Atracción Peligrosa. |PAUSADA|EDITANDO|

Prólogo.

Para ti, Garrett.

¿Cómo comenzar?...

Tu simple nombre me hace temblar de pies a cabeza. Tu presencia —arrogante e irritable— me fastidia y, al mismo tiempo, me encanta. Todo tú me estremeces y me provocas experimentar sensaciones que jamás había sido capaz de sentir con anterioridad. No sé por qué en el jodido mundo me elegiste a mí —tal vez si lo sé—; habiendo tantas chicas preciosas detrás de ti...mucho más atractivas que yo.

Tú, ¡Dios mío!

No me alcanzan las palabras para describir todo aquello que me provocas: me vuelves loca. Y tu mirada...tan insistente, penetrante, preciosa y engreída, me perturba de mil y un maneras, maneras que no estoy segura que existan. Tus labios... tan besables y preciosos. Tu bello rostro... ¡Dios mío! Todo tú eres jodidamente perfecto.

Debo confesarte algo... Después de un tiempo, no hubo poder humano que me hiciera sacarte de mi cabeza, porque cuando estaba dispuesta a hacerlo... ya no había marcha atrás. Ya había caído completamente enamorada de ti. Ya me encontraba a tu total merced.

Ya te estaba amando, a pesar de tu duro carácter y de tus malas maneras de hablarme y de provocarme.

Me gusta mucho tu faceta de chico malo y tu actitud misteriosa... me encantaría saber qué es lo que esconde alguien como tú.

Yo creo que detrás de esa armadura fría y dura, hay una persona dulce, amable y de buen corazón. No importa tu pasado, todos pasamos por sucesos malos, que nos marcan para siempre. Pero yo sé que eres completamente capaz de abrirte, de abrir tu corazón y amar, como cualquier persona.

Porque, ¿sabes? Sólo tú tienes la habilidad de alterarme, de causar que mi corazón se sacuda en mi pecho, que dé miles de volteretas, que lata desbocado... y todo eso lo provocas, sin siquiera llegar a tocarme. Porque cada vez que te veo... mi respiración se atasca en mi garganta y me es imposible poder pensar con claridad. Me pones más nerviosa de lo que realmente quiero admitir.

Ciertamente, no pude —no puedo— negar estos sentimientos hacia ti. No pude y jamás podré. Y tampoco puedo negar esa atracción tan fuerte y fugaz que sentí, que sigo sintiendo cada vez que te veo.

Es una atracción peligrosa.

Una atracción que me aviva, me enardece y, al mismo tiempo, me consume lenta y profundamente. Me cala muy adentro, es demasiado abrasadora, pero no quiero que se vaya. Sé que esto está mal y sé que sueno como una loca obsesiva, pero ya no puedo evitarlo. Ya no puedo ocultarlo.

Y menos de ti.

Estoy dispuesta a todo, con tal de estar cerca de ti. Porque soy tuya, me tuviste desde siempre y me rehusé a admitirlo.

Pero ya no más.

No puedo evitar sentir esta atracción peligrosa que sólo tú eres capaz de provocarme, porque ciertamente me gusta... Me gusta sentirme viva, y eso sólo es posible cuando estoy cerca de ti.

Porque me gustas tú, Garrett.

Me gustas de todas las jodidas maneras humanas posibles.

~*~*~

Para ti, Elissa.

Joder... ¿cómo comenzar esto?

Elissa, quiero decirte todo lo que siento. Pero verdaderamente no me atrevo. No puedo. Mis malditos sentimientos impulsivos me gritan que lo haga, pero mi cabeza —fría y calculadora— me lo impide. Me dice que no estoy hecho para ti, que no soy lo malditamente bueno para ti. Y lo sé.

Y también sé que tú te mereces a alguien mucho mejor que yo. Porque estar conmigo desencadena una infinidad de problemas, porque cargo con un mundo destructor que no quiero que te alcance, no quiero terminar envolviéndote en él y que termines rota... como yo.

Pero ¡demonios! No puedo dejarte ir, simplemente no puedo hacerlo. Me rehúso rotundamente. Antes muerto a dejar que otro imbécil llegue a ti y te aparte de mí, porque soy un completo egoísta que sólo piensa en sí mismo. Lo sé y sé que tú también lo sabes.

Porque, ¡mierda! Tú... toda tú me provocas centenares de sensaciones y sentimientos que me obligué a reprimir. Los reprimía. Reprimí todo lo que tuviera que ver con el amor, porque sólo lastima, en mi mundo no se permite el amor...

Esos sentimientos los reprimí durante varios años, por algo que no quiero que tú sepas, porque eso significaría alejarte de mí. Y eso, es algo que no estoy seguro de poder soportar.

Te quiero a ti a mi lado, quiero que seas mía como yo soy tuyo. Porque ¿sabes? Me tuviste desde el primer momento en que te vi... Te pertenecí, y sin darme cuenta. Yo ya era todo tuyo.

Tan preciosa... ingenua, tenaz, inteligente, libre, valiente, altruista... Tu luz y positividad... ¡infiernos! Me atrapaste y me dejé llevar por ti, como un completo imbécil.

Al principio sólo fue un juego, el cual me aventuré a jugar, pero, cuando quise salir, no había marcha atrás. Ya me tenías a tus pies, ya me había enamorado como un idiota y no lo supe hasta que te veía conversar con otros tipos que —obviamente— no eran, ni son yo.

Me haces despertar muchas veces mi lado violento, posesivo, celoso y salvaje, que no sabía que podía brotar con tan sólo verte con alguien más. Haces que me hierva la sangre y que mi corazón lata desbocado con tan sólo una acción de tu parte.

Pero sé que debo dejarlo pasar. Esto no debe ser posible porque tú, definitivamente no eres para mí. Más bien yo no soy para ti, no soy lo malditamente bueno para ti. Soy peligroso, mi pasado y mi presente... es un tormento que no estoy dispuesto a mostrártelo. Porque no pienso arrastrarte conmigo en este sucio mundo sin salida que no es digno de ti.

Porque tú, te mereces algo mejor que eso.

Y yo no puedo ser capaz de dártelo.

Esa atracción que sentí por ti, esa que ambos sentimos... no es más que una atracción peligrosa.

Una que terminará por destrozarte lenta y profundamente.

Como a mí.

Porque una vez que entras a mi mundo... no hay vuelta atrás. Te destruye sin piedad, hasta que quedas completamente roto y no eres capaz de sentir.

Y yo no quiero algo así para ti, Elissa.

Porque te quiero, con toda mi jodida alma y mi oscuro corazón.