24.

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Pasaron días, semanas, y Jessie ya estaba recuperado.
Nos hicimos muy amigos, Amy no comentaba nada sobre eso, y se alejó cada vez más de mí.

Jessie me tenía demasiada confianza, me enseñó lugares nuevos, me presentó amistades nuevas.

Era un nuevo yo, me sentía más libre cuando estaba con ellos ( que era casi siempre de noche y a escondidas). Solía llevar unas gafas negras a pesar de que estaba oscuro y llevaba una chaqueta de mezclilla que jamás usaba para la escuela, además usaba una gorra negra que tampoco era usual usar.

Lo bueno de tener amigos como ellos, es que me contaban sus sentimientos y yo podía ver si en verdad así me sentía también.

No me juzgaban y me daban su apoyo incondicional, me hacían olvidar los problemas en casa y en todo lugar.

Íbamos a un bar de chicos todos los fines de semana, tomábamos un poco y era normal para mí verlos juntos entre ellos.

Jessie se mantenía conmigo.
Entonces llegó él momento.

-Shawn, eres gay verdad- dijo mirándome a los ojos.

-yo...- tartamudie

-no debes ocultarlo, eso no está bien, además aquí puedes ser quién eres en verdad, ni yo ni nadie te diría nada- continúo- en cambio si sigues luchando contra tu yo interior y todos aquí lo notamos, eso sí es algo por lo cuál podrían juzgarte- terminó tomando mi hombro.

-¿Cómo saber si lo soy si nunca he estado con un chico?- dije tímido

-tuve a una novia por largo tiempo y terminamos y ahora no se qué estoy haciendo con mi vida.

-¿y por qué terminaron?

-estaba dudoso- dije apenado.

-lo ves, sabes deberías aclarar tus sentimientos- exclamó Jessie sonriendo.

-tienes razón , eres un buen amigo - le devolví la sonrisa.

-quisiera ser más que eso- se paró de su silla y se alejó.

Lo siento pero soy gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora