Capítulo Doce.

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Elissa Nualart.

Estas semanas se me han pasado volando entre tareas, proyectos, ensayos... Mi vida se ha vuelto un entero caos, pero ahora eso no me importa porque por fin es viernes y voy a descansar, al fin.

Tamara ha salido cuatro veces con Nathan durante estas semanas y me dijo que se han besado. Me alegra muchísimo saber que Tam está emocionada y atraída por Nathan y me alegra más saber el hecho de que los sentimientos son recíprocos.

He tenido muchas platicas con Garrett por medio de mensajes, son muy ocurrentes y pervertidos; con doble sentido. Es un imbécil, arrogante y pervertido, pero no me sorprende en absoluto.

Me envió un mensaje recordándome y recalcando el hecho de que seré su esclava por una semana. Ya no sé si fue buena idea aceptar ese reto. ¿Qué tal si me pide hacer algo que no quiero? Aunque, ciertamente, tendría que hacerlo.

No hemos peleado —hasta el momento— y eso me gusta, no quiero pasarme todo el tiempo peleando con él. Quiero que seamos amigos, nada más.

O eso creo.

Mi corazón no para de dar piruetas cada vez que recibo un mensaje de su parte, y no sé si quiero sentirme atraída hacia él porque sé que debe tener una lista interminable de chicas esperando detrás de él, no soy, ni seré la única. Él por supuesto elegiría a alguien más antes que a mí y eso, me rompería el corazón.

Me ha pasado mucho en años anteriores. Me enamoro, aun sabiendo las consecuencias, y siempre termino igual; llorando y con el corazón roto. No quiero terminar una vez más así, quiero algo bien.

Y sé que si comienzo a sentir algo por Garrett... no irá a ningún lado.

Además, aún no olvido la extraña plática con aquella chica. Aún no sé cómo le haré para descubrir si todo aquello es cierto. Mi corazón me dice una cosa, pero mi conciencia me dice otra. No quiero hacerlo, pero la maldita incertidumbre y curiosidad puede más que yo, y me domina. 





Recojo la basura del desayuno que me he comprado y lo tiro en el contenedor de basura cercano. Me dirijo a la puerta de la cafetería para alcanzar a Tam en los baños, pero una mano grande me detiene; jalándome de mi brazo derecho.

Por inercia me giro hacia la persona y trastabillo en el acto. Doy un respingo y frunzo mi ceño al ver a la persona que me sostiene.

Es Matthew, Matthew Anderson: "el chico más caliente y un Dios en la cama de todas las facultades". O al menos eso dicen todas las chicas bragas fáciles. Admito que sí tiene lo suyo, es apuesto, ¡a quien engaño! Él en verdad es muy guapísimo y sexy; de él me gusta muchísimo su color de ojos grisáceo y su nariz fina. Matt además de ser guapo, tiene un excelente físico, pero, es un mujeriego. Así que eso, le quita créditos.

Él estudia en la facultad de Ingeniería, por supuesto va a hacer un ingeniero civil. Y, aunque no llegara a ser bueno en ello, jamás le faltaría dinero o trabajo, pues sus padres son multimillonarios; están asociados con la mayoría de las empresas más reconocidas.

No sé qué demonios hace él aquí, en la facultad de Letras.

—¿Sucede algo? —pregunto, con extrañeza.

En serio me extraña su presencia, y más que esté aquí.

Matthew me suelta y me sonríe de lado.

Atracción Peligrosa. |PAUSADA|EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora