12.

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Capítulo 12.
"El pasado que no vuelve"

Qué difícil se volvía la vida cuando una persona a la que amas duda de tu estabilidad emocional. Mi padre se comenzaba a alejar pero lo curioso de aquello es que sus pasos eran inseguros y vacilantes. No caminaba como él muy comúnmente solía hacerlo, no marcaba esos pasos que tanto lo distinguían de los demás; pasos firmes y decididos.

Pasos seguros que tanto lo caracterizaban...

Sin embargo, supuse que él comprendería... él tarde que temprano comprendería que aquel pasado tan oscuro y tormentoso ambos debíamos deshacernos de el y jamás volver a mirar hacia atrás. Y de hacerlo, sólo sería con el único propósito de darnos cuenta de lo lejos que habíamos llegado y por el terrible trayecto del que habíamos logrado salir.

Era bastante curioso por que, cuando uno se siente solo y desprotegido... abandonado. Con aquel profundo sentimiento de que te encuentras en lo más profundo de un sombrío y lóbrego túnel, de repente llega alguien que decide prenderte una pequeña luz. Y basta con aquel detalle para descubrir que siempre habrá alguien en nuestras vidas que quiera vernos brillar.

Vi que a lo lejos había un bote relativamente pequeño que parecía figurar una canoa, me aseguré de que no estuviera en mal estado y sin más preámbulos la arrastré hacía aquel precioso lago y comencé a moverme por medio de los dos remos que se encontraban junto a mí.

Conforme iba yendo más lejos sentí la soledad que de pronto me invadía, pero eso ya no me importaba, en lo más mínimo. Porque ahora estaba seguro de que yo mismo había aprendido a acompañarme. Nuevamente, saqué mis audífonos y me recosté en aquel pedazo de madera vieja y de un de repente miré hacia el cielo donde pude visualizar a una bandada de pájaros siendo libres...

Pensé y pensé por un largo tiempo en cosas que seguramente no tendrían sentido pero que por alguna extraña razón invadían siempre mi mente, hasta que por fin llegue a algo coherente. Recordé la primera vez que Savannah había mostrado interés en mí, y fue cuando comprendí que no le había sido totalmente indiferente. Aludí varios momentos significativos y entonces me percaté de todo lo que había vivido y lo que aún me faltaba por vivir...

Recordé cuando ella me hablo sobre sus anhelos, sobre el jardín botánico que quería construir y concluí que haría todo lo que estuviera en mis manos para lograr cumplir ese sueño, porque supongo que la mayoría de nosotros merecemos un amor sincero y leal. Un amor que definitivamente lo sea todo. Y a mi parecer, yo necesitaba decirle que la adoraba, decirle que la quería con todo el corazón.

Me puse en pie y al principio sentí que me tambaleaba, bajé la vista y pude notar que mis piernas comenzaban a temblar debido a que no tenía ningún equilibrio, pero realmente, eso fue lo de menos.

El tiempo hoy era perfecto.

Decidí gritar y gritar todo lo más alto que pudiera y pensé en Savannah y en lo feliz que yo la haría si lograba cumplir su anhelo porque a través de mis ojos ella era lo más especial para mí.

— Nunca quisiera hablar de ti en pasado, Savannah King. Jamás.

No me imaginaba un mundo sin ella, no quería pensar que terminaría tan fácilmente para nosotros, y tampoco quería pensar que la perdería, porque aún guardaba la esperanza de que en este mísero mundo existieran personas que a pesar de todo, seguían conservando sus verdaderos sentimientos.

Sentimientos leales, sentimientos honestos...

Regresé caminando de vuelta a mi hogar, con la vista hacia el suelo y arrastrando conmigo una piedrita con la que había tropezado hace unos instantes, no quitaba mi vista de ella, hasta que alguien interrumpió mis pensamientos.

Una lágrima entre la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora