Algodón de azúcar

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LIESEL P. O. V.

Había un olor dulce en el aire, Liv se removió en mi vientre pidiéndome seguir el olor, no sé qué hora era ni cuanto había dormido, pero tenía hambre, quité la almohada que tenía sobre mi rostro, me paré para dirigirme al baño a lavarme los dientes y hacer pipí, después salí de la habitación hasta la cocina, Joe estaba sirviendo hot cakes en dos platos, y había más en uno que en el otro

-Buenos días- saludé entrando

-Hola- contestó de vuelta, -amanecí con ganas de comerlos así que decidí prepararlos, no planeaba despertarte hasta que estuviera todo listo- explicó mientras me acercaba a él y le rodeaba la cintura, -¿cómo estás?- preguntó acariciando mis mejillas

-Bien- contesté sonriendo, me levanté un poco en puntitas y le dí un pico haciéndolo sonreír, -¿y tú?- pregunté de vuelta, asintió

-Tuve un sueño- empezó a decir serio, -pero no era muy claro- recordó frunciendo el ceño

-¿Y de qué iba?- pregunté tomando un pequeño mechón de su cabello que se había escapado de su agarre

-Una niña llorando entre la oscuridad- contestó

-¿Y cómo era esa niña?- pregunté sonriendo

-Tenía un ojo de un color y uno de otro, y olía a algodón de azúcar- no había sido un sueño, ese día me habían llenado el cabello de algodón de azúcar, se habían burlado de mí, y un ángel negro me había consolado

-Mi ángel negro- susurré besando sus ojos

-Ángel negro- repitió sonriendo, -¿a qué viene eso?- preguntó frunciendo el ceño

Negué sonriendo también, -quiero ver cunas hoy- anuncié

-Pues cunas verás- dijo sonriendo de vuelta

Dos meses después...

-Parece que las cosas van bien, bastante bien- anunció el doctor mirando la pantalla, Liv estaba chupándose el dedo, -esta es una bebé con mucha suerte-

-¿Entonces está fuera de cualquier peligro?- preguntó Joe serio

-Así parece, pero en cuanto nazca aún le realizaremos pruebas para verificarlo- contestó el doctor asintiendo, -a partir de ahora hay que estar muy atentos y preparados para el parto- sugirió limpiando el gel de mi cuerpo

Cuando volvimos a casa me encerré en el cuarto destinado a la bebé, Joe no había querido pintarlo rosa, y yo tampoco le hubiera dejado hacerlo, ¿por qué a fuerzas debían las niñas seguir el color rosa?, el cuarto de mi hija era bastante lindo para no tener tantos colores, me gustaba; la cuna y los muebles eran colores neutros, y ya había ropa en los cajones esperando ser usada pronto

-¿Qué?- preguntó Joe apareciendo en el umbral de la puerta

-No lo sé- dije sincera, -no quiero que nazca- dije pensativa

-¿A qué te refieres?- preguntó confundido

-No quiero que deje de ser parte de mí- abracé mi vientre, sonrió

-Ella siempre va a ser parte de ti fiera, más de ti que de mí- dijo sonriendo entrando a la habitación

-¿No puede quedarse en mi vientre para siempre?, a salvo- pregunté con el ceño fruncido

Rió de nuevo y besó mi frente, -no nena, no puede, tiene que salir a conocer el mundo y a aprender de él, y nosotros le vamos a ayudar a hacerlo- sonrió, -además, yo estoy aquí para protegerlas-

-Te amo- murmuré rodeando su cuello, sonrió y besó mi nariz

Joe volvió al taller, mamá y Liliana solían visitarme durante el día mientras me quedaba sola, había llamado a Joseph constantemente para saber cómo estaba y cómo iba todo en el taller, se puso bastante contento la primera vez que le llamé, y repitió mil veces que le agradaba que mi bebé y yo estuviéramos bien; en algún punto sentí curiosidad por saber qué había pasado con Elliot y sus padres, había escuchado un comentario de que sus padres habían tenido lesiones pero habían salido bien de eso, sin embargo no tenía ni idea de qué había sucedido con él, y no recordaba mucho del accidente, sé que desperté y había sangre, y logré salir y mi ángel oscuro apareció de nuevo, pero no volteé a verlo

Dos semanas pasaron pronto, Joe llamaba cada hora para preguntar cómo estaba y cómo me sentía, estaba siendo bastante paranoico y comenzaba a fastidiarme; tomé una gran cucharada del pastel en mi plato y me llevé a la boca, el pastel de chocolate se había convertido en el favorito de Liv, tanto que había dos en el refrigerador esperando ser devorados, a escondidas de Joe obviamente, se estresaba cada vez que me veía comer algo dulce, así que debía comer rápido porque no tardaba y llegaba, y como si pensar en eso no fuera suficiente, atravesó la puerta

-Llegué- saludó con tono fastidiado y aún sin mirarme con las manos en el pastel y la boca embarrada de chocolate, -Liesel- reprendió al acercarse a mí, gruñí mientras tragaba y fruncí el ceño

-Es Liv- me quejé con un poco de pastel aún en la boca

-Voy a darme un baño- anunció negando con la cabeza mientras se dirigía a la habitación, dejé mi plato vacío en la encimera de la cocina y corrí a la habitación para seguir a Joe a la ducha; cuando entré apenas estaba desvistiéndose, me miró por encima del hombros mientras yo comenzaba a quitarme la ropa, se rió y entró a la ducha abriendo la regadera

-Estás cubierta de chocolate- dijo sonriendo mientras entraba junto a él, tomó un poco de agua entre sus manos y limpió mi boca con delicadeza para después darme un beso

-Te extrañé- confesé en voz baja rodeando su cuello con mis brazos

-¿En serio?, no era lo que parecía cuando llegué- dijo divertido poniendo sus manos a los costados de mi vientre, reí pero me detuve cuando sentí un jalón en la espalda baja, -¿qué?- preguntó al notar el cambió en mi expresión, negué con la cabeza, Joe se hincó como siempre hacía para hablar con la bebé- estás sangrando- dijo alarmado incorporándose, -tenemos que ir al doctor- dijo saliendo de la ducha y tomando una toalla para envolverme en ella, cerré la regadera y tomé la toalla de sus manos

Nunca había visto a Joe vestirse tan rápido, cuando acabó me ayudó a vestirme a mí, tomó mi mano y me ayudó a salir del baño, tomó las llaves de la camioneta y salimos de la habitación hasta la sala

-Joe, trae la maleta con la ropa- me miró confundido, -creo que ya viene- anuncié sintiendo otro jalón

Llegamos al hospital pronto gracias a que no había tanto tráfico y a que Joe maneja como loco, y es bastante increíble que aún yendo tan rápido considere la precaución. Me atendieron rápidamente cuando llegamos, y antes de sentir la cuarta contracción ya estaba esperando en una habitación; el doctor vino a verme y verificó mi estado, aún no dilataba

-Si dentro de unos minutos más no lo hace, será cesárea- anunció mirando a Joe con seriedad

-¡¿Y por qué no la sacan ya?!- exclamé sintiendo otro dolor

-Tienen que estar completamente seguros-

-Estoy segura- dije controlando mis respiraciones, el doctor volteó a ver a Joe, -él también- dije mientras empezaba a sentir otro dolor

-Preparen quirófano- anunció el doctor saliendo al pasillo...

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora