34.- Perdido en tus ojos

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   Al mirarse al espejo para revisar su apariencia, Dean notó que su corbata estaba torcida; pero antes que pudiera siquiera pensar en ajustarla, un par de manos comenzaron a alinearla, unas manos fuertes, de dedos largos y masculinos. Dean miró extasiado cómo aquellas manos se movían sobre la fina seda, para luego levantar la vista y encontrarse con aquellos zafiros que iluminaban su alma.

- Ahí está perfecta- Dijo Cas alisando la corbata de Dean, este a su vez lo miró sonriendo -¿Qué? Esto es importante, para ti y para mí; hay que ir vestidos según la ocasión-

- Lo sé Cassie, es solo que me encanta la forma en que te preocupas de los pequeños detalles, por no decir la familiaridad que hemos logrado- Dean se acercó a su novio para depositar un suave beso sobre sus labios -. Te amo.-

- Te amo- Replicó Cas volviendo a besar a Dean -. Ahora debemos movernos si queremos llegar a tiempo.-

- A la orden mi capitán- Dijo Dean con el rostro sonriente, mientras hacía su mejor versión de saludo militar hacia Cas, quien negó riendo para luego tomar sus documentos de la mesita de noche y salir del dormitorio, seguido por Dean.

Washington estaba a poco más de dos horas de Richmond; fue bastante conveniente que el Doctor Reiss tuviera agendada una conferencia en la capital, esto facilitó que los chicos pudieran llegar hasta él.

- Estoy nervioso- Dijo Dean deteniendo el auto fuera de un gran edificio gris -. Ni siquiera tuve tiempo de pensarlo, y ya estamos aquí.-

- Dean, sabes que esto no es una obligación, si quieres podemos dar la vuelta y regresar a casa- Cas habló con mucha calma, acariciando el brazo de su novio.

- No... tranquilo Cassie; definitivamente esto es lo que quiero.- Dean se acercó a su hombre y lo besó despacio -. Vamos.-

OoO

La universidad George Washington era muy grande por dentro, tenía largos corredores, con muchas puertas, jardines y amplios estacionamientos. El auditorio estaba al final del edificio, por lo que ocupaba todo el ancho del mismo; era enorme. Además, habían camarines y oficinas adyacentes, que daban al escenario del lugar. Fue en una de esas oficinas, que el doctor los estaba esperando. Cas y Dean debieron pasar por varios controles de identidad hasta llegar donde el hombre estaba. Al llegar a la oficina, el doc los recibió con una sonrisa.

- Castiel- El doc lo abrazó fuerte -. Siempre es un agrado verte amigo. -Luego se giró hacia Dean -. Tú debes ser Dean. Un gusto conocer al alma que conquistó a este buen hombre. - Se acercó para abrazarlo también. A Dean le agradó este hombre en seguida, no sabía por qué, pero sentía que podía confiar ciegamente en él. Con su cara de bonachón y sus lentes de media luna, los cuales se quito para saludarles.

- Es un agrado conocerle Señor Reiss- Dijo Dean sonriendo, superados sus nervios iniciales -

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- Es un agrado conocerle Señor Reiss- Dijo Dean sonriendo, superados sus nervios iniciales -. Cas me ha hablado mucho de usted-

- Dime Breidan o Doc- Dijo el hombre palmeandole el hombro -. Sé que me veo viejo, pero mi espíritu es joven, bueno jovial sería más adecuado, ya que mi alma lleva varios años en este planeta. -

A través de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora