Epílogo.

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Los labios expertos que se movían contra los suyos le hacían delirar. Las manos grandes y fuertes acariciando y apretando su cintura no hacían más que calentarle.

Sentado en un buró cercano, abrió un poco más las piernas para recibir las caderas del rubio. El ambiente estaba pesado, caliente. Subió sus manitas por el torso del mayor hasta engancharlas tras el cuello.

Jace recibía gustoso todos su jadeos en su boca, inclinándose cada tanto hacia Simon para lograr más fricción. De tanto en tanto, el brujito gemía entre los brazos de Jace, y éste se excitaba más al escucharlos. Eran tan puros. Subió sus manos desde las finas caderas adolescentes, por debajo de la camisa con estampado de "Star Wars", hasta las pequeñas tetillas rosadas, las cuales pellizcó, ganándose un gemido de sorpresa por parte de Simon, a la vez que el pequeño se sobresaltó, friccionando más –sin intensión alguna– sus caderas con la pelvis del mayor.

Jace atrapa una vez más los pequeños labios, mordiéndolos suavemente, de manera sensual. Manteniendo la vista fija en los expresivos ojos marrones, que ahora están nublados en excitación. Baja de a poco la mano por el blanco vientre, en dirección a los pantalones de Simon, y lentamente los desabrocha. Viendo temblar al niño en sus brazos.

El sonido de la puerta abrirse, los congela en el acto. El rubio suelta una maldición, abofeteándose mentalmente por no cerrar con seguro su habitación. Giró su vista, listo para reclamarle privacidad a Alec, quien ya varias veces los a cachado en esas (y después se largaba rumiando sobre que su vida sexual no era tan activa ahora). La mirada azul que esperó ver, resultó ser una marrón, qué, al chocar con sus ojos dorados, se transformó en una felina verde-dorada, pintada en sorpresa e ira.

Era Magnus Bane, el hermano mayor y mentor del brujito que tenía en sus brazos, quien se encontraba en el umbral de su puerta.

Jace sudó frío.

–Vengo a preguntarte si has visto a Simon, ¡Y me lo encuentro casi siendo follado por ti!– rugió el Gran Brujo.

Parte del plan, "Coger en la habitación del instituto que le pertenece a Jace" era, principalmente, para poder coger y eludir a Magnus, púes, ellos aún no le decían las nuevas de su relación al sobreprotector hermano mayor.

Por un segundo, la furiosa imagen de Magnus le recordó a cómo actuó Alec cuando se enteró, hará muchos años atrás, que Izzy ya no era virgen.

Tal para cual; los burros se buscan para rascarse.

Soltó a Simon, y éste con su magia arregló su ropa. Dio, valientemente un paso atrás, listo para encarar a su cuñado. Más no pudo hablar porque se vio ocupado esquivando una bola de fuego que voló hacia él.

Ahí se desató el infierno.

Magnus persiguió a un Jace sin camisa por todo el instituto, atacándolo con su magia. El pobre cazador apenas y se podía defender. El pequeño Simon se vio claramente ignorado.

Entre su pequeña-gran persecución a muerte, iban destruyendo todo a su paso.

[...]

–Eso es todo. – concluyó Alec el informe que presentaba ante los presentes.

Maryse aplaudió entusiasmada y orgullosa, Robert le miró con los sentimientos que su madre ya expresaba por ambos, el resto de los presentes le miraron con respeto.

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