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Keith

Cuando desperté, Lance ya no se encontraba abrazándome ni a mi lado. Era algo típico. No queríamos que los demás supieran de esto así que se levantaba primero, desayunaba, y me traía...

—Traje panqueques, es una nueva receta y algo extraña de Hunk pero garantizo que tiene un buen sabor. Ya los probé para asegurarme de que no fueran veneno —dijo sentándose a mi lado.

Sabía, por otras ocasiones, que traía una bandeja con el desayuno. Con cuidado acercó la comida a mis labios y así siguió repetidamente hasta acabar la bandeja de comidas. A decir verdad, la nueva receta de Hunk era buena.

—Hoy habrá una reunión importante de todos los paladines. Así que como eres uno, estás obligado a asistir —dijo levantándose de la cama.

—No he liderado el León Rojo desde hace mucho... —murmuré.

—Sigues siendo parte del equipo y, además, es sobre ti.

—Bueno...

—Te llevo al baño ya mismo para que te pongas guapo. Voy a dejar la bandeja en la cocina —besó ligeramente mis labios y se fue. Sin mi cuerpo no asimilaba que recibía besos y abrazos de Lance.

Como acostumbraba, volvió rápidamente a cumplir con lo dicho. Me dejó ducharme, había logrado comenzar a hacerlo sin ayuda aunque a veces metía a Lance a beneficio propio solo para que me bañara él. Esa no era una de esas ocasiones por la prisa y el hecho de que alguien podría buscarnos para apresurarnos. Lo ultimo que queríamos era que alguien nos interrumpiera en una posición comprometedora.

—¿Ya estas listo, Keith? —preguntó con su desgraciada lejanía. Yo quería su cuerpo rozando el mío.

—Si —cerré la llave del agua y salí de la ducha casi sin pena, me había acostumbrado a salir como me habían traído al mundo con él. Sabía que no juzgaría nada en mi cuerpo, ni siquiera las cicatrices sin explicación alguna y de las cuales yo solamente sabía su historia.

Sentí su mano en mi pecho acariciando con suavidad y luego en mi cuello. Tomó una de mis manos y la puso en su pecho, sentía su corazón ir demasiado rápido.

—Es tan difícil sentirse así... Es difícil no mirar más abajo del pecho... Yo... No sé cómo lidias con esto... —murmuró.

Le robé varios besos de sus suaves labios antes de contestarle:

—Porque no puedo esconder lo que siento por ti... Y parece que tú tampoco puedes esconderlo...

Sentí sus labios acariciando los míos, guiándolos en esa danza de bocas y lenguas. Era la mejor sensación que podía tener en esos momentos. Solo por esto amaba estar ciego, sentía más, hasta el doble por así decirlo. Lo sentía por todos lados, hasta que sus labios besaron mi cuello.

—Lance... Tenemos que ir a la reunión... —susurré algo extasiado al sentir aquellos labios recorrer mi cuello en busca de un sentir más fuerte.

—Lo sé...

Se separó de mi cuerpo y lo extrañé de verdad. Quería que volviera a lo que estábamos pero el deber llamaba. Lance me ayudó a vestirme besando de pesada algunas partes de mi cuerpo.

—Estas listo —dijo tomándome de la mano. A veces para guiarme hacia eso y me encantaba, sentía que de verdad me amaba y que éramos la pareja ideal. A pesar de que todavía Lance estaba descubriendo sus sentimientos, yo sentía que lo tenía todo.

Cuando estábamos por llegar, soltó mi mano y tomo mi antebrazo. Me sentí ligeramente traicionado pero este era uno de nuestros acuerdos. Lance no quería que los demás supieran. Y quizás era muy pronto, pero igual me molestaba, y no quería hacer un dilema con él ni con mi cabeza porque sabía qué pasaría.

La habitación estaba completamente en silencio, como si de un funeral se tratara. ¿Tan malo era lo que íbamos a hablar?

—Bueno, ya que estamos todos es hora de comenzar —empezó Shiro—. El asunto es que el Galra que atacó a Keith es uno de los rebeldes. Al parecer algunos de los Galra todavía tienen ese espíritu de enemistad a pesar de que incluso le dimos un mejor hogar. Poco sabemos pero deberíamos estar preparados y apaciguar los intentos de una nueva guerra con rebeldes.

—¿Rebeldes? —¿De qué me había perdido?

—Se nos olvidó informarte pero digamos que el imperio Galra quiere revivir ciertas cosas... No son muchos, hasta donde sé hay grupos casi totalmente independientes, el que tuvimos en el planeta Endaira era uno de ellos —explicó Shiro.

¿Así que los Galra estaban intentando revivir momentos difíciles? Si de verdad, esto era verídico... Yo debía entrenar y volver a la Espada de Marmora. Yo era uno de ellos. Yo necesitaba ser mejor que alguien a quien pueden derribar con solo un par de golpes.


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¡Hola! Hoy estoy feliz, no sé porqué. Bueno no, tengo una mezcla de decepción pero felicidad (pues el bipolar). Pero no importa, lo que importa aquí es que... ¡Ah, si! Me hacen feliz con sus comentarios. De verdad me alegro mucho de que les gusten la historia y a los que no han tenido la experiencia de lo que es el Love, los ayude a entender qué es y lo difícil que puede ser. Y pues... Sigan votando y comentando, a pesar de que no siempre contesto, siempre los leo. Pero de verdad, estoy agradecido por el apoyo.

A través de tus ojos (Klance) [TERMINADA pero en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora