Un Insoportable Caballero ( 3er libro Serie "Un Cambio Inesperado")

Capítulo 12

Capítulo 12

      ¿Podía ser posible que deseara cambiar aquel que se sentía intocable? ¿Podría al menos ceder su orgullosa manera de ver la vida, sin poder observarlo?... La vida es un completo misterio. Solo el tiempo podría dar las respuestas. Aquella que a veces las personas se niegan tantas veces.

       No tan solo un día faltó Benjamin a la empresa de su padre. Sino un mes completo. Había vuelto a ser aquel que no le importaba si iba o no. Le despreocupaba si su padre lo necesitaba o no. No le importaba si necesitaban su opinión para alguna propuesta o para una negociación. No le interesaba nada... Sólo él. Incluso llegó al punto de encerrarse en la oficina de su empresa e ignorar cada llamada que no tuviese que ver con sus propios negocios. Había llegado la hora de pensar más en sí mismo y la manera cómo poner fin a los caprichos de su padre. Se encontraba harto de todo lo que implicaba haber nacido con un título que le ataba a tantas cosas que no deseaba.

— Permiso, señorita Parker, ¿puedo hablar con usted?—le preguntó su jefe al entrar a la oficina de Nicole. Sintiéndose mal por la actitud de su hijo. Había creído que Benjamin al fin había empezado a madurar, pero se había equivocado. Nuevamente se ausentaba de sus labores, sin importarle nada.

—Conde Arthur...por supuesto. Pase... ¿En qué le puedo ser útil?... Tome asiento.

— Primero que todo tengo que agradecerle todo el esfuerzo que ha hecho por mantener al margen la ausencia de mi hijo y cómo ha avanzado sin su ayuda... Usted se ha convertido en una pieza importante para el éxito que hemos tenido estos últimos meses— sonrió con tristeza_. Es tan lamentable que existan personas que no valoren los esfuerzos de otros. ¿Podría pedirle un favor?

— Sí, por supuesto...

— Mi hijo una vez me expresó que se ha había interesado en la propuesta que usted estaba realizando...Y me agradaría, si está a su alcance... Y no es una molestia, hacerlo aún más participe en ella...

_ ¿Está seguro?

— Más que seguro... Tal vez eso lo levante y lo aliente para que pronto se reincorporé pronto. ¿Podría usted asistir mañana a su propiedad y así ponerse de acuerdo con mi hijo para ver si él le plantea su opinión? ¿Me ayudaría en lo que le estoy pidiendo?

     Nicole no sabía que decir. Aquellas palabras eran más bien una súplica. Lo había visto en los ojos de aquel pobre hombre. Sabía que no tan solo lo hacía para que su hijo se sintiera parte de su propuesta, sino para ver si con eso su hijo se animaba a regresar a trabajar. Ella no era tonta para no darse cuenta de eso. Aquel hombre se sentía impotente y veía en ella la solución. Como si supiera que si ella le decía a Benjamin que regresara. Él le obedecería.

— ¿Qué me dice, señorita Parker?

— ¿Qué podría decirle?...—respiró lo más hondo que pudo—. Si usted así lo desea, así lo haré. Puede contar conmigo. Puede decirle a su hijo que iré mañana al mediodía, y que seré breve.

— Muchas gracias... así se lo informare, gracias.— expresó al levantarse, antes de salir de aquella oficina.

     Nicole no había querido decir nada más. No creía que eso serviría de algo. Benjamin se había convertido en un egoísta ante sus ojos y nadie podía cambiar todo lo negativo que pensaba de él. Había escuchado muchos rumores de pasillo. Aquellos que conocían el comportamiento inmaduro de Benjamin lo decían sin ningún remordimiento de conciencia.