Guan Yin cayó de rodillas al suelo al ver como la niña se desplomaba. Milos aún sostenía la pistola en el aire, procesando lo que acababa de pasar.
—La... Mataste —musitó Guan Yin. Sus palabras se perdieron en el viento.
—¡Qué querías que hiciera! ¿Preferirías dejar que nos matara a nosotros y dejar viva a esa... cosa?
Ambos se quedaron en silencio un rato. Los disparos a lo lejos cesaron y a Guan Yin le invadió la sensación de terror de que Wilma había muerto otra vez. Pero cuando giró la cabeza la vio corriendo hacia ellos manchada de una sangre verde oscuro y el pelo corto rebotandole sobre los hombros. Se metió la pistola en el cinturón de armas y se detuvo junto a los dos jovenes que miraban el cuerpo inerte de la chiquilla. Guan Yin se levantó y abrazó a la robot con fuerza, Wilma también la abrazó de vuelta y le acarició el cabello, como cada vez que intentaba consolarla.
—Ninguna de estas personas merecía esto... —sollozó la china.
Se quedaron un rato inmóviles hasta que Guan Yin se separó de Wilma, que les propuso volver al coche y todos aceptaron. Al llegar se dieron cuenta de que al vehículo aún le faltaba carga y no se abriría porque Wilma se lo ordenó.
—No puede ser... —la muchacha se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta e intentó hacerse más pequeña para no dejar entrar en frío. Pateó la nieve con fuerza y molestia— Wilma, ¿No puedes hacer que se abra y nos vamos con la batería que tiene?
—No lo sé, déjame ver —Guan Yin ya se estaba acostumbrando a que Wilma la tuteara.
La robot se acercó al vehículo y puso la mano sobre una de las puertas, entonces sus ojos se tornaron grises. Tardó unos dos minutos hasta que Wilma terminó de procesar lo que podían hacer. Le explicó a Guan Yin que podría tardar un rato pero que podrían subirse con lo poco de batería que tuviera el coche. No le mencionó la parte peligrosa de usarlo sin la batería completamente cargada porque veía como Guan Yin y Milos se morían de frío ahí fuera. La china estuvo de acuerdo con lo que haría Wilma y le pasó la tableta para que comenzara a trabajar.
Mientras Wilma comenzaba a reprogramar el vehículo, Milos se acercó a su amiga, también haciendose lo más pequeño posible.
—Guan Yin... Estaba preguntándome una cosa... —comenzó el chico— ¿Cómo funciona el chip de Juko? Quiero decir, se que es peligroso y que está matando a la gente pero... ¿Cómo lo hace? ¿Cómo afecta a los humanos?
La muchacha se quedó en silencio unos segundos, pensando en todo lo que había escuchado en el laboratorio sobre el chip. Al final ordenó sus ideas y comenzó a explicarle a Milos todo sobre el chip.
—Cuando se lo implantan a la persona, olvida que se lo han puesto. Olvida que tiene un chip y olvida todas las cosas malas que le han pasado. —La chica miraba fijamente a su amigo que tenía toda su atención puesta en ella— Es como si hubieran despertado en otro mundo. Es un mundo ideal. Sin embargo, siguen estando en este lugar. Es todo una ilusión, aunque la gente no lo sabe. Pueden creer estar comiendo un sándwich de mantequilla y queso, cuando en realidad están ingiriendo alguna basura que encuentran por ahí. Son como zombies. Y mueren por enfermedad, por intoxicación o por caerse en un lugar peligroso. Pero ellos no lo saben, siguen estando en ese lugar ideal.
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Kòngzhì (Control)
Fiksi IlmiahYù, así se nombra al planeta Tierra hoy en día, donde la mayoría de los países se han vuelto casi inhóspitos después de la tercera guerra mundial. Un nuevo mundo regido por chinos; los ocho inmortales, los ocho presidentes de Juko. Juko colocó un c...