Capítulo 22
Benjamin escoltó de nuevo a Nicole a la salida, después de confirmar con los encargados del evento, la hora en que se llevaría la subasta al día siguiente. Benjamin se había ofrecido en dejar el vestido rojo en las oficinas de uno de los encargados, al no poder asistir a ese evento, debido a otros compromisos personales que tenía ese día. Nicole agradeció que Benjamin decidiera encargarse de todo eso como se lo había prometido, mientras una parte de ella se sentía feliz por haber podido ayudar.
—Viste que no me equivoqué al decir que lo harías bien...—le expresó al abrirle la puerta, rompiendo así su silencio. Sonrió y espero que ella subiera, para luego cerrar su puerta y subir por su lado—. Encajaste a la perfección y fuiste una compañera espléndida.
—Gracias...—expresó anonadada sin saber que más decir.
—No me debes las gracias, sino yo a ti...
—¿Por qué tú a mí? No entiendo...
—Me has hecho valorar lo que hago y observar que estoy haciendo lo correcto... Sin esperar nada a cambio—miró hacia su ventana, recordando sin expresarlo, que lo había empujado y motivado a ayudar en dichos eventos benéficos—. Desde que le propuse a mi padre asistir a estos eventos, y él aceptó mi propuesta, es la primera vez que asisto con una compañía. Nunca antes me había permitido asistir con alguien, porque deseaba asistir solo.—lo expresó siendo honesto y luego buscó su mirada.
—¿Puedo preguntarte que te motivo a participar en estos eventos?—le preguntó, deseando con su respuesta, conocer a ese Benjamin que él ocultaba a los demás, mientras se alejaban de aquel lugar.
—Mi madre murió de cáncer cuando tan solo era un niño... Y eso fue un golpe para mí. ¿Puedes imaginar lo que siente un niño pequeño de nueve años, ser el hijo mayor y desear estar cerca de tu madre, pero tener que dar el ejemplo, al tener un hermano más pequeño que tú?... Tuve que asumir mi papel de noble desde muy niño y callar mis sentimientos, mientras ella vivía sola en este lugar. Ella era americana... Mis padres se habían divorciado un año antes de que se le diagnosticara esa enfermedad, por lo que ella decidió regresar a sus raíces...
—Lo siento... La verdad no lo sabía...—expresó Nicole al colocar su mano izquierda en su mano derecha, al ver cuánto le había afectado a él confesárselo, cosa que tomó de sorpresa a Benjamin.
—Muy pocas personas lo saben...—le sonrió, agradeciéndole ese gesto, al tomar su mano—. Por años callé el dolor de no poder estar con ella en su lucha... Murió cuando yo tenía doce años... Y sólo muy poca veces pude verla, cuando mi padre lo autorizaba. Lo odié por tanto tiempo, por no permitirme estar con ella...
—¿Y a eso se debe tu rebeldía de siempre llevarle la contraria?—tapó su boca con su mano desocupada, al darse cuenta que había sido una pregunta muy persona—. Lo siento, no debí hacer esa pregunta... No es necesario que respondas.
—Digamos que he dejado, todo este tiempo, que el resentimiento dirija mis pasos... Sé lo que piensas...—sonrió un poco al soltar su mano— que solo un inmaduro actuaría de esa manera... Que mi padre deseó tomar una decisión menos dolorosa para sus hijos...
—Posiblemente... No obstante, ¿quién soy yo para emitir un juicio? No he vivido algo así... Sin embargo, has hecho cosas loables en memoria de tu madre...
—Ningún niño debería vivir lo que yo viví... Ningún ser humano debería pasar por lo que yo pasé, ni debería perder a un ser querido con esa terrible enfermedad... No quiero ser un observador, deseo poner de mi parte y poder ayudar...—tomó de nuevo la mano de Nicole que había soltado—. Gracias...
—No, gracias a ti, por permitirme ser parte de esto... Ahora con más razón deseo que ese vestido rojo se subaste al mejor postor...
—Y así será...—le sonrió, sin dejarle saber que pensaba en ese momento.
Cuando llegaron al hotel, cada uno tomó su habitual rutina. Benjamin dejó que Nicole se arreglará primero en el baño, permitiéndole su espacio, mientras él se dirigía a la terraza a esperar que ella saliera del baño, y luego fue él, encontrándola descansar, después de él salir de baño con su pijama.
—Conseguiré que ese vestido tenga un excelente postor, te lo prometo, y así haré que te sientas orgullosa de haber tenido un gesto tan loable... ¿Cómo me he perdido la oportunidad de conocer a alguien como tú?... Eres la mujer que cualquier hombre desearía a su lado. ¡Qué imbécil fui al no darme cuenta antes!... Ahora no hay nada que pueda hacer. Entiendo perfectamente cómo ves a los hombres como yo...—susurró para sí mismo y luego caminó hacia donde se encontraba su cama.
A la mañana siguiente vieron de nuevo su agenda, era su última reunión ese día. Teniendo el resto de la tarde libre.
—Nuestra reunión esta mañana será breve. Sólo tendremos que mostrar tu última propuesta, la que mi padre me envió para que estudiara. Luego tendremos la tarde libre, por lo que si deseas, puedes tomarte el resto del día... Yo debo llevar tu vestido rojo a la oficina de Matthew Pratchett, para la subasta de esta noche... Y tendré que ocuparme de un asunto personal posteriormente, por lo que no es necesario que me esperes para cenar juntos.
—¿Estás seguro?—le preguntó con sorpresa.
—Estoy seguro... Además mañana regresaremos a Londres, por lo que es mejor que aproveches tu día...
Y fue justamente lo que hizo Nicole cuando su último objetivo en su agenda concluyó.
Ella había visto a Benjamin tomar su vestido rojo y colocarlo en un estuche protector y lo había observado despedirse de ella, después de haber almorzado juntos. Él le había pedido que se tomara la tarde libre, por lo que después de cambiarse y ponerse más cómoda, se acercó a la recepción y le pidió una recomendación al personal que se encontraba de turno, y luego agradeció que le facilitaran un mapa. Ahora se encontraba rumbo al Chicago Grant Park y hacia la fuente que allí se encontraba. La fuente de Buckingham.
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Una vez más agradezco a todos ustedes sus comentarios, votos y lecturas. Gracias por animarme a seguir escribiendo "Un Insoportable Caballero". Aquí les dejo un nuevo capítulo.
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Un Insoportable Caballero ( 3er libro Serie "Un Cambio Inesperado")
RomansaNicole Parker, es la menor de los Parker, y finalmente ha encontrado un sueño. una oportunidad de trabajo en Londres, y vivir cerca de su hermana. Además de asistir a otra boda de la nobleza inglesa. Benjamin Aldrich, hijo de Arthur Aldrich cond...