Entonces llegó él trágico día.
Iba caminando hacia él bar con Dante, ambos nos abrazábamos porque era medianoche y nadie podía mirarnos o juzgarnos; al menos nadie que conociéramos.
O al menos eso creí.
Cuando entramos nos topamos con un chico, parecía ser muy fiestero y alegre, estuvo bailando con todos y tomando mucho.
De un momento a otro tuve un leve escalofrío en todo mi cuerpo, no sé por qué pero sentía que ese tipo tenía algo familiar,
algo que hace ya tiempo había visto en algún otro lugar.Su apariencia no se me hacia conocida;
Al parecer, sólo eran supersticiones mías.Esa noche, él chico trató de besar a Dante, eso hizo que me enfureciera, sentía como me ardía la sangre del coraje, sentía como mis puños se cerraban y quería ponerlos ambos en su cara.
No hablamos simplemente lo golpeé.
Nos sacaron a los tres del bar.
Nos vetaron.Camino a casa ni Dante ni yo tuvimos palabras qué decir.
Simplemente cada uno camino a la puerta de su casa sin cruzar la mirada.
La culpa no fue de él, pero parecía enojado por lo que hice, aún no lo entiende.
Que cuando amas a alguien sólo quieres protegerlo.
Me convertí en un total egoísta, sólo lo quería para mí.