Nada es seguro

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JOE                     P. O. V

Estaba de espaldas a mí hablando por teléfono cuando llegué, encendí un cigarrillo mientras esperaba y me acomodé las gafas oscuras

-Bien amor- se despidió girándose, -creí que no volverías-

-¿Cómo está?- pregunté sin mirarlo

-Tuvieron que intervenirla anoche, le colocaron un catéter interventricular para poder monitorear la presión en su cerebro y ver que disminuya- explicó, -el procedimiento comprometió el bienestar del bebé, Liesel puede...-

-¿Pueden pasar a verla?- pregunté tirando el cigarrillo y para que dejará de hablar

-No, todo es a través de un cristal, su mamá está ahora con ahí, cuando salga te avisaré- asentí mientras de reojo lo veía volver dentro

No sabía cuánto había pasado, solo sabía que llevaba cinco cigarrillos fumados, alguien se paró junto a mí cuando estaba por encender el sexto

-Ya puedes pasar- dijo mirándome desde arriba. Lo seguí hasta la habitación y nos paramos a unos pasos de la entrada, -debo ir a casa a comer y descansar un poco, puedes quedarte hasta que vuelva- asentí acercándome a la ventana

Estaba demasiado quieta y el ruido de las máquinas alcanzaba a escucharse aún con el cristal, por un momento me arrepentí y quería volver corriendo a la salida, pero me contuve y me quedé allí

-¿Familiar?- preguntó una enfermera preparándose para entrar, -¿es tu novia?- pero no la miré
para

-¿Sabe de qué tamaño es el bebé ahora?- pregunté sin mirarla

-Tiene ocho semanas ¿no?-

-Casi-

-Poco menos de dos centímetros- contestó, -aún es un embrión, tiene programado un ultrasonido la próxima semana, tal vez pueda ver su corazón, con suerte y lo escucha- entró en el cuarto dejándome solo en el pasillo. Pasaron minutos u horas, no estaba seguro, cuando escuché la voz del amigo de Liesel junto a mí

-Ya estoy aquí-

-Voy a quedarme- anuncié

-Joe, sus madre es quién iba a quedarse-

-No me interesa- dije sin mirarlo

-Si la amas, ¿por qué la dejaste?- preguntó en tono divertido

-Yo no...-

-No la amas- interrumpió, -sin embargo estabas en shock cuando te encontré aquí después del accidente y ahora ni siquiera quieres alejarte de ella- negó con la cabeza sonriendo

-Voy a avisarle a su madre, ve a asearte y a descansar un poco yo me quedo hasta que vuelvas- volteé a verlo serio, -estará bien- aseguró mirando la duda en mis ojos, -ve Joe- suspiré y me aparté de la ventana antes de arrepentirme

Llegué a mi departamento literalmente corriendo, me bañé en tiempo récord y me puse lo primero que encontré, cuando volví al hospital Aren estaba recargado en la pared junto a la puerta

-Pasó algo- pregunté tratando de sonar tranquilo cuando llegué junto a él, negó con la cabeza y miró a mis espaldas

-Señora Rebeca, el es Joe- dijo señalándome, la madre de Liesel se paró junto a él, -él salía con Liesel y él es...- dudó en decirlo

-Soy el padre del bebé- completé serio

-Ella nunca me decía nada- murmuró en un sollozo

-Yo... era complicado- dije tratando de hacerla sentir mejor

-Está bien- dijo el tipo rodeándola por los hombros, -la llevaré a casa, hasta mañana Joe- asentí en respuesta y me tendió una tarjeta, -llama si pasa algo-

No sé cuánto tiempo pasé parado frente a esa ventana mirándola, solo escuchaba a los doctores y enfermeras pasar a mis espaldas, a veces hablaban y a veces no, y en algún punto me cansé y terminé sentado en el piso

-Joe- alguien tocó mi brazo, abrí mis ojos desorientado y la hermana de Liesel estaba hincada junto a mí, -te quedaste dormido- anunció mirándome sería, me incorporé alejándome de ella y aclaré mi garganta girándome hacia el cristal, -la enferma ya vino a desinfectar la herida, tampoco quiso despertarte-

-Mamá se siente culpable- dijo en voz baja, y una pregunta apareció en mi cabeza

-¿Quién iba manejando?- pregunté entre dientes tronando mis nudillos

-Ya no vale la pena Joe-

-¿No?- repliqué frío, -por su culpa mi hijo y su madre están entre la vida y la muerte, y tú dices que ya no vale la pena- dije con odio

-Él murió instantáneamente- explicó cohibiéndose

-Igual iba a matarlo- murmuré entre dientes

La semana pasó pronto, ni la madre ni la hermana de Liesel se acercaron a mí, por el contrario su amigo trataba de congeniar todo el tiempo, comenzaba a fastidiarme

-Solo una persona puede pasar conmigo para hacer el ultrasonido- anunció el doctor mientras una enfermera introducía el equipo a la habitación, todos se miraron entre sí mientras yo estaba apartado de ellos, -el padre- sugirió el médico al verlos dudar, y todos giraron a verme en respuesta

-Bien- dije seco acercándome

-Acompáñeme- me guió hasta un cuarto donde había batas, guantes, cubrebocas y cofias, y me tendió uno de cada uno

Volvimos a la habitación en donde Liesel ya estaba preparada para realizar el ultrasonido; todo desapareció a mi alrededor cuando estuve cerca de ella, estaba pálida y las venas se le transparentaban, su mano estaba fría cuando la tomé y la sentía demasiado frágil

-Ahí está- anunció el doctor volviéndome a la realidad, en la pantalla se veía un pequeño huevo, -trataré de acercarlo un poco- el huevo se hizo más grande, -sé alcanzan a apreciar sus brazos y piernas y su cabeza- dijo el doctor señalando conforme hablaba, -ahora intentaremos escuchar su corazón, ¿quiere?- preguntó volteando a verme, asentí despacio, hizo algunos movimientos y entonces un golpeteo salió de la máquina, era muy bajo, pero ahí estaba, y algo invadió mi pecho, -ritmo cardíaco- habló el médico a la enfermera, esta solo asintió

El médico retiró el aparatito del vientre de Liesel y se lo entregó a la mujer

Suspiró mirándome, -señor es importante que sepa que este embarazo es de riesgo después de la intervención a la que tuvimos que someter a su esposa-

-¿A qué nos estamos enfrentando?- pregunté seco sin apartar la mirada y mano de Liesel

-A que el bebé desarrolle mal formaciones tanto cerebrales como físicas en su crecimiento- explicó serio, cerré los ojos y negué con la cabeza, -cuidamos los niveles de todo durante la intervención y el tipo de medicamentos que suministramos, aún lo hacemos-

-¿Cuáles son las probabilidades?- pregunté sin mirarlo

-Nada es seguro señor- contestó serio

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