A través de las nubes

16.- La revelación

Dean despertó sintiéndose feliz, sintiéndose en calma, donde debía estar, entre los brazos de Castiel. Sonrió aun con los ojos cerrados, regodeándose ante el toque, ya a estas alturas familiar, del brazo que Cas tenia en su cadera, y su robusta pierna derecha que se encontraba sobre la suya. Acaricio los dedos de Cas, sintiendo su pecho inflarse con esta emoción que ya no resultaba tan desconocida, entrelazo sus dedos con los de Cas, suavemente.

Dean no había querido detenerse a pensar en los pocos días que le quedaban en Inglaterra, en que su vida volvería a su rutina en América. Era cierto que amaba su vida, su trabajo, su hogar, y a su hermano por sobre todas las cosas, pero ahora había alguien mas que ocupaba sus pensamientos, y por que no decirlo, su corazón. Dean había comenzado a entender que lo que sentía por Cas iba mucho mas allá de una aventura, una exploración o una experiencia de vida. No, definitivamente lo que el sentía por ese hombre de ojos azules que dormía plácidamente a su lado era mucho mas profundo e importante. No quería ponerle un nombre, por que encontraba que las palabras no harían justicia a como se sentía estando en su compañía.

Hoy era un día importante, la tarde anterior el doctor le había llamado, adelantando su chequeo final para esa mañana. Hoy sabría si ya estaba en condiciones de viajar, de volver a casa. Dean tenia una idea en mente, algo importante que sabia que lo cambiaria todo, no podía negar que le causaba un poco de temor el que las cosas no funcionaran, como así también la reacción y respuesta de los suyos acerca de sus decisiones de vida. Pero Dean ya estaba decidido, lo quería con todo su ser, lo necesitaba, y seria valiente. Seria valiente como su madre y padre le habían enseñado a ser, como había sido valiente tras su muerte, como había sido valiente al apoyar a su hermano cuando decidió entrar a estudiar leyes, iba a ser valiente, porque lo valía; valía la pena el intento. ¡Claro que sí!!! Seria valiente por que sabia que de otra manera no podría seguir adelante, su vida no volvería a ser la misma si no tomaba esta decisión.

Con todas estas resoluciones brillando en su mente, Dean se removió del agarre de Cas para levantarse e ir a la cita con su doctor. Cas emitió un gruñido bajo cuando sintió que Dean salía de su lado.

- ¿Dónde vas? – Cas abrió los ojos adormilado, viendo a Dean mientras buscaba una toalla para dirigirse al baño. No pudo evitar contemplar su cuerpo desnudo bajo los rayos de sol que se colaban por la ventana. Apoyó su cabeza sobre su mano izquierda para poder admirar la anatomía de Dean. Un hombre. El hombre que había dado vuelta su mundo cambiando cada percepción de belleza y sensualidad que él creía arraigadas en su corteza cerebral. Se quedo absorto en admirar las líneas del cuerpo de Dean, su pecho firme y delineado, sus brazos fuertes, el hueso de su cadera, incluso la cicatriz que lucía ahora bajo las costillas en su lado derecho; todo en él le parecía sexy y bello, no se dio cuenta cuando su boca se curvo en una sonrisa, ni tampoco que Dean le estaba observando de vuelta, divertido.

- ¿Estas tratando de memorizar mi cuerpo por algún motivo científico, me imagino? – Dean rio ante su comentario, y se encontró con los ojos de Cas. Pensó ver en ellos lujuria y deseo, pero en cambio descubrió que aquellos orbes azules albergaban otras emociones.

- No podría dejar de mirarte, aunque quisiera, y no, mis intenciones no son científicas, pero debo admitir que experimentar con tu cuerpo es algo que si me agrada.

Dean se acerco a la cama para alcanzar los labios de Cas, un beso suave y pausado, sin prisas ni inhibiciones.

- ¿Me acompañaras al doctor Cas? – Dijo Dean a unos centímetros de Cas, mirándole a los ojos.

- No esta vez, quiero cocinar una barbacoa para que compartamos con Jack cuando vuelva de la playa. Por lo que prefiero esperar por ti, de todas maneras, sé que te ira bien, tu recuperación ha sido milagrosa.