Capítulo 3

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Estaba dormido hasta que escuché el molesto sonido de la alarma. Gruñí enojado y lo apagué de un golpe. Me levanté para arreglarme, me subí con desgano mis jeans negros, y el resto de mi ropa negra. Lavé mis dientes, para después salir de mi habitación. El sol lucía insoportable, no dudé en llevar mis lentes de sol.

Al bajar las escaleras me encontré a mi hermano en la cocina desayunando. Y como siempre iba bien arreglado como mamá le había enseñado. Me senté frente a él sin decir nada, pero él al verme frunció el ceño.

-¿No irás a la universidad?

-Si, ya me iba. Hoy cuídate y pásala bien con tus amigos. -Carraspee.

-No tengo amigos, ellos son unos infantiles, se comportan nefasto y no tienen modales. -Dijo Adam con claro fastidio en su voz.

-Quizás deberías darles una oportunidad. -Frunciendo mi ceño por su respuesta sintiéndome un hipócrita. Pero no quiero que él crezca siendo como yo.

-No Jordan. No me interesa. -Dijo duramente mientras seguía desayunando.

Me levanté de la silla y le alboroté el cabello. Salí de la cocina hacia el garaje no sin antes tomar mis llaves y mi mochila. Observé mi skate en la esquina cubierto de polvo. Ya tiene años que no lo ocupo desde que empecé a moverme en mi auto. Ahora siempre estoy conduciendo. Me coloqué el cinturón antes de encenderlo, y traté de distraerme poniendo música para olvidar el recuerdo de mi niñez.

Después de un rato llegué a la universidad, me dirigí a mi casillero. Tomé lo que iba a ocupar y me fui a mi clase de Historia. Y como siempre todas las chicas se me insinuaban y yo solamente las ignoraba.

Por accidente choqué con una chica en el camino lo que ocasionó que se cayera al suelo con todo y libros. Ella rápidamente tomó sus cosas antes de que pudiera ayudarla.

Si. Tal vez soy un grosero con las demás. Pero solo soy así por que me fastidia que me vean como un maldito premio al cual creen que pueden ganarse con su descaro.

La chica se levantó rápidamente y me miró. Al igual que yo a ella. Tenía un lindo cabello rubio amarrado en una coleta despeinada, usaba un playera rosa que realzaba su figura. Llevaba unos jeans ajustados y usaba lentes. No usaba maquillaje. Demostrando que su belleza claramente era natural.

Al fijarme en sus ojos me sorprendí un poco al notar que eran de diferente iris, el ojo derecho era azul y el izquierdo era verde. Ella no estaba nada mal.

-Lo siento, no te v-vi pasar. -Dijo ella con timidez.

-No te preocupes. -Respondí indiferente. Y antes de que ella pudiese decir algo más me marché dejándola sola. Llegué al aula y tomé asiento en los últimos lugares.

Ésta clase era aburrida. Por más que trataba de concentrarme no podía poner atención. ¿No pueden hablar de algo que no sepa?

Saqué mi celular y le mandé un mensaje a Matt.

+Hey, ¿ya mero llegas?

-Que hay hermano. Ya estoy aquí. Estoy en la clase de literatura. Estoy muerto del aburrimiento.

+Y que lo digas. Historia me trae igual.

-Nos vemos en el almuerzo. Por cierto, tienes razón. Aquí hay muchas... zorras.

+Si, la mayoría. Pero como sea, ignóralas.

-Eso haré. Nos vemos hermano.

EL BØXEADØR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora