Capítulo 1

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Nota: Los capítulos corregidos tendrán un corazón azul 💙

Oscuro...

De ese color se encontraba el cielo, las gruesas gotas caían por los terrenos de Hogwarts ocasionando un gran diluvio.

¿Era normal sentirse identificada con el clima? Ella simplemente no lo sabía, pero solía ocurrirle a menudo.

El terrible tiempo iba acorde con el triste dolor que a su vez sentía en esos momentos.

"Lo siento, yo no siento lo mismo"

Intentaba controlar sus emociones, eso siempre se le había dado bien, pero era la primera vez que se sentía tan herida.

"¿Y quién la tomará en cuenta? ¿Acaso has visto como va? ¡Es un desastre andante!"

Nunca le había dado importancia a su apariencia física del todo, pues ella esperaba un amor como el de sus libros. Esperaba que el hombre que llegara a amarla la viera por dentro y que notara lo mucho que tenía para dar.

"¿Una mujer? No creo que llegue a considerarla de esa forma algún día"

¿Así se sentía el amor? ¿Estaba destinada a eso?

Se posó frente al espejo y se observó por unos minutos... ¿Tan fea era?

Si bien era verdad que su uniforme era ancho, su cabello no era el más bonito, su cara era pálida y no acostumbraba a llevar maquillaje, pero...

—¡Ash! —bramó con cansancio.

La verdad era que no le gustaba nada de ella, así que no lo culpaba, él tenía muchas razones para no quererla.

Tomó sus cosas y salió de su sala común.

"Lavender es ardiente"

"Parvati es muy femenina"

"Luna a pesar de estar lunática, está como quiere"

"Ginny es sumamente preciosa"

"Y Hermione... Bueno, al menos es inteligente"

Cada una de las palabras de sus compañeros rondaban por su cabeza.

Sus amigas eran interesantes a su manera, las invitaban a salir, les mandaban cartas sus admiradores y de más... Y a ella la buscaban o para copiar sus deberes, o para que se los hiciera.

Ron tenía razón, era un desastre.

Al llegar a la puerta del aula de pociones suspiró antes de entrar, por suerte Snape apenas acababa de llegar y ni siquiera la observó. Descuidadamente caminó hacia uno de los asientos traseros.

No tenía ganas de nada.

—Quiero un resumen de las maldiciones imperdonables y el castigo al que conlleva cada una, trabajen con el que tienen al lado —ordenó tan tétrico como siempre.

–¿Tú libro o el mío? —inquirió su compañero.

—Como quieras —contestó desinteresadamente.

El chico rio burlón.

—Sé que no es tú asignatura favorita, pero tampoco es tan malo. Después de todo estás con el mejor de la clase —comentó su su característica modestia.

Hermione sonrió.

—No estoy para tus chistes hoy Draco —espetó suspirando.

El chico la observó e hizo una mueca.

Besaré Cada Una De Tus LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora