negó con la cabeza

-¿No vivías con tus padres?- preguntó cambiando el tema

-Ya volví a mi departamento- contesté suspirando, -¿qué te pasó?- pregunté señalando su labio

-Un poste- contestó seco

-Que gran poste- dije sarcástica, sonrió, -te robé una sonrisa- reí pero no duró mucho porque selló mis labios con los suyos

-Y yo un beso- murmuró serio sobre mi boca, sentí mis piernas flaquear por la sorpresa, -te veré luego- se despidió alejándose repentinamente de mí, ¿qué sucede con ese hombre?

JOE P. O. V.

-Joven, creí que ya no volvería- dijo la enfermera asombrada al verme

-Lo siento Mildred, tuve asuntos que atender-

-Usted sabe lo que opino de sus visitas- ...que no debería venir

-¿Cómo ha estado?- pregunté mientras la observaba mirar por la ventana

-Tranquila, esta volviendo a preguntar por ella- contestó suspirando, -los señores vienen a verla todos los fines de semana-

-¿Dice algo de mí?- pregunté

-No- asentí

-Bien- murmuré

-No tiene obligación de venir, rehaga su vida, no se atormente más- repitió

-Si dejo de venir Mildred, siento que la estoy dejando a ella- dije pensativo, -su abuela era su adoración, así como lo era ella para mí-

-Ay joven, deseo que encuentre un nuevo amor, y lo ayude a superar todo lo que guarda su corazón-

-El amor ya no existe para mí- susurré...

LIESEL P. O. V.

-Apesta a caucho- dijo una voz conocida entrando a mi establecimiento

-Miren quien se digno a visitarnos- dije riendo mientras levantaba la careta de soldar de mi rostro

-Hola pequeña saltamontes- saludó mientras abría sus brazos hacía mí, sonreí y corrí a abrazarlo

-Hola mocoso- saludé alejándome de él

-Voy a casarme- soltó serio, mi mejor amigo es todo menos serio; nos conocimos en el preescolar, después que se comió mis crayolas y le causaron indigestión; desde entonces fuimos inseparables, lloramos juntos, nos enojamos juntos, jugamos juntos, nos enamoramos, rompimos, volvimos, nos dejamos, y nuestra amistad prevaleció por muy extraño que parezca

-Espero y no sea el mismo día que la de mi hermana- dije tratando de disimular mi asombro

-No quiero hacerlo Liesel- confesó, -no la amo-

-Aren- advertí...

-Está vez prometo que no es por eso- ...él no me ha superado

-Conclusión, se embarazó y ahora te están obligando a casarte- reflexioné después que me explicó todo lo que estaba pasando

-Fue solo una noche, no puedo tener tan buen...- dejó la palabra en el aire

-Yo creo que sí- dije pensativa

-Tu debes saberlo- dijo coqueto, y rió cuando me vió girar los ojos

-No puedes huir- afirmé, -ofrece un acuerdo- propuse, -no te casas, pero eso no quiere decir que te desentiendas de tu hijo-

-También tengo miedo de eso, tengo veinticuatro años-

-¡Ay por Dios! Ya no eres un niño Aren, asume tus responsabilidades-

-A mi no me heredaron un taller señora rica-

-Yo no soy rica, mi taller no es la gran cosa-

-Jefe, trajeron las nuevas herramientas- anunció Joseph con entusiasme haciendo que Aren me lanzara una mirada acusatoria

-Yo ahorro- me defendí

-¿Crees que tu hermana me invite a su boda?- preguntó frunciendo el ceño pensativo

-Te doy mi invitación si quieres- propuse, -a quien le gustaría ir a la boda de su ex con su hermana- solté

-¡¿El novio es tu ex?!- exclamó sorprendido, me encogí de hombros

-No sería la primera vez- dijimos al mismo tiempo provocando nuestras risas

-¿Cómo lo llevas?- preguntó abrazándome por los hombros y atrayéndome a él para recargar mi cabeza junto a la suya

Suspiré, -inconcientemente, y en lo mas profundo de mi oscuro corazón, ya lo esperaba-

-Olvidé que eres una dramática- murmuró suspirando

-Así me amaste-

-Por supuesto, fuiste de las novias más dramáticas del mundo, estuve a punto de llevarte al teatro-

-Suficiente payaso-

-Ya te extrañaba bicho- dijo mientras restregaba su puño en mi cabeza...

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora