JOE P. O. V.
Cuando cerró la puerta tras de ella, la empujé contra la misma y cubrí su boca con la mía, tardó unos segundos en reaccionar pero me siguió el beso, la alcé por la cintura y rodeó la mía con sus piernas
Caminé hasta su habitación y la deposité en la cama sin dejar de besarnos, ambos estábamos necesitados del otro, y no duramos mucho tiempo más con nuestras ropas, toda prenda en nosotros había desaparecido y solo estábamos piel con piel
-No tengo condones- susurró sobre mis labios
-Estoy limpio- sonrió acompañada de una risita
-Eso no lo sé- dijo divertida alzando ambas cejas mientras separaba un par de centímetros mi rostro del de ella para mirarla
-Es en serio- aseguré con seriedad
-No me preocupo por eso- afirmó, -no tomó ningún tipo de anticonceptivo- aclaró
-Ese si es un problema- concordé suspirando girando y acostándome junto a ella tratando de recuperar la respiración, rió y en un segundo se encontraba sobre mí con su entrepierna sobre mi cara
Reí, pero mi risa fue ahogada cuando sentí su lengua lamer la punta de mi miembro, y un gemido salió de su garganta cuando atravesé su feminidad con la punta de mi lengua
-Así- gimió cuando le presté atención a su clítoris, pero aparté mi boca para dejar salir un suspiro al sentir cómo metía todo mi miembro a su boca mientras se ayudaba con su mano, -¿te gusta?- preguntó con voz seductora mientras comenzaba a acelerar el ritmo de su boca y yo comencé a imitar su ritmo mientras comenzaba a introducir mi lengua a su endidura y frotaba con un dedo su botón de placer
-Joe- gimió cuando introduje un dedo sin dejar de frotar con el otro, -si- gimió mientras aceleraba el movimiento de su mano en mi miembro
-Vamos fiera, ¿acaso no me extrañaste?- murmuré sin dejar el movimiento de mis manos, cubrió de nuevo mi miembro con su boca y empezó a chuparlo rápido provocando esa tan conocida sensación de ascensión, -si- dije en voz baja cuando comencé a sentir su orgasmo formarse, todo dentro de ella se contrajo y cuando estaba a punto de venirme ella lo hizo conmigo
-Joe- gritó con la respiración acelerada mientras mi placer comenzaba a salir ayudado con el movimiento de su mano, lamió la punta y se tumbó a mi lado, condujo su mano aún cubierta por mi semen por sobre sus pechos y entrepierna
-Al diablo- murmuré mientras me colocaba sobre ella alineando la punta de mi miembro con su entrada, -te compraré la pastilla temprano- y la penetré de un solo golpe haciéndola gritar, no esperé más y comencé a moverme rápido y con fuerza
-Ay Joe- murmuró cerrando los ojos y mordiendo su labio
-Mírame Liesel, quiero ver en tus ojos el placer que te provoco- obedeció y rodeó mi cuello con sus brazos mientras yo enterraba mis dedos en sus caderas para ir más profundo, -así fierecilla- gemí aumentando la velocidad de mis movimientos
-Ah, ah, ah- empezó gimiendo, -Joe- gritó mientras la sentía a punto, mordió su labio sin apartar sus ojos de los míos y entonces explotó con una increíble sonrisa en el rostro
-Liesel- gemí cuando fué mi turno y descargué todo de mí, recargué mi cabeza sobre su pecho mientras tratábamos de recuperar nuestras respiraciones
-Deberíamos hacerlo así más seguido- dije provocándole una risita mientras comenzaba a acariciar mi cabello, -solo tienes que empezar a cuidarte-
-¿Y por qué son las mujeres las que siempre deben cuidarse?- se quejó sin detener el movimiento de sus manos que comenzaban a relajarme
-Bien, investigaré con algún doctor si hay pastillas para los hombres, pero definitivamente no volveré a ponerme un condón contigo- volvió a reír
-Eres un tonto Joe- murmuró, aparté mi rostro de su cuerpo para mirarla sonreír y salí de ella provocándole un jadeo
-¿Qué tanto?- pregunté mientras la sorprendía introduciendo dos dedos en su feminidad
...
LIESEL P. O. V.
El sonido de un celular me despertó, la superficie bajo mi rostro se removió un poco y la profunda voz de Joe rompió el silencio
-Qué- contestó de mala gana, -ok- y no dijo nada más, así que asumí que ya había cortado, -me tengo que ir fiera, tengo ver a mi socio- anunció mientras me retiraba de sobre su cuerpo con delicadeza
-Bueeno- contesté abriendo los ojos para observarlo vestirse
-Te dejaré el dinero para la pastilla- anunció mientras se colocaba el pantalón
-Pas... ya- recordé enrrollándome en la sábana, -iré a la farmacia más tarde-
-No dejes pasar mucho tiempo- advirtió colocándose la playera y después los zapatos
-Tranquilo primor, tampoco quiero un mini tú- dije divertida
-No es por eso que lo digo- rodó los ojos mientras giraba a verme
-Ya sé amargado- le enseñé la lengua, se inclinó sobre mí y acarició mis labios con los suyos, pero antes de besarme se detuvo
-Te llamaré más tarde- afirmó alejándose de mí y sin voltear a verme
Me acomodé en la cama de nuevo dispuesta a dormir un par de horas más, cuando despertara tomaría una ducha e iría a la farmacia por la famosa pastilla "del día después"
...
Un toque constante y fuerte me despertó, alguien llamaba con demasiada insistencia a mi puerta, busqué mi ropa interior por la habitación y cuando la localicé me vestí, tomé de los cajones un camisón y me lo puse también
-¿¡Quién?!- grité irritada mientras caminaba hacia la puerta
-¿Por qué no me lo dijiste?- exigió mi hermana pasándome en cuanto abrí
-¿De qué hablas Liliana?- pregunté siguiéndola hasta el sofá
-Saul y tú- exclamó con los ojos llorosos
-Qué te dijo ese idiota- cuestioné rodando los ojos
-Estuvieron juntos Liesel, ¿por qué no me dijiste?-
-Porque no era importante- contesté con obviedad, -nunca tuvimos intimidad y no duramos ni tres meses- agregué restándole importancia
-¿Me juras que no tuvieron sexo?- preguntó sorbiendo su nariz
Rodé los ojos, -te lo juro Liliana, jamás te mentiría-
Asintió tranquilizándose pero de nuevo se echó a llorar, -me pidió un tiempo- exclamó
-No otra vez- rodé los ojos, -ese hijo de...- suspiré, -me daré un baño e iremos a hablar con él- asintió a la par que tocaban la puerta
-Es mi chofer- anunció sacudiéndose la nariz, asentí y me acerqué a abrirla, pero lo único que ví fue una visión una muy mala visión...
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Broken
RomanceRió, -¿cómo no puedo odiarte?, ¿cómo puedo hablarte como si nada hubiera pasado?, ¿cómo puedo sonreírte?- completó, -eres un buen compañero Joe, no había deseado estar con otro hombre hasta que te conocí; de los dos fuiste el más inteligente- sonrió...