Se acercaba él día de la boda, ya nadie podía rumorar que era gay ni que había salido con ningún chico.
Todo iba bien, me sentía bien.
Por fin terminaría todo este problema.
Cuando mi madre despertó le expliqué que sólo eran inventos de los otros hombres de la preparatoria, que inventaban esas cosas porque querían estar con Fernanda y ella y yo ya estábamos comprometidos de nuevo.
Ella comenzó a mejorar, la cuidé mucho y acordamos que viviríamos por un tiempo con ella.
Fernanda estaba haciendo todos los gastos de nuestros ahorros, claro faltaban cosas pequeñas pero no íbamos a tener una boda muy lujosa.
Ella ya tenía preparado absolutamente todo; ella lucía bellísima últimamente.
Quizás si podría vivir felíz por toda la vida con ella.
Entonces comencé a preguntarme si todo esto que había pasado quizás sólo era una prueba para ver que tan fuerte era nuestro amor.
Quizás yo nunca deseé estar con ningún chico.
Pero en verdad, en ocasiones sueño que con dormiría toda la vida sería con Jessie, pero eso no pasará jamás.
La lista de los invitados la habíamos hecho con anterioridad, claro ahora sólo tachábamos algunas personas que se habían alejado de nuestras vidas.
Ya teníamos todo planeado, ya se acercaba un poco más él día.