A través de tus ojos (Klance) [TERMINADA pero en edición]

10

Keith

Habían tres razones por las cuales me negaba a trabajar con Lance anteriormente:

La primera; era impredecible.
La segunda; éramos competitivos.
Y la tercera; me confundía.

Y aún estaba vigente la tercera. Ahora que es como mi niñera tengo que soportarlo desde que me levanto hasta que me acuesto a dormir. Normalmente me saca de la habitación, comemos, caminamos en círculos por castillo —ya había notado eso después de varios días—, luego volvíamos a la habitación, a veces hablábamos y a veces se iba, luego volvía para que me bañara, cenábamos y volvía a dejarme en la habitación para que durmiera.

Ya era rutina. Hoy, cuando me desperté y Lance no apareció, de verdad empecé a preocuparme. Me levanté de la cama. Ya sabía cuantos pasos eran hasta la puerta, cuantos habían en los próximos pasillos y donde debía voltear. Mi problema era que me aterraba perderme en el castillo, así que estaba plantado en la puerta de mi habitación esperando un impulso o algo, pero nunca llegó y volví a la cama. Tal vez solo se atrasó. No es razón para estar paranoico.

Esperé.

Y esperé.

Y seguí esperando.

Y Lance no apareció.

Caí varias veces dormido y despertaba esperando a escuchar la voz de Lance diciendo algo estúpido o simplemente ordenando cosas. Pero no aparecía y en mi sistema fluía enojo sin razón aparente.

—Keith, siento llegar tan tarde... Yo... Sé me hizo tarde. Solo eso —dijo con su respiración agitada cortándole las palabras.

No moví un solo músculo cuando llegó, no estaba de ánimos para pasar tiempo con él o siquiera para discutir. Ni siquiera había razón para que yo estuviera de malhumor. Ni yo mismo me entendía, pero estaba enojado con Lance en esos precisos momentos.

—Keith, despierta o deja de ignorarme. Tienes que comer algo —sacudió suavemente mi hombro.

Conté varias veces hasta diez mentalmente hasta que se fue. Y no volvió, y yo dormí, y desperté y volvió a estar puntual para ser mi niñera.