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Keith

Cuando llegamos, Lance me tuvo que despertar, me había quedado dormido encima de él y al parecer estaba muy emocionado por mostrarme algo. Me puso el uniforme de Voltron y casi me hizo correr con él hasta el León Rojo, dándome indicaciones rápidas.

Cuando subimos estaba aturdido por el sueño y por todo lo que Lance podía decir en cuestión de segundos emocionando.

—Muy bien pequeña, haz lo tuyo —dijo al León luego de sentarme en la silla que antes era mía.

No entendía nada y ahí pasamos varios minutos. Pero nada sucedía.

—No entiendo nada, Lance. ¿Qué hacemos?

—Dale un poco más de tiempo —murmuró.

Y así fue, le dimos más tiempo. Y más tiempo. Y muchísimo más tiempo, y nada pasaba. Lance parecía nervioso y lo escuchaba dar vueltas por el León.

—Vamos, muéstrale lo que puedes hacer, no me falles ahora, León Rojo —murmuró.

—Lance... Aquí no pasa lo que sea que estás queriendo que pase.

Suspiró agotado y con decepción, lo que sea que quería hacer, no estaba funcionando. Nos quedamos callados una vez más durante largos minutos hasta que sentí algo extraño y pude ver, pero no eran mis ojos. Eran los mismísimos ojos del León.

—L-Lance... —murmuré, casi escuché como se enderezó de golpe y se acercó—. Estoy viendo lo que está afuera.

—¿Funcionó? ¿Está funcionando? No me lo creo... Funciona...

Escuché sus pasos correr y alejarse y rápidamente en el campo de visión del León Rojo apareció Lance. Quise gritar y llorar, estaba viendo a Lance. No había cambiado nada, era el mismo chico que amaba. Lo seguí observando sin palabras. Esta podría ser la sorpresa más sentimental que tendría en demasiado tiempo. Las lagrimas se me escaparon mirando a Lance hacer poses chistosas y modelar. Estaba viendo a Lance después de muchísimo tiempo. No me lo creía, era demasiado maravilloso para ser real, pero ahí estaba Lance gritando.

—¡¿Cómo te sientes?! ¡¿Te gusta?! ¡Sé que no puedes con esta hermosura!

Volvió a irse del campo de visión y escuché sus pasos detrás de mi. Podía ver a través de los ojos del León. La conexión perfecta y ya podía ver temporalmente. Daba lo que fuera por poder seguir mirando a Lance pero de cerca, con su cara a sólo centímetros de la mía.

—¿Estas llorando? —rió suavemente—. Me alegro de que te haya gustado —sentí sus brazos rodeándome trayéndome a la realidad sin visión pero con un muy real tacto.

—Lance... —lo llamé entre sollozos—. Te vi, te estaba viendo, te pude ver.

—Lo sé, lo sé... —murmuró besando mis mejillas empapadas.

Ya no veía más pero tenia a Lance y un reciente recuerdo de sus tonterías. Eso era perfecto por ahora.

A través de tus ojos (Klance) [TERMINADA pero en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora