40.- Eres mío, o de nadie

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- Nos llevaremos la computadora del Señor Novak- Señaló el detective Ackles.

- Ya estamos investigando a la mujer- Dijo el detective Collins -. Para así poder determinar su posible participación en los hechos. -

- Detectives- Dijo Sam -. ¿Han hablado con Owen Bennett?-

- Es información clasificada señor Winchester- respondió el detective Ackles.

- Comprendo- Asintió Sam -. Lo pregunto, porque según el video, la mujer sostuvo algún tipo de relación cercana con él. - Los detectives asintieron dando a entender que ya habían pensado en dicha posibilidad-. Otro dato importante que me gustaría compartir con ustedes - Dijo Sam alejándose un poco para tomar una carpeta que estaba en el mueble más cercano -. Castiel no ha tenido litigios importantes dentro de su carrera como escritor, pero hubo un altercado. - Sam sacó un fajo de papeles de la carpeta para mostrarlo a los hombres -. Este hombre demandó a la editorial Angels por plagio. - Los agentes observaron los documentos que Sam les presentaba con renovada atención -. No sé qué tan importante pueda ser el dato, pero al mismo tiempo, podría ser relevante. -

- Llevaremos la nueva información al cuartel. - El agente Collins tomó los documentos de la mano de Sam -. Ahora debemos retirarnos. -

- Les estaremos informando acerca de los nuevos hallazgos. - El detective Ackles estrechó la mano de todos los presentes.

- Señores, debemos retirarnos- Dicho esto el agente Collins repitió el proceso de despedida y ambos hombres salieron de la mansión.

OoO

Castiel sentía que cada músculo le dolía, además de la presión en su costado que se hacía cada vez más insoportable, haciéndole jadear en busca de aire. Quería dejarse ir, que la oscuridad lo consumiera, pero no podía, no sin saber dónde estaba Dean o al menos si estaba bien, por lo que se obligó a mantenerse consciente y atento a todos los sonidos que escuchaba en su entorno. Había pensado que Dean estaba muerto, el solo recordarlo hacía que su corazón doliera. Lo vio muerto, tendido en una mesa, lleno de sangre; había sido una pesadilla tan real, que hasta podía recordar el olor metálico de la sangre, aunque evaluando su condición podía comprender la naturaleza de dicho aroma. Sentía que de su labio inferior, pómulo y mentón escurría un líquido caliente, que no podía ser otro que su propia sangre. Al despertar de aquella pesadilla, se dio cuenta que la realidad no distaba mucho de aquel escenario, y se mezclaba con su inclemente inconsciente, advirtiéndole del peligro y la fatalidad.

Cas había dejado de prestar atención a lo que pasaba a su alrededor, cuando de pronto escuchó que alguien intentaba gritar "Púdrete" con una voz amortiguada, seguida de un gemido de dolor; Castiel podría reconocer esa voz incluso en aquel infierno.

- ¿Dean?- Dijo Cas en voz alta.

- ¿Cas? ¡CAS!¡Estás aquí!- Respondió Dean con asombro.

- ¿Dean estás bien?- Entonces recibió un fuerte golpe de puño en su estómago, que lo hizo doblarse en dos; sintió la bilis subir hasta su garganta por lo que tragó fuerte y tosió para recuperar el aire.

- Suficiente- Dijo la voz metalizada -. Me dan asco. - El sujeto suspiró de manera audible -. ¿No saben lo retorcido que es esto?- Hizo una significativa pausa -. Dos hombres juntos es algo inmoral, es repugnante. - Volvió a suspirar -. Esto no debería estar permitido; personas como ustedes deberían ser castigadas. -

- Y aún así nos tienes envidia- Dijo Dean con la voz apagada.

-¡Cállate!- Chilló la voz y Castiel pudo escuchar a Dean gritar nuevamente.

- ¡Ya basta!- Intentó gritar Cas -. ¿Dean estás bien?-

- Cas... no sabía que estabas aquí- Dean gimió bajito -. Estoy bien. -

A través de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora