35.- Todo estará bien.

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    Cada persona en este mundo se detiene alguna vez a pensar en el amor. Es cierto que para cada regla hay excepciones, pero la mayoría lo hace. En algún momento nos cuestionamos nuestras decisiones, nuestro actuar, y esperamos muy en el fondo que el amor toque nuestra vida. ¿Se puede vivir solos? Claro que se puede, pero la necesidad de ser parte de un todo, de complementarse, de sentirse amado es transversal. Toda vez que conocemos a alguien especial, nuestra mente arma historias en torno a aquel ser, nos imaginamos compartiendo nuestra vida, viviendo juntos hasta envejecer. Pero lo realmente impresionante de pensar es que la búsqueda se reduce en posibilidades. ¿Qué tan posible es hallar a tu complemento en tu mismo país, ciudad, condado? Cuando quizá esa alma que debería unirse a la tuya vive al otro lado del mundo, o recién ha nacido; siendo así, se vuelve casi improbable poder estar a su lado durante la existencia actual.

Es por eso que el Doctor Reiss estaba tan impresionado y conmovido con Castiel y Dean, su historia iba en contra de todas las probabilidades. Ambos vivían en mitades opuestas del globo, eran del mismo sexo, cosa que de suceder en otro tiempo habría sido bastante difícil; aún hoy había personas que no aceptaban las relaciones de este tipo. Pobres ilusos que creían que el amor se regía por estandares básicos como la simple piel que cubría nuestros huesos.

Luego de la partida de los hombres, Breidan había dado su conferencia con un ímpetu renovado, intentando incluir la nueva experiencia vivida momentos antes. A lo largo de su carrera, el doc siempre había intentado ayudar a sus pacientes, pero luego de su descubrimiento acerca de las vidas pasadas, y cómo estas influían directamente en el presente, su enfoque se había expandido; ahora podía ayudar a las personas de maneras en las que ni siquiera habría soñado. Al terminar el día volvió a su hotel, pensando en la sesión que tendría al día siguiente con los hombres, en que quería probar una teoría que le había estado dando vueltas por un tiempo; esperaba que los muchachos estuvieran de acuerdo con él.

OoO

Apenas Cas abrió los ojos, sintió que lo besaban; le costó reaccionar pero al separarse de aquellos dulces labios, vio a su novio mirándolo con amor.

- Soñé con nosotros- Dijo Dean sonriendo y acariciando el cabello desordenado de Cas -. Estábamos en la cabaña del lago. - Cas entrecerró los ojos un par de segundos, pero la comprensión se abrió paso muy pronto, por lo que sonrió asintiendo para que Dean continuara con su relato -. Yo estaba sentado en el porche, vestía ropas antiguas... no lo sé pantalones de tela simples y una camisa algo roída. Te estaba esperando. - Dean depositó un suave beso sobre los labios de Cas -. Lo sé porque en cuanto estuviste frente a mí corrí a abrazarte; me sentía tan feliz de verte... y yo te besé...te besé ahí, en medio de aquel bosque, sabiendo que cualquiera podría vernos, y no me importó. - Dean miró a Cas a los ojos -. Fue tan hermoso. -

- ¿Crees que pueda ser un recuerdo de otra vida juntos?- Preguntó Cas mientras pasaba un dedo por los labios de su novio.

- Lo creo Cas. Es emocionante, ¿No crees? Saber que ambos hemos estado juntos durante tanto tiempo, sentir que nuestra existencia está hecha para que terminemos juntos. - Dean no podía dejar de sonreír -. Estoy ansioso por ver al doc hoy, por saber qué otras experiencias hemos compartido. -

-Créeme que para mí es igual... es decir, sospechaba que algo así era posible entre nosotros, pero escucharlo de tus labios ha sido mágico. - Cas besó a su novio, de manera suave, pero intensa. En ese momento una melodía interrumpió aquel íntimo momento.

- ¿Supercalifragilisticoespialidoso?- Dean dio una sonora carcajada -. Apuesto a que es Balthazar. - Castiel rodó los ojos y se movió en la cama para atender la llamada. Mientras daba un suave golpe al hombro de Dean, quien seguía riendo con ganas.

A través de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora