Un Insoportable Caballero ( 3er libro Serie "Un Cambio Inesperado")

Capitulo 11

Capitulo 11

       El enigma de aquella mujer, se había convertido en una investigación para Benjamin. Un estudio efusivo que realizar incluso en sus días libres. Y en esos días en que él no deseaba ir a la empresa de su padre. Aunque eso significaba no reencontrarse con ella.

— ¿Qué hay en ti, que me encanta y no puedo obviar?— decía al mirar aquel currículo de Nicole—. Te me has hecho difícil, pero sé que un día cederás y te tendré en mis manos. Nada es imposible para mí...Nicole— miraba la foto que había en aquel documento—. Nada... ¿Qué misterio ocultas? ¿Qué te hace tan enigmática? ¿Qué hay en ti que aún desconozco?

    Pero las respuestas sobre aquellas preguntas cada vez estaban más lejos de él. Era la única mujer que no había caído en sus encantos y que no le interesaba que él formase parte de una familia aristócrata. No le gustaba el medio en donde él se movía, aunque su hermana mayor, Amy, se encontraba casada con uno de los nobles más influyentes, del cual él difería y viceversa. Jamás se había propuesto en su cabeza ser un hombre que fuese fiel a una sola mujer y enseriarse. Había vivido a su manera, pero todo aquello le había llevado a resultados desagradable. No era feliz. Y estaba cansado de esa vida.

    Dos semanas había pasado desde ese entonces, Nicole se encontraba caminando sola por el Hyde Park. Amaba hacerlo desde que había mudado sola y era su momento para contemplar el otoño que le daba la bienvenida, una estación que ella amaba, aunque era desconocida para ella cuando vivía en Los Ángeles. Su hermana, Amy, había sido la principal culpable cuando le pedía que leyera algún clásico o novela que se desarrollaba en Inglaterra. Quizá eso también la había impulsado a mudarse a Londres cuando se le presentó una oportunidad, a pesar de que en ocasiones echaba de menos a sus padres y a Albert. Ella siempre había sido la pequeña en casa.

—Siempre suele andar sola.— le había expresado ese alguien al devolverla a la realidad.

    Ella volteó sorprendida al reconocer aquella voz. Hasta casi pierde el equilibrio debido al disgusto de verlo allí junto a ella.

—¿Usted?

— De nada...— expresó con picardía, al ver que ella no le había agradecido el haberla sostenido—. ¡Qué sorpresa es encontrarla en este lugar!... ¿Puedo hacerle compañía?

— No creo que sea de buena compañía. Gracias por sostenerme...— expresó en un tono seco.

— Nunca acepto un no como respuesta...

— Lamento, entonces, que sea la primera que acepte.

— No he dicho que lo he aceptado... Por cierto, no sabía que le gustaba este lugar.

— Lo mismo digo de usted. No sabía que a una persona como a usted le agradara los lugares como este.— le dijo en un tono mordaz, mientras se disponía a alejarse de él.

—Si he de serle sincero... solía venir mucho a este lugar cuando era un niño, junto a mi madre, antes de que mis padres se divorciaran. Y mi madre falleciera años después de un terrible cáncer...