Capitulo Trece

27 7 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Andrómeda los había guiado a todos por unos caminos confusos y enrevesados, llegado un momento se habían adentrado tanto en la ciudad de Helsinki que Guan Yin ya no recordaba el camino a la costa, donde habían dejado a la pequeña lancha Hipernova. La ropa seguía húmeda por la lluvia que había caído el día anterior. Habían tenido que parar para esconderse en un lugar donde ni la lluvia, ni los Y.S los alcanzaran. Guan Yin y Milos agradecieron esa parada porque sus pies palpitaban dentro de sus zapatos, sin embargo la lluvia que les había caído fue suficiente como para empapar el preciado suéter rojo de la asiática, que había empezado a decolorarse en algunas partes con un color casi amarillento por el Sol de verano en esa parte del mundo, como los dientes de un fumador activo. En estos momentos se sentía como si estuviera en una selva de concreto; el cabello pegado a la frente por las gotas de sudor causadas por gran humedad que Helsinki tenía en esos momentos, además de la poca brisa que soplaba, el Sol abrasador que los envolvía y los hacía desesperarse, los animales salvajes eran los mutos, rodeados de edificios destruidos y plantas que habían comenzado a crecer entre las carreteras, pero al igual que los árboles que años atrás habían dado un toque natural a la ciudad, cada una de las hojas estaban amarillas y con manchas negras. La única que no estaba sufriendo allí era Wilma, que por el hecho de ser un robot, no experimentaba ni el calor, ni el frío, ni la brisa, ni el sudor. Los tres humanos que caminaban junto a ella no hacían más que envidiarla.

Guan Yin y Milos llevaban las chaquetas que se habían puesto en Rusia amarrados en la cintura, y Milos por enésima vez soltó un resoplido de desesperación mientras se sacaba el pelo de la cara. El chico ya estaba cansado de caminar y de acomodarse el cabello, además, hace horas que le preguntaba a Andrómeda cuanto faltaba para llegar y en cada una de las veces ella respondía lo mismo: "Ya casi llegamos". Guan Yin se preocupó más de preguntarle a la mujer cosas importantes sobre los inmunes, Bi Fang y Eloisa. Aunque de Eloisa no quiso preguntar tanto, lo hizo un par de veces. Todo esto con la debida precaución, mientras no se veían ni mutos, ni personas con chip, ni Y.S alrededor.

—Hay gente de todo el mundo. En su mayoría son gente de Europa. La gente de áfrica va al escondite de inmunes en Marruecos. También hay uno pequeño en Turquía, pero poco a poco lo están extendiendo ya que cada vez llegan más y más árabes al lugar. —explicó Andrómeda mientras caminaban por una calle con muchos autos varados en medio de la carretera con puertas abiertas, cristales rotos y techos averiados— En América no hay ningún escondite de inmunes. Una vez hubo... Pero resultó completamente destruido por una tragedia. Por eso aquí en Bi Fang verás a muchas personas que hablen español, pero si te manejas con el inglés, supongo que estarás bien.

—Yo hablo español —dijo Guan Yin con orgullo— Domino el chino, inglés, español, japonés y coreano. Tendrás que ayudarme con el finés.

—Vaya, casi lo olvidaba. Eres una niña prodigio. —Guan Yin sonrío porque creyó que debía hacerlo, pero que le dijeran "niña prodigio" o variantes la ponía incómoda. Sabía que de no ser por las modificaciones genéticas que le aplicaron antes de nacer, ella sería una chica común y corriente, sabiendo simplemente hablar chino y sin la necesidad de salvar a la humanidad. Incluso podría estar muerta porque de no existir métodos de hacerla súper inteligente, habrían obligado a su madre a abortarla por el simple hecho de ser inmune y manchar el nombre de uno de los presidentes de Juko—. Pero en Bi Fang no hay demasiados finlandeses, a pesar de estar en Helsinki. Hay bastante gente del Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca y Polonia. La gente de Grecia e Italia están en el escondite de inmunes de Turquía, aunque hay unas cuantas familias en Bi Fang.

Kòngzhì (Control)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora