Un Insoportable Caballero ( 3er libro Serie "Un Cambio Inesperado")

Capítulo 10

Capítulo 10

— Entonces, será la primera vez que tome un taxi...No me puedo permitir dejarla así.— se refería a lo elegante que Nicole se encontraba—. No seas tan dura, ni tan terca... Solo es un favor que te haré. Además, yo no suelo comer gente, que recuerde yo...— sonrió con picardía.

     Nicole guardó silencio... ¿Qué otra opción tenía? Era demasiado tarde para poder encontrar alguien que la auxiliara en ese momento. Y por la hora sabía muy bien que no encontraría a nadie que quisiese llevarla al otro lado de la ciudad, cuando en realidad quería llover.

— ¡Está bien!... Usted gana...— dijo resignada, sin ocultar su enojo.

— Detuve mi automóvil a una cuadra de aquí.

—Bien...—expresó odiando haber sido vista por él y que su única opción de salir de allí fuese él. Caminaron hacia la cuadra donde él se había detenido al verla a lo lejos creyendo que lograba su objetivo de salir de allí.

—Déjame ayudarte.— le dijo al abrirle la puerta.

— No era necesario... Sé cómo se abre una puerta.

— De eso estoy más que seguro... Solo que es deber de un caballero abrirle la puerta a una dama— le dijo aun manteniendo su mirada a la de ella, mientras ella subía a su automóvil. Amaba el verla enojada. Y él le volvía a ganar una—. Fue una maravillosa reunión la de esta noche. Mi padre está orgulloso con todo lo que su equipo ha hecho en la empresa. Mañana estaremos en primera plana.

— Me alegro por eso. Su padre se lo merece... Ha trabajado duramente todo este tiempo...

— ¿Segura?— le expresó, mientras la miraba con un poco de picardía e interés.

—¡Más que segura!

— Mmm... pensé que no te gustaba trabajar con nosotros.— la miró unos segundos y sonrió con picardía.

—Usted no me conoce, por lo que se equivoca.—dejó claro mientras miraba hacia su ventana y le indicaba en que zona de Londres ella vivía.

     La indiferencia se volvió su armadura ante Benjamin. Él conducía, mientras ella miraba hacia la ventana. Afuera llovía fuertemente.

—Te dije que llovería...

—Lo sé, lord Aldrich.

—Puedes llamarme Benjamin.

—No me gusta tutear a mis superiores... Solo a mis amistades.—dejó claro, sin embargo, Benjamin amaba los retos.

     Y esa noche él había ganado, al conocer su dirección.

     El domingo fue un día de alivio. Aunque su rostro había aparecido en la primera página de los periódicos más importantes de toda Inglaterra. Y sabía que Amy la llamaría por detalles de ese evento que ella había decidido ocultarle. No obstante, la mañana del lunes no tenía un pronóstico de ser un día mejor.

— ¿Para qué me has citado en tu oficina?— le expresó Andrew a Benjamin con un tono de ironía.