EL BØXEADØR ©

Capítulo 37

ROSSEL

—¿Es tu ex novio? —La voz de Damon llegó a mis pensamientos. Pero no podía dejar de sentirme fatal.

Sentía que había traicionado a Jordan. Y no podía eliminar de mi cabeza su expresión llena de dolor y decepción, pero más que nada, no podía olvidarme de la furia en sus ojos.

¿Se habrá enojado conmigo? Pensar en eso me hacía querer reclamarle. Pero para qué perder mi tiempo en eso... sabiendo que quien más herido saldría, sería yo y no él.

—Sonia... de acuerdo, mejor detén el auto, no puedes manejar así.  —La mano de Damon se posó en mi hombro trayéndome de nuevo al presente.

—¿Q-Qué? —Me fue imposible no tartamudear, y lo miré sintiéndome dispersa.

—No te preocupes, sólo déjame conducir... —Su voz me tranquilizó por un momento y asentí con la cabeza deteniendo el auto fuera del camino.

Escuché como Damon se quitaba el cinturón de seguridad abriendo su puerta para dirigirse a la mía.

Yo hice lo mismo y cuando estuve fuera del auto Damon me detuvo con suavidad por los brazos. Mis ojos se encontraron con su ceño fruncido.

—Sonia... ¿Por qué reaccionaste así en cuanto viste ese chico? ¿Te hizo algo malo? —Se escuchaba tenso, realmente mi actitud lo dejó confundido y lo entiendo. Yo tampoco sé qué me ocurrió allá.

—No Damon claro que no. Él no me ha hecho nada. —Suspiré cerrando mis ojos por un breve momento.

—¿Entonces qué ocurre nena? —Sus dedos fueron a parar a mi barbilla. Su mirada era perpleja y yo me sentí avergonzada. Me comporté como una dramática.

—Lo siento... —Murmuré y él frunció sus labios y su ceño con desaprobación.

—No entiendo por qué te disculpas... —Su voz me hizo estremecer y yo negué con la cabeza, apartándome de su tacto. Caminé un poco alejándome de la cercanía de su cuerpo. Si iba a salir con él mis sentimientos no estarían de por medio. Y eso quería decir que tampoco podía mencionarle el tema sobre Jordan.

—No quiero hablar de aquello y es por eso que me disculpo... —Dije después de un momento, se encontraba recargado en el auto. Aún mirándome expectante. Vi como bufaba por lo bajo a la vez que sacaba un cigarro de su cajetilla, el cual encendió sin apartar sus ojos de los míos.

Dio una larga calada antes de expulsar el humo.

—No pienso obligarte a que me digas qué fue lo que pasó. Sin embargo, el que no lo hagas, sólo me hace pensar en que te afecta verlo a Él, en que posiblemente hayan tenido algo y que aún no lo superas. Pero por lo ocurrido allá en la universidad, es más que claro que aún tienes emociones o sentimientos por él.

Parecía hablar en serio y el que fuese tan directo me dejó aturdida por un momento, pero me molestó un poco saber que posiblemente estaba él en lo cierto.

—Me estas pidiendo explicaciones que no puedo darte Damon... —Lo miré fijamente y él elevó una de sus bonitas cejas en mi dirección.

Una fría sonrisa se instaló en su rostro.

—De acuerdo, haremos ésto Sonia... si salimos no hablaremos de mi pasado, ni del tuyo. Los sentimientos estarán prohibidos para ambos... —Cuando terminó de hablar, tragué al ver que su mirada se oscurecía.

Se apartó del auto para caminar en mi dirección haciendo que me pusiera nerviosa con cada paso que daba y cuando estuvo a sólo unos centímetros de mi, elevó mi rostro para estampar sus labios contra los míos, eliminando el espacio entre nosotros. Jadee cuando me pegó contra su cuerpo, y de un momento a otro yo estaba contra el capo de mi auto mientras él me besaba. El sabor de su lengua era menta y tabaco, una combinación que me fascinó y me volvió ansiosa por seguir probando su boca. Se apartó un poco para comenzar a besar mi mandíbula y luego mi cuello. Los jadeos que solté al sentir su lengua. Su aliento caliente contra mi piel, son difíciles de describir. Mi mente estaba nublada por el deseo y mis sentidos eran todos para Damon.

Sus manos acariciaron la piel debajo de mi playera mientras daba pequeños mordizcos a mi cuello que lo único que hacían era volverme más caliente de lo que ya me sentía.

Cuando sus dedos estuvieron al borde de la copa se mi brazzier gemí. Me sentía viciosa por su tacto y quería más. Sus manos eran firmes, sin duda sabía lo que hacía.

El rostro de Damon volvió a acercarse al mío y por un momentos mis ojos conectaron con los suyos, la mirada que me lanzó estaba cargada de deseo y esta vez fui yo quien le besó. Probé cada centímetro de su boca y jadee cuando sus manos finalmente acariciaron mis pechos por debajo del brazzier.

Pero me dio miedo que nos pudiese ver algún extraño. Quería mantener cuerdos mis pensamientos a pesar de la intensa atracción y deseo que sentía en estos momentos. No me importaba esperar y hacerlo en un lugar más privado, pero Damon parecía querer follarme aquí y ahora y eso me daba morbo.

—¿N-No nos veran? —Jadee cuando comenzó a jugar con mis pezones.

—¿Crees que te haría todo esto de ser así? —Gruñó contra mi boca y dirigió su boca a mis pechos.

Eché mi cabeza hacia atrás cuando sentí su lengua en mi piel, succionaba y lamía mi pezón izquierdo con verdadero placer y anhelo, mientras que su mano derecha pellizcaba y acariciaba mi otro pecho.

Con su mano izquierda desabrochó el botón de mi pantalón y bajó el cierre de éste para meter su mano en mis bragas. Emitió un gruñido desde el fondo de su garganta al tocar dónde nadie había tocado a excepción de él. Me sentía cohibida, pero al ver como me miraba, me hacía sentir bien. No había nads de que avergonzarme.

—¿Quieres que te haga correr así? —Su voz llenó mis sentidos y gemí cuando sus dedos estuvieron dentro de mi.

—S-Sí... —Mi voz tembló por el placer. Y sentí como él me acostaba un poco más sobre el capo del auto, había bajado un poco más mis pantalones y mis bragas por completo.

—Pídemelo. —Sentenció con voz grave mientras seguía mordizqueando y succionando con más fuerza mis pezones.

—Rayos-s... por favor Damon... —Jadee mientras arañaba su espalda. Cerré los ojos cuando él gruñó contra mi piel, y comenzó a sacar y a meter sus dedos con más rapidez.

Me iba a venir, no podía contenerme por más tiempo, y no quería hacerlo. Lo que ansiaba era liberarme.

Gemí como nunca antes lo había hecho. El sudor era visible en nuestros cuerpos, y cuando me corrí en los dedos de su mano Damon mordió mi labio inferior claramente complacido.

Pasé mis manos por mi frente aún con mis ojos cerrados. Me había dado mi primer orgasmo, y cuando se apartó de mi noté que él seguía todavía muy excitado porque se dispuso a darme placer solamente a mi.

Besé sus labios una vez más antes de hacer algo que posiblemente lo haría sentir mejor. Sus ojos me miraron expectantes y elevó una de sus bonitas cejas en mi dirección al ver que me había puesto de rodillas y le desabrochaba el cinturón.

—No tienes que hacerlo Sonia... —Suspiró agitado y yo sabía que le estaba costando decirme que no.

—Quiero hacerlo Damon. —Lo miré desde abajo y él maldijo en voz baja antes de tomar suavemente mi cabeza entre sus manos.

Estaba nerviosa, demasiado para ser sincera, pero quería hacerlo sentir bien igual como él lo hizo conmigo.

No había sentido esto nunca, y lo estaba disfrutando de verdad, con él...