24.

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–Quisiera ser sudor para bajar por ésa espalda. – masculló Simon por lo bajo, con la mirada fija en la figura sudorosamente sexy de Jace.

Raphael y Alec viraron los ojos con hastío.

El día estaba inquietantemente tranquilo, para Alec. Nadie tenía nada que hacer, aparentemente. Tenía pinta de domingo, aunque ciertamente lo era.

Jace e Izzy estaban peleando entre ellos, entrenando. En uno de los patios internos del instituto. Alec estaba sentado entre Simon y Raphael en una banca a varios metros del rubio y la azabache, bajo la sombra.

Simon buceándose a Jace, Raphael admirando la fuerza y destreza de Izzy, y Alec, bueno él estaba esperando que alguno se rindiera para por fin poder entrenar pelea de cuerpo a cuerpo con alguno.

Vida triste.

Ya para Raphael era normal escuchar de Simon tales comentarios, tan fuera de lugar. Pero no dejaba de incomodarle a veces.

–He notado que bajo el sol le brilla más el cabello. – dijo pensativo el menor.

–A todos. – dijo el vampiro.

–Pero a ti no, ¿Por qué?

–¿Me ves parado en el sol? Exacto, no. Porque estoy en la sombra.

Simon hizo una mueca, a veces Raphael era tan..., Raphael.

Oyeron a la distancia como Izzy resoplaba con cansancio y daba por terminada la sesión de entrenamiento entre Jace y ella. Se aproximó hasta la banca de los rezagados y Alec saltó de un brinco y fue hacia Jace.

Empezaron a pelear. Con una sincronía dolorosa, ninguno llegaba a golpearse. Casi bailaban. Tan fluido y majestuoso.

Ambos se sonreían en son de picardía, diversión, superioridad e intimidad.

Era tan intenso el momento entre ellos, que Simon se removió incómodo en su asiento y se recordó que ellos eran parabatais y que la intimidad entre ellos era así de deslumbrante.

Se sintió un idiota, porque de repente tuvo celos de la cercanía en la que Alec y Jace se encontraban. Cómo chocaban sus cuerpos. Cada roce, cada mirada, cada sonrisa superficial.

Se encontró mareándose ante la vista, y como si un mantra se tratase repetía en su mente:

"Son parabatai"

"Son parabatai"

"Son parabatai"

"Son parabatai"

Una y otra vez, sin parar ni separar su vista de ellos.

Terminaron con Alec haciendo que Jace comiera polvo. Y el ojiazul alzó sus brazos al aire en pose victoriosa que trajo risas a los demás presentes.

Botó el aire que sospechosamente retenía, seguía con la incomodidad.

Cada uno se fue por su lado después de varios chistes al respecto que no llegó a escuchar, tan absorto en Alec de repente.

Siguió a su protector hasta la habitación de él en aquel instituto.

–Alec. – le llamó una vez estuvo seguro que estaban solos.

–Dime. – le respondió mientras secaba el sudor de su cara con una toalla.

–¿Te gusta Jace?– soltó de sopetón, helando momentáneamente al cazador.

Segundos después Alec se largó en carcajadas, potentes y llenas de gracias.

–¿De qué demonios hablas?– logró preguntar.

–No sé, a decir verdad. Es solo-..., allá afuera ustedes estaban tan sumidos entre ambos, y tan unidos. Todo el ambiente se volvió tan íntimo que, no sé. Me pregunto si ustedes se gustan.

Se veía tan vulnerable, tan miserablemente vulnerable y pequeño que Alec se sintió extremadamente grande y bruto.

Negó. –No, no. Es lo más absurdo que me han dicho este mes. Así que detén ésa película de terror de tu mente, me da escalofríos. Jace y yo estamos unidos por un vínculo más allá de lo íntimo. Somos uno. Compartimos nuestras almas. Soy una parte de él, y él es una parte de mí. Un sólo ser.– explicó, pero pareció crecer la inseguridad de Simon, y Alec estuvo tan tentado de exponer los sentimientos de Jace.

Pero no lo hizo. Había acordado consigo mismo que no lo haría.

–Es un completo tabú, y está prohibido sentir un amor nada fraternal hacia tu parabatai. – dijo. – Jace me ama como familia, como hermano. Igual yo a él. Y ahí muere. No te hagas ideas locas en la cabeza. Aparte, yo amo a Magnus con todo mi corazón. Para mí no hay nadie más que Magnus. Así qué para.

Simon se sintió tan estúpido que lloró, y Alec le consoló.

No estaba mal tener momentos donde dudas de todo, siempre y cuando tengas a una persona a tu lado para mantenerte las cosas claras, tal y como son.

Dirty Thoughts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora