LIESEL P. O. V.
Ya puedo estar de pie, y comencé a caminar, Joe me acompañaba a caminar por el hospital con una andadera, era como una viejita o niña pequeña, no estaba segura; cumpliría seis meses dentro de una semana, ella se movía cada vez más, a veces no me dejaba dormir hasta que su padre le hablaba y la calmaba; cuando la ví por primera vez en aquella pantalla lloré, era bellísima, y ni siquiera podía verla con claridad, pero para mí era la cosa más hermosa de todo el mundo, y su corazón, quería escucharlo todo el tiempo
Podía armar oraciones, era un poco lenta y me trababa aún con algunas palabras, pero no dejaba de intentar hasta que me salía, el doctor dijo que a ese paso podría ir a casa pronto, quería que así fuera para que Joe pudiera dormir por fin bien, ese hombre me estaba desesperando con sus ojeras; se había dejado el cabello largo rapando solo los costados, ya tenía la barba arreglada; yo lo seguía viendo igual o más guapo con cualquier corte, él me encantaba, extrañaba hacer el amor con él
-Por qué siento que imaginas cosas perversas cuando lo miras así- mencionó Aren mientras Joe me servía un poco de agua, reí
-Lo quiero- dije en voz baja solo para que él me escuchara
-Procura decírselo pronto- dijo mientras Joe se acercaba, -cuando piensas tratar normal a tu hermana y tu madre, ¿no crees que ya ha sido suficiente?- preguntó mientras Joe me tendía el vaso de agua
-Okeeeey- dije suspirando mientras daba un sorbo
-Oye Joe, ¿sabías que Liesel te imagina desnudo?- soltó Aren de repente provocando que me ahogara con el agua, comencé a toser desesperada mientras Joe golpeaba levemente la espalda
-Tranquila primor- dijo Joe en tono divertido, cuando me recuperé fulminé a Aren con la mirada
-Mi trabajo aquí está hecho- dijo el culpable de mi desgracia acercándose a la puerta, -nos vemos luego bicho- salió
-Desnudo- repitió con expresión divertida mirándome desde arriba, tomó mi barbilla y se inclinó para depositar un suave beso en mis labios, me encantaba, y me siento asqueada de mi misma por mis cursilerías, -¿qué maquina esa cabecita tuya?- dijo acariciando mis labios mientras movía los suyos al hablar, sonreí
-Me encantas- susurré
-¿Es así?- dijo con una risa ronca, -algo le hicieron a mi fiera mientras estuvo dormida- murmuró divertido, reí
-Casi muero, eso me hicieron- dije volviendo a la seriedad
-Lo sé, estuve allí, y sentí que el mundo se me venía encima- murmuró mirándome a los ojos y acariciándome el rostro con su pulgar, -creí que iba a perderte a ti también-
-No lo hiciste- besé su barbilla, coloqué mi mano en su mejilla y la acaricié, cerró los ojos suspirando, -estuve pensando, no tenemos nombres- recordé sonriendo
-Nombres- repitió abriendo los ojos, asentí, -Liv- dijo sonriendo, -significa vida-
Reí, -vida- repetí asintió, -me gusta-
-Igual iba a ponérselo si no- dijo divertido, pellizqué su mejilla haciéndolo reír
-Tonto- dije en voz baja, se acercó para besarme
...
Por fin iría a casa y por fin haría que Joe durmiera más de ocho horas, mañana en la mañana me daría el alta, el asunto era que no sabía a donde me iría, Joe y yo comenzábamos a estar bien, pero no habíamos hablado de lo que pasaría después de mi alta, y a decir verdad, tampoco nos preocupamos por las cosas que había que comprar para la bebé, en realidad había mucho de qué hablar. El asunto con mi madre y hermana seguía pendiente también, y era ahora o nunca
-Joe- lo llamé seria, me miró y señalé la puerta, Liliana y mi madre me miraron confundidas; Joe asintió y salió dejándonos solas, -necesitaba hablar con ustedes- asintieron preocupadas para que continuara, -si las recordé, un par de días después que desperté, pero no les dije nada porque no quería que comenzaran sus lluvias de disculpas, quiero dejar el pasado atrás, no quiero que mencionen nada de lo que pasó antes de mi accidente, quise comenzar de cero y así fue- mi madre se soltó a llorar, -no te culpo de nada mamá, pero ya no lo recuerdes, ni lo menciones- asintió limpiando sus lágrimas
-¿A dónde irás en cuanto te den el alta?- preguntó tratando de cambiar el tema
-Aún no lo sé, tengo que hablar con Joe sobre eso- contesté
-Sabes que siempre puedes volver a casa- negué sonriendo, -entiendo-
Joe se acomodó conmigo en la cama, después de varios días lo había convencido de dormir junto a mí, me gustaba recargarme en su pecho y escuchar su corazón, dormirme con su mano en mi vientre
-Joe- me miró mientras se subía junto a mí, -me darán el alta mañana- recordé jugando con mis manos
-Lo sé- contestó serio mientras me señalaba su pecho para acomodarme
-Y estaba pensando...- aclaré mi garganta, -¿a dónde me iré?- pregunté con cautela
Suspiró, -a casa, ¿a dónde quieres irte?- preguntó, me alejé para mirarle la cara y rodeé los ojos
-Gran respuesta Sherlock- dije sarcástica, su pecho retumbo bajo mi mano por su risa
-Lo que tú quieres saber es si debes ir a tu departamento o al mío- concluyó mirando el techo, asentí mordiendo el interior de mi mejilla, volvió a suspirar, -no lo había pensado- confesó frunciendo el ceño, -¿a dónde quieres ir tú?- preguntó volteando a verme
-No lo sé- confesé suspirando, -pero quiero que estemos juntos- me rodeó los hombros con ambos brazos y besó mi cabello
-Será como tú quieras primor- dijo en voz baja
-Necesito un corte de cabello para cubrir mi cicatriz, y el pedazo donde me falta cabello- dije arrugando la nariz
-Creo que estaría bien- dijo en voz baja suspirando
-Joe- contestó con un sonido en su garganta, -hay que comprar cosas para recibir a la bebé- recordé
-Lo sé- dijo simplemente
-Joe- contestó con el mismo sonido, -te quiero- susurré besando su corazón, rió levemente y volvió a besar mi cabello
-Duerme ya fiera- dijo en voz baja
ESTÁS LEYENDO
Broken
RomanceRió, -¿cómo no puedo odiarte?, ¿cómo puedo hablarte como si nada hubiera pasado?, ¿cómo puedo sonreírte?- completó, -eres un buen compañero Joe, no había deseado estar con otro hombre hasta que te conocí; de los dos fuiste el más inteligente- sonrió...