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Pongan la canción mientras leen el capítulo :3
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Lance

Intenté tomar distancia de Keith los primeros días pero no fue fácil. Era mi mejor amigo y me necesitaba... Pero luego recordaba la escena de varios días atrás que me había dejado confundido conmigo mismo. Yo no hice nada por alejarlo. Yo no lo aparté. Yo no sabía qué hacer. Yo no sabía cómo se sentía Keith. Yo no sabía cómo me sentía yo mismo. Quería golpear mi cabeza contra lo que sea para dejar de pensar en Keith y la excitante escena que siempre buscaba la forma de asomarse por mis pensamientos. El recuerdo me inundaba con oleadas al azar de los diferentes momentos que tuvimos. Ya estaba harto.

Yo no era esto. A mi me gustaban las chicas, ¿no? Siempre estaba coqueteando con ellas. Y bueno... Keith había acelerado mi pulso y me hacía sacado de mi lugar en solo unos tics. ¿Acaso era bisexual? ¿Era gay?

Ciertamente me había gustado aunque intentara negarlo. Siempre que veía a Keith a un par de metros, volvía por donde había llegado con tal de no encontrármelo y enfrentarlo. Al menos, no todavía. No estaba preparado, ni siquiera sabía que decirle. Él era el gay, no yo. ¿Qué me estaba pasando?

Me levanté de mi cama y caminé sin rumbo por los pasillos, distraído en mis pensamientos, si tenía que llegar a algún lugar que así fuera, si tenía que dar vueltas en círculos que así fuera. Dejé que mis piernas decidieran mientras mis demás sentidos viajaban por alguna parte de mi cerebro. Y tanto mi cerebro como mi cuerpo entero pensó en Keith porque estaba parado frente a su habitación dudando si entrar o no. Finalmente entré. Keith andaba tirado en su cama boca arriba. Me acerqué sin hacer apenas un solo ruido y pude apreciarlo mejor. Sus labios estaban entreabiertos y algo resecos, sus párpados estaban cerrados y su respiración era lenta. Quise abalanzarme sobre él y robarle todos los besos que nos pudimos haber dado pero no lo hicimos por mi culpa, pero no lo hice y negué con la cabeza. Tenía que quitar esas ideas de mi mente.

Estuve por dar media vuelta e irme pero estaba hipnotizado por su inmóvil cuerpo. Y me sentía asfixiado y con el corazón a millón de solo verlo. ¿De verdad esto me estaba pasando ahora y con Keith?

Por inercia o quién sabe qué, me senté en el borde de la cama y estiré mi brazo hasta el rostro de Keith. Las yemas de mis dedos rozaron su rostro y sentí una correntada por mis nervios. Keith se veía tan tranquilo, incluso podría decir que con cada segundo que lo miraba me daba cuenta de todas las cosas que me encantaban de él. Acaricié una última vez su rostro y me separé de su cuerpo y de su cama. No podía seguir viéndolo o aceptaría algo muy difícil.

—¿Tan pronto te vas? —preguntó a mis espaldas.

No me había dado cuenta de que estaba despierto. Y es que Keith se había muy bueno en el arte de fingir cuando dormía.

—No creo que sean buenos momentos para quedarse —respondí.

—¿Y quién dice que no?

—Yo.

—Lance, no volverá a suceder. Nunca más, lo prometo. Yo... Controlaré lo que siento y listo...

No entendía porqué esas palabras no me habían gustado en lo más mínimo. Incluso dolían. Volteé a verlo y seguía en la misma posición. Yo no quería eso, mi cuerpo no podía aceptarlo.

—Ese es el problema... Y-Yo no quiero que dejes de hacerlo... —Esas palabras salieron de mi boca como si hubieran estado esperando demasiado tiempo para desbordarse—. Solo necesito tiempo de asimilar todo... Solo pienso en ti, siempre vengo por ti aunque no quiera. ¿Sabes? Eres mi mejor amigo...

—Lo sé. Te daré todo el tiempo que necesites —me interrumpió.

—No he terminado de hablar, eres mi mejor amigo y yo... N-No s-sé cómo exactamente t-te q-quiero. —Mis labios temblaban junto a mis manos y piernas. Tuve que tomar aire unos segundo para seguir hablando.— Solo sé que te quiero —finalicé y quise meter mi cabeza en un agujero como los avestruces.

—Lance... —se puso de pie algo desorientado. Aún, después de tanto tiempo, le costaba saber en donde estaba y que dirección tomar en su propia habitación.

Sus manos buscaban mi cuerpo en el aire y dudé en facilitárselo pero lo hice. Agarré su mano con la mía y lo atraje un poco más a mi. Por lo menos teníamos varios centímetros de respeto en espacio personal. No estábamos los suficientemente cerca para sentir su respiración pero si para apreciar su rostro a la perfección.

Esa distancia fue cortada y lanzada a la basura por los brazos de Keith rodeando mi cuerpo. Tuve que analizar dos veces que me estaba abrazando, correspondí lentamente y acaricié su pelo. Ahora sentía sus latidos acelerados y su lenta respiración. Cuándo separo su cuerpo del mío me sentí vacío, acerqué mi mano a su rostro y acaricié su mejilla.

¿Esto era realmente lo que yo quería?

Deslicé mi mano por su mandíbula y dejé mis dedos en su mentón. Su rostro estaba caído y sonrojado. Mi corazón daba vuelcos con cada diminuta cosa del chico. Levanté su rostro y pude acariciar sus labios con mi pulgar. Me acerqué y rocé nuestros labios. Fueron unas caricias simples mías y luego respondidas por sus labios. Íbamos lento, dejando a conocer nuestros labios y próximamente nuestras lenguas cuando me permitió avanzar. Eran movimientos torpes, nerviosos y bastante lentos. Quizás ninguno quería asustar al otro y por eso lo hacíamos así. Tal vez en realidad siempre fuimos inexpertos y nos descubrimos ahora.

Los labios de Keith me ponían en lo alto y se sentía tan increíble que no quería parar de probarlos. No necesitaba nada más por el momento.

No importaba si no lo teníamos todo, porque ahora todo estaba al alcance de unos simples labios.


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¿Vieron? Les dije que tendrían Klance más puro. El capítulo anterior era la preparación de este. Ustedes no confían en el tío J.

A través de tus ojos (Klance) [TERMINADA pero en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora