A través de tus ojos (Klance) [TERMINADA pero en edición]

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Pongan la canción mientras leen el capítulo :3
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Keith

Me quedé parado durante unos largos minutos. No escuchaba nada salvo el agua caer sobre mi cuerpo. Era un calmante a todo lo que había y estaba pasando. Tenía un bote de shampoo en una mano y en la otra el jabón. Si usaba uno perdería el otro porque debía dejar caer alguno. Esta debía ser mi nueva vida. Decisiones que eran tan simples se habían convertido en algo difícil de tomar.

Dejé caer el jabón suavemente para que no alarmara a nadie a fuera, o a mi niñera, e intenté abrir la botella pero parecía algo imposible. Me agaché tocando las paredes y dejé la botella de shampoo en el suelo, comencé a tantear buscando el jabón pero no lo encontré. Me levanté rendido y por alguna razón me sentía indefenso en la ducha.

—Keith, ¿necesitas ayuda? —apareció la voz de Lance entre el agua que caía.

—Eh... No... Bueno si... N-No... —Solo lograba balbucear cosas y tartamudear.

—¿Qué pasó, Keith? —La preocupación en su voz aumentó.

—Yo... Se me cayó el jabón y no lo encuentro.

Rió suavemente y sentí como se acercaba con cuidado. Me sentía como un animal asustado. Su voz volvió a aparecer varios segundos después.

—¿Quieres que te ayude? —preguntó.

No pude contestar a eso. Mis manos temblaban sin razón y mi voz no lograba salir.

—Keith, estoy aquí. No te va a pasar nada —colocó una mano en mi hombro y acarició suavemente con su dedo pulgar—. Soy tu amigo. No te haré daño.

Sus palabras fueron una aguja de anestesia para mi cuerpo tenso y asustado que comenzaba a relajarse y a dejar de temblar.

—Permíteme —dijo. Me ayudó a sentarme en el piso de la ducha.

Dejé que sus manos y la esponja con jabón recorrieran mi cuerpo. Lo hacía cuidadosamente, sus manos eran suaves y grandes. Intenté pensar en otra cosa pero ahí estaban sus manos en mi espalda, el jabón, el agua tibia. Era cuidadoso y lento. Me sentía frágil ante su tacto. Yo no era frágil. Yo era un paladín, yo era parte de la Espada de Marmora, yo no era esto. Y aún así, aunque mi consciencia peleara por el control de mis acciones pasivas y tranquilas, en vez de impulsivas y repentinas, no hice algo por seguir a mi consciencia. No dijimos nada, por una vez desde que nos conocíamos estábamos callados y en paz. No éramos esto.

Sus manos restregaron y masajearon mi cuero cabelludo. Quería que me diera vuelta al cerebro a ver si el yo de antes volvía. Aunque yo sabía que eso no iba a pasar. Sus manos temblaban y yo dudaba que fuera porque estaba lavando mi cabello. Tomé sus temblorosas y suaves manos con las mías, no estaban frías. Era Lance. El mismo Lance que ahora hacía de niñera, le pasaba algo. Apreté sus manos y escuché un sollozo ahogado.

—¿Estas llorando?

—No. Se me metió shampoo al ojo. No te sabes lavar el cabello —respondió con la voz ronca.

—Mentiroso. ¿Qué pasa?

—Nada —separó bruscamente sus manos de las mías y volvió a restregar mi cabeza.

—Lance. Dime.

—No importa.

Nos quedamos callados una vez más hasta que de un segundo a otro ya no escuchaba el agua caer. Sentí la mano de Lance rodear mi brazo y levantarme. Me rodeó con una toalla y luego me abrazó. Me abrazó como lo había hecho nadie en mucho tiempo. Ya no lloraba, simplemente había silencio y tranquilidad entre nosotros.

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Porque ustedes lo pidieron y yo les cumplo, espero que les haya gustado este capítulo.