Un Insoportable Caballero ( 3er libro Serie "Un Cambio Inesperado")

Capítulo 26

Capítulo 26

     Cuando el avión finalmente aterrizó en el Aeropuerto de Londres-Heathrow, ambos se dispusieron a tomar sus equipajes de manos, bajar del avión, hacer inmigración y recoger sus equipajes en la aduana. Sus pensamientos todavía les hacían compañía, aunque habían dejado atrás al Aeropuerto Internacional O'Hare cuando se habían despedido de Chicago, ellos no se habían quedado allí.

—¿Te ayudo? —le preguntó Benjamin cuando observó que Nicole tomaba su maleta. Odió no haberse percatado primero que esa era su maleta.

—Sí...—dijo un poco apenada al ver que le había costado tomarla y si no se movía, seguiría haciendo su recorrido y desaparecería de su vista—.Gracias...—le expresó cuando él se la entregó, al mismo tiempo, que sus miradas se encontraban fugazmente, antes de él darse cuenta que había aparecido la suya en la correa también.

      Luego tuvieron que esperar que subieran las cargas especiales, donde se encontraba envuelto con delicadeza el cuadro de Rembrandt que había conseguido en la subasta.

—No hemos tardado tanto...—mencionó Benjamin, sintiéndose golpeado. Había llegado el momento que había planeado tantas veces en su cabeza, pero que en ninguna había sido como estaba ocurriendo.

—Sólo un poco...—dijo y se estiro un poco.

—¿Agotada?

—Un poco...—sonrió un poco— Creo que aún no me acostumbró a viajar en avión. Y eso que solía a veces viajar con Amy en sus vacaciones.

—¿Eres muy unida a ella? —inquirió cuando ambos caminaban hacia la salida de la aduana y se dirigían a donde sabía que le esperaban ya que con anticipación había notificado su llegada.

—Sí, tanto con ella como con mi hermano...

—¿También tienes un hermano?

—Sí, mi hermano mayor, Albert...

— ¿Y vive en Los Estados Unidos o aquí?

—Los Estados Unidos... Específicamente en los Ángeles. Es policía...

—¿Policía? —expresó con interés—. Entonces hay que tener cuidado con las chicas Parker o la ley cae encima.

—Digamos que sí... Puedes preguntárselo a Christopher... Fueron exactamente parte de lo que le dijo mi hermano el día de su boda...—y ambos se rieron—. ¿Me dirás finalmente el misterio de esa maleta de Louis Vuitton?

—¿Curiosa? —le preguntó con un poco de picardía. Sin ambos plantearlo, había habido un pequeño instante de confianza.

—No... La verdad no...—fingió no estar interesada, mirando hacia otra parte, mientras caminaban.

—Puedo ver que mientes...—sonrió al reconocer que empezaba a percatarse de eso—. Es un obsequio que quería darte en otro lugar, pero veo que si no te digo que es para ti, quizás pienses que sigo siendo un conquistador y es un regalo para alguna conquista... ¡Y no digas que no lo pensaste!

—La verdad no lo pensé...—admitió al sorprenderse por eso—. Sólo me daba curiosidad, porque has estado misterioso desde que tu amigo te la entregó junto al cuadro de Rembrandt. Y creo que es cierto que las mujeres llegamos a ser un poco curiosas cuando se nos ocultan o omiten detalles... ¡Sí, culpable! —alzó los hombros avergonzada al admitirlo también—. ¿Un obsequio para mí? ¿Por qué?